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El presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Donald Trump, se reunió este miércoles con las víctimas del tiroteo masivo del pasado 1° de octubre en Las Vegas, donde evitó pronunciarse sobre uno de los temas más controversiales en la nación norteamericana: el porte y uso de armas.
"No vamos a hablar de eso hoy. Esto fue obra de una persona enferma y demente", declaró el mandatario de EE.UU. al ser cuestionado por un reportero sobre la violencia armada y el control de esos objetos.
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El derecho a la posesión de armas está reconocida por la constitución de Estados Unidos, sin embargo, diversos ataques en la historia del país han generado un movimiento en contra. Pero ni el Poder Ejecutivo ni el Legislativo se han puesto de acuerdo sobre su posible derogación.
Mientras Trump estaba en la urbe, la senadora demócrata Dianne Feinstein reintrodujo en el Senado un proyecto de ley que prohíbe la venta y la posesión de armas. En 2013 propuso lo mismo pero la ley no avanzó.
El martes Trump había declarado: "Hablaremos de las leyes de armas con el tiempo", sin ahondar en el asunto. "No es el momento", acotó la vocera de la Casa Blanca, Sarah Huckabee, un día antes.
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El republicano, quien ya regresó a Washington, realizó el viaje a Las Vegas tres días después de que un hombre identificado como Stephen Paddock disparara desde el piso 32 del hotel Mandalay Bay contra una multitud de 22.000 personas que disfrutaban un concierto de música country.
Las autoridades habían informado que el atentado dejó 59 muertos y 527 heridos, empero luego corrigieron e indicaron que se trata de 58 y 489, respectivamente.
