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Presidente de Filipinas, Ferdinand R. Marcos Jr., expresó: “Los extremistas que ejercen la violencia contra los inocentes siempre serán considerados enemigos de nuestra sociedad”.
Un artefacto explosivo fue detonado este domingo durante una misa católica en el gimnasio de la Universidad Estatal de Mindanao, en Marawi, sur de Filipinas, en ataque que fue reivindicado por el Estado Islámico, acabó con la vida de al menos cuatro personas y dejó alrededor de 50 heridos.
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Celebrada a propósito del primer domingo de Advenimiento, la misa tenía como mayoría presente a estudiantes. Marawi es la mayor ciudad musulmana del país y en ese territorio operan grupos insurgentes que no reconocen el acuerdo de paz firmado en 2014 entre el Gobierno y el Frente Moro Islámico de Liberación.
Entre ellos hay algunos leales al grupo terrorista autodenominado Estado Islámico (EI), quienes horas atrás publicaron en su canal de Telegram este mensaje: “Los soldados del Califato detonaron un artefacto explosivo contra una gran reunión de cristianos infieles en la ciudad de Marawi mientras realizaban rituales politeístas”.
I condemn in the strongest possible terms the senseless and most heinous acts perpetrated by foreign terrorists upon the Mindanao State University (MSU) and Marawi communities early this Sunday morning. Extremists who wield violence against the innocent will always be regarded as…
— Bongbong Marcos (@bongbongmarcos) December 3, 2023
De acuerdo con medios locales, esta agresión puede constituir una represalia por las operaciones militares llevadas a cabo por el Ejército filipino contra objetivos terroristas.
El presidente del país surasiático, Ferdinand R. Marcos Jr., a través de un mensaje en X dijo a propósito del atentado: “Los extremistas que ejercen la violencia contra los inocentes siempre serán considerados enemigos de nuestra sociedad”.
El mandatario ofreció condolencias a familiares de las víctimas y afirmó: “Tengan la seguridad de que llevaremos ante la justicia a los autores de este acto despiadado”.
Por otro lado el gobernador de Lanao del Sur, Mamintal Adiong, señaló que en su provincia se defienden “los derechos humanos básicos y eso incluye el derecho a la religión. Los ataques terroristas a instituciones educativas también deben ser condenados porque son lugares que promueven la cultura de paz y moldean a nuestros jóvenes para que sean los futuros formadores de este país”.
La ciudad ha vivido momentos convulsos en los pasados años, uno en particular fue en 2017 cuando yihadistas afines al Estado Islámico tomaran parcialmente la ciudad y durante cinco meses el Ejército filipino debió combatirlos.
