El titular de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Francisco Eguiguren, advirtió que la decisión del Gobernador de la provincia de Jujuy, Gerardo Morales de enviar a Milagro Sala a que cumpla su detención en una casa vandalizada y en condiciones similares a las de un penal no son otra cosa que “el cambio de una prisión a otra prisión”.
En entrevista para el medio Radio Rebelde, Eguiguren destacó que “la prisión domiciliaria debe realizarse en el domicilio donde vive, rodeada de los suyos”. Dijo ver en la dirigente social a una persona “sometida a un aniquilamiento”.
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El representante de la CIDH remarcó que lo resuelto por la justicia de Jujuy no cumple con la resolución del organismo internacional que conduce y es otro paso en la estrategia de hostigamiento de la dirigente social.
Eguiguren recordó que la comisión ordenó que Sala fuera enviada a su casa porque “vimos a una persona que estaba siendo sometida a un aniquilamiento”. “Vimos una persona acorralada, cohibida”.
Los jueces jujeños que llevan las causas por las cuales Sala está detenida desde enero de 2016 dieron esta semana el primer paso para cumplir en forma parcial al fallo de la CIDH.
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“Estamos a la espera de recibir información oficial sobre el cumplimiento de las recomendaciones”. Advirtió de todos modos que el camino emprendido por el gobierno de Morales no es el que marcó la CIDH.
A mediados de esta semana el juez Gastón Mercau dispuso que Sala sea trasladada, pero no a su casa en el centro de San Salvador de Jujuy, sino a otro domicilio: un inmueble en las afueras de la ciudad, en el barrio La Ciénaga, que fue vandalizado y no tiene puertas, ventanas, conexión eléctrica, agua ni sanitarios.