Rebeldes aliados a fuerzas talibanes irrumpieron contra la base militar en Baghlan asesinando a miembros de seguridad de Afganistán.
La provincia de Baghlan fue el epicentro de un enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad de Afganistán y un grupo insurgente talibán que finalizó con 45 soldados y policías afganos muertos en el ataque a la base militar ubicada en esa provincia.
La agresión, por parte de los rebeldes, fue orquestada en la base militar de Al-Hauddin, en el distrito Baghlan-e-Markazi, zona ubicada al noreste de Afganistán. Luego de los hechos, varias fuentes locales confirmaron el deceso de 35 agentes militares y 10 funcionarios de la policía.
Asimismo, el jefe del consejo provisional, Mohammad Tahir Rahmani, informó que los insurgentes iniciaron un incendio en los puestos de control, horas después del ataque.
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"No hemos podido ingresar a la base. Grandes partes de la base aún están bajo el control talibán", dijo Rahmani.
Por otra parte, se hizo de conocimiento público que las tropas afganas cedieron ante las fuerzas talibanes, quienes lograron tomar la base de Chenayeeha en el distrito de Ghormach.
El portavoz del grupo insurgente talibán, Zabihullah Mujahid, asumió la responsabilidad y autoría del ataque a la base militar.
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Una explosión en la provincia de Laghman al este de Afganistán acabó con la vida de seis niñas quienes se encontraban jugando con un proyectil mortero abandonado por los rebeldes talibanes en esa zona.
En otro hecho aislado, la explosión de una mina accionada por un automóvil en la provincia meridional de Zabul, acabó con la vida de cuatro civiles.