Este jueves en Tanzania el vicepresidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, expresó que desea que los líderes del este de África puedan mediar y lograr una salida negociada al conflicto en Burundi, tras el anuncio del derrocamiento del presidente Pierre Nkurunziza.
Los Jefes de Estado y Gobierno que fueron convocados a la cumbre de la Comunidad de África Oriental (CAO) en Tanzania, realizaron una declaración de cinco puntos de condena al golpe y exigieron un retorno al orden constitucional en Burundi.
Los Mandatarios consideran que las condiciones no son propicias para las elecciones del 26 de junio, por lo cual debe seguir un proceso de consulta con todas las partes para asegurar que la situación se normalice y se realicen comicios dentro del respeto a la Constitución y al acuerdo de Arusha.
Fuentes gubernamentales de Burundi, aseguran que la situación está controlada y que las fuerzas de seguridad perseguirán a los autores del presunto golpe. Nkurunziza niega la maniobra golpista, pero aún no se encuentra en el país porque no pudo aterrizar en el aeropuerto internacional de Bujumbura.
En contexto
El pasado 6 de mayo, el Tribunal Constitucional de Burundi autorizó la candidatura del presidente Nkurunziza, para las elecciones del 26 de junio próximo, pese a las violentas protestas que ha generado la decisión del mandatario de aspirar a una tercera etapa al frente de la nación africana.
La candidatura provocó temor entre grandes sectores de la población, quienes temen la repetición de conflictos anteriores como la guerra civil ocurrida de 1993 a 2005, que enfrentó a los dos principales grupos étnicos del país -hutus y tutsis- y causó la muerte de más de 250 mil ciudadanos.
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