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Con la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, las relaciones diplomáticas con Cuba tuvieron un retroceso que recientemente llegó al punto inesperado y singular con la acusación ataques acústicos contra sus funcionarios estadounidenses en la embajada en La Habana.
Bajo la amenaza de "ataques de una naturaleza desconocida", la administración de Trump decidió “defender la seguridad” del personal, y retirar a la mitad de sus funcionarios. Asimismo, ha eliminado la emisión de visados a los cubanos, expulsado a funcionarios cubanos de Washington y recomienda a los estadounidenses no viajar a la isla.
Pero qué hay detrás de esta acusación en medio de la cual se ha invisibilizado a las víctimas así como las supuestas armas sónicas.
Mientras que Cuba insiste en avanzar hacia la normalización de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones, ahora EE.UU. se aleja de ese camino iniciado el 17 de diciembre de 2014.
La posición de EE.UU. en par con la política de Trump
“Los investigadores no han podido determinar quién es responsable o qué está causando estos ataques”, precisó el Gobierno de la nación norteamericana, luego de que antes hubiera acusado al Gobierno cubano o de un tercer país de usar equipos de escuchas que provocarían efectos en la salud de su personal.
Los síntomas reportados incluyen desde pérdida auditiva hasta problemas cognoscitivos, mareos, dolores de cabeza y fatiga.
Entretanto, anuncian que mantendrán relaciones diplomáticas con Cuba, "y nuestro trabajo en Cuba sigue guiado por la seguridad nacional y los intereses de política exterior de Estados Unidos". Sin embargo, estos intereses parecen haber cambiado tempestivamente con la Presidencia de Trump, que dio vuelta atrás con los acuerdos alcanzados con Cuba en la gestión de Barack Obama.
"No levantaremos las sanciones al Gobierno cubano hasta que haga reformas fundamentales", afirmó Trump en la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde ratificó su posición, pese a que su sucesor reconoció el fracaso de estas acciones unilaterales.
En busca de cumplir con sus advertencias, Trump ha aumentado las restricciones de viaje hacia la mayor de las Antillas y reafirmado la política del bloqueo económico, financiero y comercial.
Cuba, la contraparte
Cuba ha rechazado las acusaciones e iniciado una investigación de forma inmediata para la cual crearon un comité interinstitucional de expertos; ampliaron y reforzaron las medidas de seguridad a la sede, su personal y las residencias diplomáticas, y habilitaron nuevos canales de comunicación directa entre la Embajada y el Departamento de Seguridad Diplomática.
Las autoridades cubanas han instado a los especialistas estadounidenses ha visitar la isla y adelantar el análisis de los hechos.
La Cancillería de Cuba asegura que ha cumplido con “todo rigor y seriedad” sus obligaciones emanadas de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, en lo referido a la protección de la integridad de los agentes diplomáticos y los locales de la misión.
“La impecable ejecutoria de nuestro país en este ámbito es internacionalmente reconocida, y Cuba es considerada universalmente como un destino seguro para visitantes y diplomáticos extranjeros, incluidos los estadounidenses”, explica.
Además, la nación caribeña considera "infundada e inaceptable" la decisión de expulsar también a funcionarios cubanos de Washington por este motivo.
Como en tiempos de la Guerra Fría
No es la primera vez que La Habana y Washington registran situaciones con características de la Guerra Fría. En la historia quedan hechos como los intentos de la CIA de matar al líder de la Revolución Fidel Castro con tabacos envenenados y un traje de buzo infectado con virus mortales.
Mediante la Operación Mangosta se ejecutaron actos terroristas, ahora reconocidos, para causar pánico entre la población cubana y mermar su apoyo al proceso de cambios iniciado en 1959.
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Sin embargo, Cuba nunca se ha visto envuelta en casos de agresiones hacia funcionarios estadounidenses. Por otro lado, de acuerdo con los especialistas, no hay un “arma acústica” capaz de lograr los efectos alegados desde habitaciones cerradas hasta lugares públicos, con una precisión capaz de dañar a una persona en específico y dejar ilesas otras.
Para el Dr. Toby Heys, jefe de un centro de investigación sobre tecnologías futuristas en la Universidad Metropolitana de Manchester, en Reino Unido, las ondas sonoras por debajo del rango de audición podrían teóricamente causar daño físico, pero sería necesario utilizar enormes bocinas a grandes volúmenes, algo difícil de esconder.
¿A quién beneficia el retroceso de las relaciones diplomáticas?
Para el analista internacional Miguel Ángel Ferrer, "la respuesta no puede ser más sencilla y obvia: a aquellas personas que a lo largo de los últimos sesenta años han tenido y mantenido ese propósito: los sectores más radicales del exilio cubano, sobre todo en la Florida".
Como parte de su campaña presidencial, Trump prometió en Miami a la oposición del Gobierno cubano modificar la relación con Cuba y poco más tarde, cuando echó para atrás los acuerdos diplomáticos se vio acompañado de estos, que acompañaron su discurso con euforia.
Ferrer recuerda entre ellos a Mario y Lincoln Díaz-Balart, Marco Rubio, Ileana Ros-Lehtinen, Bob Menéndez y "muchos otros de ideología anticomunista y práctica terrorista".
Fue Rubio quien no tardó en pronunciarse sobre el tema a través de su cuenta en Twitter: "¿Así que el régimen de Castro permite los ataques a los estadounidenses que nos obligan a reducir (el personal) para mantenerlos a salvo, pero él consigue mantener cerca del mismo (número) de personas aquí?".
Al respecto, el analista internacional Ángel Guerra, recuerda que, "como es harto conocido, Rubio ha encontrado una mina para reflotarse política y financieramente en la guerra contra Cuba y Venezuela".
