El Islam, segunda religión más grande en el mundo después del cristianismo, reúne a sus fieles para realizar la segunda celebración más importante entre sus costumbres.
Millones de creyentes conmemoran la rendición del profeta Abraham ante Dios. Según la religión, Abraham aceptó sacrificar a su amado hijo por orden divina, y la misericordia del Señor, que le envió un cordero para ser ofrecido en sustitución a su hijo.
En este día, los peregrinos se reúnen para sacrificar un camello, una vaca o una oveja. El objetivo es que cada musulmán se ponga en la situación de Abraham y exprese su lealtad y fe en Dios.
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Aunque no es obligatorio, muchos musulmanes sacrifican distintos animales: ovejas, carneros, cabras, vacas o camellos. La carne del sacrificio se distribuye entre los pobres, los vecinos y una parte para aquel que lo realiza.
Eid al-Adha, es tradicionalmente una oportunidad para reunirse con familiares y amigos. Muchos se compran ropa nueva para esta festividad, así como regalos, pasteles y dulces para sus invitados y seres queridos.
Este año, la fiesta de Sacrificio se celebra con un aire diferente en las ciudades recién liberadas de Alepo, en Siria y Mosul, en Irak. Tras vivir varios años bajo dominio del grupo terrorista del Estado Islámico, los ciudadanos de esas urbes recorren por fin en calma los mercados y disfrutan del ambiente festivo.
En ciudades de España, Rusia, Marruecos e Indonesia también se congregan los creyentes para celebrar y expresar su devoción.