El presidente de EE.UU., Barack Obama, insistió este martes en que todavía en su país las minorías raciales se enfrentan a actos racistas.per
Durante una ceremonia en homenaje a cinco policías muertos recientemente en la ciudad estadounidense de Dallas, en el estado de Texas, Obama reconoció que "las relaciones raciales han mejorado drásticamente en lo que me ha tocado vivir".
El pasado jueves, en un contexto de creciente tensión racial, cinco agentes policiales blancos fueron asesinados por al menos un francotirador durante una protesta contra la brutalidad policial en Dallas.
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El mandatario norteamericano afirmó que aquellos que niegan ese progreso, están deshonrando la lucha para acabar con las diferencias raciales, no obstante, dijo que todos los estadounidenses saben que existen prejuicios.
Obama también recordó que las fuerzas del orden son "los garantes de los derechos constitucionales en nuestro país" y que "la inmensa mayoría de los oficiales de policía merecen nuestro respeto, no nuestro desprecio".
Enfatizó asimismo que no pueden despreciar a los participantes en una manifestación pacífica como gente predispuesta a crear problemas.
El jefe de Estado hizo un llamado urgente para detener el conflicto entre los policías blancos y los manifestantes negros e insistió en que los estadounidenses no son tan violentos y, lo dijo porque conoce su país y sabe que sus compatriotas son capaces de superar obstáculos imposibles.
Durante su discurso, estuvo acompañado por su predecesor en la Casa Blanca, el republicano George W. Bush, residente de Dallas.
La represión policial contra ciudadanos afroamericanos se ha intensificado recientemente tras la muerte de Alton Sterling y Philando Castile, lo que ha levantado protestas en todo el país en señal de rechazo a estos actos violentos.
En contexto
El 6 de julio un policía de Falcon Heights (Minnesota) asesinó a Philando Castile, un afroamericano de 32 años. Un día antes, Alton Sterling, un hombre de 37 años que vendía CDs en la localidad de Baton Rouge, Luisiana, murió a manos de dos agentes que le dispararon cuando ya había sido reducido.
Ambos incidentes fueron grabados por testigos y las imágenes se difundieron ampliamente en las redes sociales.
Estos dos últimos sucesos agravaron la herida racial del país y la desconfianza de las minorías hacia las fuerzas policiales y reavivaron las protestas contra el racismo.