El líder del opositor Partido Popular Democrático Selahattin Demirtas reiteró este lunes su llamado a la paz en Turquía e instó a poner fin a los enfrentamientos entre el gobierno y la guerrilla kurda.
Durante unas declaraciones a la prensa, el dirigente partidista pidió a Ankara y al ilegalizado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) deponer sus armas y abogó por trabajar para evitar el incremento de la cifra de muertos.
Los nuevos ataques contra los kurdos tuvieron su justificación en un ataque suicida ocurrido en la localidad turca de Suruc, donde fallecieron 32 activistas, tras el cual Ankara operaciones contra el grupo terrorista autodenominado Estado Islámico (EI) y el PKK, por considerarlos una amenaza.
Aun cuando se trata de agrupaciones y conflictos diferentes, el Ejecutivo insiste en igualar a los que considera sus enemigos y los acusa de realizar acciones simultáneas contra Turquía.
Según la versión digital del diario Hurriyet, decenas de personas fallecieron durante recientes enfrentamientos entre la guerrilla kurda y las fuerzas del orden.
Para el analista internacional Gales Moussa Hamad, los kurdos se han erigido en una de las más importantes líneas de defensa contra los avances de los yihadistas en el norte de Irak y Siria, obligando a Occidente a reconocerlos como aliados clave en la batalla contra el EI.
En entrevista con teleSUR, el especialista llamó la atención sobre el hecho de que el Gobierno turco no quiere que de ninguna manera los kurdos se fortalezcan, ya que en un futuro podrían crear un estado independiente y autónomo.
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Los kurdos tienen un gran problema, son nación sin tierras, sin patrias, sin presidentes, es decir van a encontrar muy poco apoyo de otros países en la región, prácticamente ellos se encuentran solos, afirmó Mouusa Hamad.
La orientación comunista del PKK el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, la principal fuerza independentista kurda en Turquía, considerada una organización terrorista por el gobierno de Ankara y sus amigos occidentales tampoco le ayudaría a los nacionalistas kurdos a granjearse la simpatía de EE.UU. y sus principales aliados, consideró el analista.