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Tras el fracaso de las negociaciones sobre desnuclearización con Washington en 2019, Pyonyang aprobó un plan de modernización armamentístico además de rechazar el reinicio del diálogo.
Corea del Norte reforzó este lunes la seguridad en la línea de separación con su vecino del Sur, con el envío de personal y equipos para restaurar los puestos de guardia en la línea divisoria a raíz de la suspensión del acuerdo militar firmado en 2018 por los dos países.
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La semana pasada, Corea del Sur suspendió parcialmente el acuerdo que tenía como objetivo aliviar las tensiones fronterizas, lo que llevó a Pyongyang a descartar el pacto por completo y advertir que "nunca más estaría obligado" por el acuerdo.
El acuerdo, firmado en Pyonyang en septiembre de 2018 en el marco de la cumbre que celebraron el entonces presidente surcoreano Moon Jae-in y el líder norcoreano, Kim Jong-un, supuso, entre otras cosas, derribar una decena de estas casamatas junto a la zona desmilitarizada (DMZ) que separa a los dos países, técnicamente aún en guerra.
Una agencia de noticias local informó que los soldados norcoreanos fueron "vistos reconstruyendo los puestos de guardia desde el viernes", según un oficial militar, y que se esperaba que los 11 puestos retirados bajo el acuerdo militar de cinco años fueran restaurados.
A su vez, una fotografía publicada por el ejército de Corea del Sur muestra a cuatro soldados norcoreanos reconstruyendo un puesto de guardia de madera en la Zona Desmilitarizada que separa los dos países.
En ese sentido, Corea del Sur desplegó "activos de vigilancia y reconocimiento" en la frontera después del lanzamiento del satélite, en lo que su ejército dijo que era una "medida esencial" para defenderse contra las crecientes amenazas de Pyongyang, con armas nucleares.
En respuesta, Corea del Norte dijo que "desplegaría fuerzas armadas más poderosas y equipo militar de nuevo tipo en la región a lo largo de la Línea de Demarcación Militar" entre las dos Coreas.
Tras el fracaso de las negociaciones sobre desnuclearización con Washington en 2019, Pyonyang aprobó un plan de modernización armamentístico además de rechazar el reinicio del diálogo.
Al mismo tiempo, Corea del Sur y EE.UU. han reforzado la cooperación militar con Tokio y fortalecido lo que llama su mecanismo de disuasión desplegando cada vez con más frecuencia activos estratégicos estadounidenses en la península.
Ambas Cores se mantienen, técnicamente, en guerrra desde 1950.
