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Los sectores energético, de los servicios, alimentos y bienes industriales no energéticos fueron los de mayor incidencia en el alza experimentada.
El organismo de estadística de la Unión Europea (UE), Eurostat, informó este miércoles que la tasa de inflación en la eurozona, para el mes de octubre, se situó en el 4.1 por ciento, la mayor alza registrada desde el 2008.
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Se trata de siete décimas más que los niveles registrados en los 19 países que componen ese bloque durante el mes de septiembre; experimentando Lituania la mayor subida con el 8.2 por ciento, Estonia (6.8) y Hungría (6.6); y Malta el más bajo con 1.4 puntos porcentuales, seguido de Portugal (1.8).
Estos indicadores de crecimiento son los más elevados en 13 años, como parte de una crisis financiera exacerbada por el impacto de la pandemia de covid 19; y a lo cual se añade una tasa de inflación interanual de 4.4 por ciento en octubre con relación a un alza de precios del 3.6 evidenciado en septiembre, cifras todavía distantes del 6.2 experimentado por Estados Unidos.
Euro area annual #inflation up to 4.1% in October https://t.co/P51aOwuCsC pic.twitter.com/BVbpdQQWnM
— EU_Eurostat (@EU_Eurostat) November 17, 2021
Los sectores que mayor incidencia tuvieron en esta pauta anual fueron el energético (23.7 por ciento frente al 17.6 de septiembre), los servicios (2.1 puntos porcentuales), alimentos, bienes industriales no energéticos, el alcohol y el tabaco.
Otro darto investigativo arroja que exceptuando el impacto de la energía y los alimentos frescos, la tasa de inflación subyacente se elevó a un 2 por ciento; la medición más elevada desde diciembre de 2002.
Al respecto la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde remarcó ante el Parlamento Europeo que la inflación podría continuar en niveles elevados si los precios de la energía siguen subiendo, y "persisten" los problemas en la cadena de suministro.
La alta funcionaria detalló que “endurecer la política monetaria ahora podría ahogar la recuperación económica de la pandemia y haría más mal que bien”, pues “a pesar del aumento de la inflación, las perspectivas para la inflación a mediano plazo siguen siendo débiles y apuntan a que el alza de precios se situará por debajo del nuevo objetivo simétrico del 2 por ciento”.
