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El Gobierno iraquí no especificó cómo quedarán las relaciones diplomáticas, pero reiteró que una nueva quema del Corán tendrá como consecuencia la ruptura de las mismas.
La crisis entre Suecia e Irak por la autorización de la quema del Corán en Estocolmo y el incendio provocado en la embajada sueca en Bagdad se continúa agravando, e incluso el Gobierno de la nación árabe amenaza con romper relaciones.
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En respuesta a las acciones suecas, el Gobierno de Bagdad anunció que retirará a su encargado de negocios de Estocolmo.
Asimismo, el propio Estado pidió que la embajadora sueca abandonara la sede diplomática en territorio de Irak.
�������� | AHORA: Iraq le pide a su encargado de negocios en Estocolmo que abandone Suecia.
— Alerta News 24 (@AlertaNews24) July 20, 2023
El Gobierno iraquí no especificó cómo quedarán las relaciones diplomáticas entre estas naciones, pero reiteró que una nueva quema del Corán tendrá como consecuencia la ruptura de las mismas.
Respecto a los incendios, el primer ministro iraquí, Mohamed Shia al Sudani condenó también la violación de seguridad de la misión diplomática sueca en su país por centenares de manifestantes y se comprometió a castigar a los causantes del siniestro.
En este sentido, la Policía local detuvo al menos a 20 personas por su presunta implicación en la quema de la legación diplomática.
Suecia declaró por su parte que esta agresión es totalmente inaceptable y convocó al embajador iraquí en Estocolmo.
El ministro de Relaciones Exteriores sueco, Tobias Billström rechazó las acciones y recordó que el Gobierno de Irak tiene la obligación de proteger a los diplomáticos según la Convención de Viena y fallaron en esto.
Apuntó además que a pesar de que el personal logró salir a salvo del ataque, su Gobierno se encuentra evaluando acciones a tomar.
Entre las medidas económicas tomadas por Irak contra el país europeo destacan la suspensión de la compañía sueca Ericsson Telecom y otras empresas de ese país.
Manifestantes en Estocolmo convocaron a la quema pública de un ejemplar del Corán ante la embajada iraquí.
Este jueves, varias personas volvieron a reunirse en esa misma urbe y pisaron el libro santo de los musulmanes aunque no hubo señales concisas de que lo hubiesen quemado.
