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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró el pasado miércoles que es tiempo de sanar las heridas que dividen a la sociedad, apenas horas después de pronunciar otro discurso incendiario, en el que ratificó su apoyo a manifestantes supremacistas blancos y que terminó con escenas de represión en las calles.
Durante un encuentro con Legión Americana, la mayor organización estadounidense de veteranos de guerra, en la ciudad de Reno, estado de Nevada, Trump dijo “Es tiempo de sanar las heridas que nos dividen y buscar una nueva unidad basada en los valores comunes que nos unen”.
El lenguaje incendiario del mandatario se vio reflejado en las afueras del Centro de Convenciones de Phoenix, en las calles, en los gases lacrimógenos que lanzó la Policía contra un grupo pequeño de manifestantes opositores, que se quedó hasta entrada la noche allí, para repudiar lo que consideraron fue una nueva reivindicación de grupos supremacistas blancos por parte de Trump.
Esta declaración se contrapone a los expresado por el mandatario estadounidense horas antes en la ciudad de Phoenix, estado Arizona, donde Trump volvió a expresar su apoyo a los grupos supremacistas blancos que marcharon en Charlottesville, Virginia, hace unas semanas, en uno de los peores episodios de violencia racial de los últimos años.
En entrevista para teleSUR la activista antiracismo, Lisbeth Meléndez señaló que desde el inicio de la campaña presidencial los crímenes de odio se habían incrementado en un 600 por ciento.
Meléndez indicó que los vínculos de Donald Trump y de parte de su administración con los grupos supremacista harán que los crímenes de odio se intensifiquen y que la actuación de la justicia no sea oportuna.
>> Multitudinaria marcha contra el racismo en Boston, EE.UU.
