Brasil y su carnelevarium para el mundo

El carnaval en Brasil es un evento cultural de gran relevancia que representa la alegría y el espíritu festivo del país. Esta fiesta tiene sus raíces en las tradiciones europeas, llevada a ese territorio por los colonizadores portugueses en el siglo XVII.

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Hoy muchas tradiciones del carnaval tienen raíces en las antiguas costumbres tribales africanas. Por ejemplo, los ancestros africanos solían realizar desfiles y recorridos por las aldeas para alejar los malos espíritus y purificar el ambiente. Además, solían crear máscaras y disfraces utilizando elementos naturales como piedras, huesos y hierbas.

El uso de plumas también era muy común, ya que simbolizan la elevación y el renacimiento de los espíritus. Estos elementos siguen siendo fundamentales en el Carnaval de Brasil en la actualidad.

Sin embargo, a lo largo de los años, ha adquirido otras características propias que lo hacen único en el mundo.

Los desfiles de samba y las coloridas carrozas son algunas de las manifestaciones más destacadas de esta celebración. Además, las diferentes regiones del país tienen sus propias variaciones del carnaval, lo que hace de Brasil un verdadero crisol de tradiciones y expresiones culturales.

Brasil es conocido como la cuna de la samba, y esto se evidencia en el carnaval. La música y el baile son elementos fundamentales que hacen de esta fiesta una experiencia explosiva.

Las escuelas de samba, compuestas por grupos de bailarines, músicos y diseñadores, compiten entre sí en enormes desfiles que cuentan historias a través de sus coreografías y grandiosas puestas en escena. Estos desfiles son seguidos por millones de espectadores en todo el mundo, que quedan maravillados por la energía y la expresividad de los participantes.

Pero el carnaval en Brasil no se limita únicamente a los desfiles de samba. También existen otros eventos populares, como los famosos bloques de calle, donde la gente se congrega en las calles para disfrutar de la música, bailar y cantar. Estos bloques son una muestra de la espontaneidad y alegría del pueblo brasileño, que se entrega por completo a la fiesta.

En la ciudad de Olinda también se celebran los carnavales de manera espectacular, avivando las tradiciones y siendo una glorificación de la memoria histórica en su forma más auténtica.

En estas fechas ocurre un estallido de colores mientras la música resuena y las personas se mueven al ritmo de las danzas tradicionales africanas. 

Toda la población se lanza a las calles de la ciudad para bailar y mostrar su alegría, luciendo vistosos disfraces y acompañados de simbólicos muñecos gigantes al compás de la música de los Blocos da Troca.

Los habitantes de Olinda reciben con entusiasmo a las comparsas de grupos de danza, que suelen ir acompañados por muñecos gigantes elaborados a mano por la misma comunidad. 

Generalmente, estos muñecos suelen representar personajes históricos o emblemáticos de la región y del país, añadiendo un toque especial a la celebración. En esta época, Olinda brilla aún más gracias a su reconocida arquitectura, ofreciendo a los visitantes otra razón para sumergirse en la maravillosa experiencia de esta fiesta.

El carnaval en Brasil es considerado uno de los más importantes de América Latina por su magnitud e influencia en la región. Su legado ha trascendido las fronteras brasileñas y ha llegado a países vecinos como Argentina, Uruguay y Colombia, donde se celebran versiones propias del carnaval brasileño.

Incluso en el Caribe, el Carnaval de Brasil ha dejado una huella importante, influyendo en las celebraciones de países como Trinidad y Tobago.

El carnaval brasileño ha logrado combinar tradición, música, color y diversión en una única celebración que es admirada y disfrutada por personas de todas las edades y procedencias. Es una expresión cultural que enriquece no sólo a Brasil, sino también a América Latina y el Caribe, proyectando una imagen de alegría y vitalidad a nivel mundial.

El carnaval en este lugar de Latinoamérica representa una verdadera fiesta de la diversidad y la cultura. Es también un legado que recuerda la importancia de celebrar la vida y la alegría de existir, de quitarse las carnes (carnelevarium) en una época determinada del año.