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Díaz-Canel afirmó que las políticas financieras de la UE siguen imponiendo barreras al desarrollo de América Latina e instó a una reforma profunda de las instituciones financieras heredadas de Bretton Woods.

Díaz-Canel afirmó que las políticas financieras de la UE siguen imponiendo barreras al desarrollo de América Latina e instó a una reforma profunda de las instituciones financieras heredadas de Bretton Woods. | Foto: Cancillería de Cuba

Publicado 18 julio 2023



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El presidente de Cuba aseveró en cumbre Celac-UE que América Latina y el Caribe no es el traspatio de EE.UU. y no aceptará que se le trate como suministrador de materias primas.

El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, aseguró este martes que las naciones de América Latina y el Caribe y las que integran la Unión Europea (UE) pueden y deben relaciones: más justas, equilibradas, solidarias y cooperativas para mejorar la vida de sus pueblos.

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Al intervenir durante la III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la UE, con sede en la capital belga, Bruselas, el jefe de Estado manifestó que la asociación estratégica entre ambas regiones -proyección esbozada durante la cumbre realizada en 1999- no existe y que este lado del mundo no constituye prioridad para el bloque de Los 27, como demuestran los ocho años sin reuniones de este tipo.

Precisó que las naciones latinoamericanas son libres y soberanas, no constituyen el traspatio de los EE.UU., tampoco aceptan que se les trate como colonias o simples proveedoras de materias primas y durante estos años avanzaron en la integración -como demuestra la creación de la Celac- y en trabajar por un futuro común.

Expresó que “las políticas financieras de la UE siguen imponiendo barreras al desarrollo de nuestra región”, rezago del neocolonialismo y el saqueo capitalista, y abogó por “una reforma integral de la arquitectura financiera heredada de la Guerra Fría y de Bretton Woods”, para “buscar soluciones al grave problema de la deuda externa, que hemos pagado varias veces”.

Instó a discutir a profundidad temas como la migración así como “la proliferación de los discursos de odio, la intolerancia, las políticas excluyentes y xenofóbicas para enfrentar el creciente flujo de migrantes de países del Sur”.

Llamó la atención sobre el interés de países hegemónicos por “reemplazar el compromiso con la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional por un llamado orden internacional ‘basado en reglas’”, las cuales no han sido negociadas ni acordadas por todos los Estados, dijo.

Exigió el respeto a “los principios de igualdad soberana y de no injerencia en los asuntos internos de los Estados” y “al derecho inalienable de cada país de decidir su propio sistema político, económico y social, sin imposiciones de pretendidos paradigmas culturales, democráticos y de derechos humanos”.

El líder cubano dejó claro que “una relación entre iguales debe basarse en el diálogo respetuoso y honesto, dejando las amenazas e imposiciones”. Señaló que “la única alternativa al actual desorden internacional es un orden mundial más cooperativo, justo y solidario”.

No obstante el punto muerto en las relaciones Celac-UE, consideró que esta cumbre devino paso positivo y ha de traducirse en acciones concretas para prestar atención cambio climático, la seguridad alimentaria, el financiamiento al desarrollo, la transferencia de tecnologías, las energías renovables, la transformación digital, la investigación científica, el comercio y la inversión.

Asimismo, agradeció a los países de la UE por su rechazo al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba durante más de 60 años y a la inclusión de la nación caribeña en la lista de países que patrocinan el terrorismo.

Por otro lado, recordó que “la positiva implementación del acuerdo de diálogo político y cooperación entre la Unión Europea y Cuba nos confirma que, sobre bases de reciprocidad y sin injerencias, es posible construir espacios en beneficio común con respeto por nuestras diferencias”.


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