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Este viernes, la Misión de Investigación de la ONU para Myanmar advirtió a través de un comunicado que los testimonios recabados durante su primera visita a Bangladés apuntan a “un patrón consistente y metódico de acciones resultando en graves violaciones de los derechos humanos”, contra los rohingyas
El líder de la misión y ex fiscal general de Indonesia, Marzuki Darusman, se mostró “profundamente perturbado” tras finalizar su visita a Bangladés, lugar al que han huido más de 600.000 rohingyas en los últimos dos meses.
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Otra de los miembros de la misión, Radhika Coomaraswamy, aseguró sentirse “conmovida y estafada”, tras escuchar otro testimonio sobre violencia sexual, que aseguró es uno de los más “horrendos” con los que se ha encontrado en su carrera.
"Uno podía ver el trauma en los ojos de las mujeres que entrevisté. Cuando se prueben, nunca debe permitirse que este tipo de abusos se deje sin castigar", manifestó Coomaraswamy.
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La misión lamentó que Myanmar no les haya dado todavía acceso al estado de Rakhine, lo que "dificulta" el esclarecimiento de lo que está ocurriendo, agrega el comunicado.
La información recogida por la delegación, incluyendo los testimonios de rohingyas, será verificada y posteriormente incluida en el informe que ésta deberá presentar ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre del año próximo.
Más de la mitad de los refugiados #Rohingyas que huyen de Myanmar son niños https://t.co/zXbZz2wRQT pic.twitter.com/eVsySI7BJe
— teleSUR TV (@teleSURtv) 20 de septiembre de 2017
En su último informe de situación difundido este viernes, el Grupo de Coordinación Intersectorial de la ONU cifra en 605.000 a los rohingyas llegados a Bangladés en los últimos dos meses.
En contexto
Tras un ataque de un grupo insurgente de la comunidad musulmana perpetrado el 25 de agosto, contra las instalaciones policiales y militares en el estado Birmano de Rakhine, los rohingyas comenzaron a entrar en crisis y a desplazarse.
Myanmar por su parte no reconoce a los rohingyas como una comunidad del país y los considera bangadeshíes tratando a los 300.000 miembros de esa minoría como unos extranjeros.
