Lo más interesante de las encuestas es analizarlas un tiempo después de que se haya producido el resultado que pretendían predecir. He aquí algunos ejemplos para América latina:
La conclusión es muy simple: un gran número de encuestas no aciertan el dato oficial en elecciones en América latina. No atinan a 30 días ni tampoco a 10 días de la contienda. Ni siquiera logran acertar el mismo día (exit poll). No solo se equivocan significativamente en el porcentaje de votos de cada aspirante, sino que muchas veces tampoco aciertan en el candidato u opción ganadora. A pesar de estos resultados, existe una sobreestimación mediática de la utilidad de las encuestas en la predicción electoral.
Son muchas las fallas metodológicas en las estimaciones:
Además de estos errores, claramente las encuestas tienen un alto sesgo político. Buscan condicionar el resultado final en vez de acertarlo. Se han convertido en un arma política con un objetivo muy claro: reducir las expectativas de victoria de algunos candidatos mientras inflan a otros.