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El Gobierno de Panamá construyó dos centros de recepción de personas en la provincia de Darién y uno en la frontera con Costa Rica para proporcionar refugio, alimentos, atención sanitaria, agua y saneamiento.

El Gobierno de Panamá construyó dos centros de recepción de personas en la provincia de Darién y uno en la frontera con Costa Rica para proporcionar refugio, alimentos, atención sanitaria, agua y saneamiento. | Foto: EFE

Publicado 5 septiembre 2023



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De acuerdo a una agencia de la ONU, la asistencia humanitaria tanto en Panamá como en Costa Rica sigue siendo "limitada" para hacer frente al éxodo.

La Oficina de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos (DD.HH.) mostró este martes su preocupación por las "múltiples violaciones y abusos" a los que se enfrentan los migrantes que atraviesan el Tapón del Darién, en Panamá, en su ruta hacia Estados Unidos (EE.UU.).

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Se trata de una zona una densa selva tropical que une América del Sur con Centroamérica y lugar de paso, en la cual "los migrantes están expuestos a múltiples violaciones y abusos de los derechos humanos durante su viaje, incluida la violencia sexual, que supone un riesgo especial para los niños, las mujeres, las personas del colectivo LGBTI y las personas con discapacidad"

Así lo indicó en rueda de prensa la portavoz de la oficina de la ONU Marta Hurtado, quien enumeró entre estas violaciones, que la población migrante es víctima de asesinatos, desapariciones, trata de personas, robos, así como intimidación por parte de grupos del crimen organizado.

De acuerdo a cifras de la ONU, en lo que va de año, más de 330.000 personas ya han cruzado esta región montañosa de 575.000 hectáreas entre Colombia y Panamá, la cifra anual más alta registrada hasta la fecha, frente a las 248.000 personas que lo hicieron en 2022.

Hurtado, en su denuncia, puntualizó que "los migrantes caminan una media de entre cuatro y siete días en el caso de los meses de sequía, aunque esta cifra aumenta hasta los diez durante los nueve meses que dura la estación de lluvia en la región", dijo.

Frente a este incremento migratorio, el Gobierno de Panamá construyó dos centros de recepción de personas en la provincia de Darién y uno en la frontera con Costa Rica para proporcionar refugio, alimentos, atención sanitaria, agua y saneamiento.

No obstante, de acuerdo a la agencia de la ONU, la asistencia humanitaria tanto en Panamá como en Costa Rica sigue siendo "limitada" para hacer frente a este éxodo, algo que "empeora las precarias condiciones de vida" y "aumenta la vulnerabilidad de las personas".

En esa dirección, la oficina de Naciones Unidas instó a la comunidad internacional a seguir fortaleciendo sus apoyos.

También pidió a ambos países que aborden los "factores estructurales" que obligan a estas personas a abandonar sus hogares y emprender estos viajes en busca de una vida "más digna y segura" para ellos y sus familias.

"Abordar los desafíos migratorios exige esfuerzos y soluciones colectivas a nivel regional e internacional", explicó. 
 


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