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  • El cambio climático es un factor multiplicador de riesgos que afecta a la salud humana. Sus impactos se han incrementado con el tiempo y se dividen en repercusiones directas, mediadas por ecosistemas e indirectas.
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    El cambio climático es un factor multiplicador de riesgos que afecta a la salud humana. Sus impactos se han incrementado con el tiempo y se dividen en repercusiones directas, mediadas por ecosistemas e indirectas.

Este fenómeno climático agrava diversas amenazas para la salud y plantea nuevos desafíos de salud pública en todo el mundo.

El cambio climático ya no es un problema exclusivo de las futuras generaciones; estamos experimentando sus efectos en la actualidad. Cada año, las temperaturas promedio registran aumentos significativos, y un mayor número de personas se ven afectadas por desastres naturales, enfermedades sensibles al clima y otros problemas de salud relacionados.

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Este fenómeno climático agrava diversas amenazas para la salud y plantea nuevos desafíos de salud pública en todo el mundo. Algunos indicadores de salud sugieren que, en las próximas décadas, el cambio climático podría resultar en un alarmante incremento de 250,000 muertes adicionales anuales.

Además, casi el 99% de la población mundial está expuesta a niveles de contaminación del aire que superan las recomendaciones de calidad de aire de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que pone en riesgo su bienestar.

Monitoreo de las ciudades indican peor calidad del aire

Más de 6.000 ciudades en 117 países están monitoreando actualmente la calidad del aire, pero muchas personas que residen en estas áreas continúan respirando niveles peligrosos de contaminantes como partículas finas y dióxido de nitrógeno. Lamentablemente, son las poblaciones de países con ingresos bajos y medianos las más afectadas por estas exposiciones perjudiciales.

Estos datos han llevado a la OMS a destacar la urgencia de reducir el consumo de combustibles fósiles y tomar medidas concretas para disminuir los niveles de contaminación del aire.

El cambio climático está teniendo un impacto grave en la salud y el bienestar de las personas. Las variaciones en el clima están aumentando el riesgo de enfermedades relacionadas con el calor, alterando los patrones de propagación de enfermedades infecciosas y aumentando la probabilidad de fenómenos meteorológicos extremos como inundaciones, sequías, incendios forestales y huracanes. Además, existe una amenaza constante de contaminación atmosférica.

Enfermedades respiratorias, seguridad alimentaria y acceso al agua

Aunado a lo anterior, la crisis climática también está afectando las necesidades humanas básicas, como la seguridad alimentaria y el acceso a agua potable y saneamiento. Las poblaciones más vulnerables incluyen a personas en situación de pobreza, ancianos, individuos con condiciones de salud preexistentes y minorías étnicas.

Según un informe reciente del Banco Mundial, se estima que el cambio climático podría sumir en la pobreza extrema a 132 millones de personas adicionales para el año 2030, con más de la mitad de ellas viviendo en África subsahariana y Asia meridional. Los efectos del cambio climático sobre la salud son la principal causa del aumento de la pobreza, llevando a más de 44 millones de personas a la pobreza extrema.

El cambio climático es un factor multiplicador de riesgos que afecta a la salud humana. Sus impactos se han incrementado con el tiempo y se dividen en repercusiones directas, mediadas por ecosistemas e indirectas. Estas repercusiones van desde enfermedades relacionadas con el calor hasta la alteración de la transmisión de enfermedades infecciosas y problemas de salud mental.

Algunos de los efectos indirectos en la salud, son los siguientes:

  • Agravamiento del asma y otras repercusiones alérgicas, debido a la exposición a los aeroalérgenos.
  • Mayor índice de mortalidad cardiopulmonar por la alta presencia de partículas y a la alta concentración atmosférica de ozono muy tóxico.
  • Agravamiento de otras enfermedades circulatorias y respiratorias.

Para hacer frente a estos desafíos, es crucial fortalecer los sistemas de atención médica y prepararse para responder a los problemas de salud relacionados con el clima. Además, se debe reducir la huella ambiental del sector sanitario, que actualmente contribuye con al menos el 5% de las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero, mediante la adopción de eficiencia energética y fuentes de energía renovable en sus operaciones. Esto incluye medidas como la modernización de las cadenas de frío y otros equipos críticos.


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