Fuerzas yemeníes exigen condiciones para liberar barco retenido

Las fuerzas hutíes que tienen el control efectivo del poder en Yemen condicionaron este martes la liberación del buque israelí incautado a que las fuerzas sionistas pongan fin a su agresión contra la Franja de Gaza, de más de un mes y medio.

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De acuerdo al presidente del Consejo Político Supremo de Yemen, Muhamad Ali Al-Houthi, “si EE.UU. e Israel paran y cesan la matanza de palestinos en la Franja de Gaza y traen agua, medicamentos y alimentos, entonces podrán hablar del buque israelí”.

Así ha respondido a la petición de Estados Unidos para que libere la nave sionista, al mismo tiempo que ha dejado claro que el secuestro del buque israelí por parte de la Fuerza Naval yemení “es consistente con el principio de reciprocidad”.

Ello, luego que el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Matthew Miller, afirmó en una conferencia de prensa que la captura del barco Galaxy Leader en el mar Rojo por parte de los yemeníes es una clara violación del derecho internacional y exigió la liberación inmediata del navío y su tripulación.

Desde el inicio de la agresión militar sionista contra la Franja de Gaza, Yemen, como parte del llamado Eje de Resistencia, ha lanzado una serie de ataques aéreos con misiles balísticos y drones contra objetivos militares vitales y estratégicos del régimen israelí en Eilat y Néguev, al sur de Palestina ocupada.

Tras varias advertencias de que cualquier barco con bandera israelí sería blanco legítimo de Yemen, las fuerzas navales yemeníes incautaron el domingo un barco perteneciente del régimen sionista en el mar Rojo.

Los Insurgentes hutíes del movimiento Ansar Allah anunciaron el domingo la captura del buque, que aseguraron pertenece a Israel, y afirmaron que este tipo de operaciones solo van dirigidas contra buques de bandera o propiedad israelí.

El carguero Galaxy Leader, que transportaba vehículos, es propiedad de una empresa británica, pero es operado por la naviera japonesa Nippon Yusen (NYK Line), y navegaba con bandera de las Bahamas y sería propiedad parcial del magnate israelí Rami Unger, lo que habría detonado la operación.