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Desde el pasado septiembre, el país está gobernado por una junta militar dirigida por el capitán Ibrahim Traoré, que llegó al poder tras un golpe de Estado, el segundo en ocho meses.
Al menos 31 soldados y tres auxiliares del ejército murieron en un ataque de presuntos terroristas en el norte de Burkina Faso, anunció este martes el Ejército, mientras que fuentes de seguridad indicaron a medios de prensa que otro ataque distinto había dejado decenas de muertos.
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Un comunicado del Ejército de Burkina Faso expresó que "un convoy de abastecimiento escoltado por unidades militares, que regresaba de Djibo", ciudad asediada desde hace meses por los terroristas en la región del Sahel (norte), fue este lunes "blanco de una emboscada" en Namsiguia, en la región Centro-Norte.
Reconoce, en ese sentido que "los combates, particularmente violentos, causaron importantes bajas, a pesar de la enérgica respuesta de las unidades", añadió, refiriéndose a un "balance provisional" de 31 soldados y tres Voluntarios para la Defensa de la Patria (VDP, auxiliares civiles del ejército) muertos, mientras que "una decena de elementos siguen siendo buscados por los refuerzos" enviados al lugar.
De acuerdo al Ejército, "más de cuarenta terroristas han sido neutralizados", aunque no mencionó en su comunicado otro ataque perpetrado el lunes en la misma región, que, según divulgaron medios de prensa locales, también dejó "decenas de muertos", la mayoría de ellos del VDP.
La población de Tanwalbougou (este) se había manifestado ese mismo día en respuesta al recrudecimiento de los ataques terroristas, reclamando suministros para su localidad, bloqueada por los grupos armados desde hace varias semanas, según los vecinos.
Burkina está atrapada desde 2015 en una espiral de violencia terrorista que comenzó en Mali y Níger unos años antes y se ha extendido más allá de sus fronteras.
En los últimos ocho años, la violencia ha dejado más de 10.000 civiles y soldados muertos, y más de dos millones de desplazados internos.
Desde el pasado septiembre, el país está gobernado por una junta militar dirigida por el capitán Ibrahim Traoré, que llegó al poder tras un golpe de Estado, el segundo en ocho meses.
