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    Los campamentos como forma de protesta en apoyo al pueblo palestino se multiplican en todo EE.UU.

Más de 20 universidades son epicentro de manifestaciones propalestina. Cada vez hay más jóvenes en todo el país que rechazan el genocidio perpetrado por Israel.

Más de una veintena de jóvenes formaban un círculo, arrodillados en el Alumni Park, predio del campus de la Universidad del Sur de California (USC) en Estados Unidos (EE.UU.). Sus cabezas cubiertas de kufiyas, pañuelo símbolo del pueblo palestino.

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Antes eran más, pero de a uno fueron esposados con precintos plásticos y se los llevaron. Un centenar de policías los rodearon con cascos y armas. En total, en la tarde del miércoles, fueron detenidos 93 estudiantes de ese centro de estudios.

En el mismo parque, un joven graduado en Ciencias Políticas circulaba con una bandera palestina en la mano izquierda cuando fue entrevistado por los medios locales y dijo que “esta bandera significa la verdad, significa la lucha para las personas que están oprimidas y significa también mi amiga que está en Palestina y a muchas de sus familias que sufren lo que pasa en ese país. No es una guerra, es un genocidio”.

La detención de cientos de estudiantes esta semana ha producido una reacción en cadena y cada vez son más los campus universitarios en donde los jovenes se manifestan. | Foto: EFE

En el otro extremo del país, en la Universidad de Columbia, en Nueva York, son decenas las carpas que se acomodan en el campus en un soleado día de primavera. Estudiantes pintan pancartas con frases como “Let Gaza live” (Deja que Gaza viva) o “Free Palestine” (Palestina libre) con pintura roja y verde.

“Los estudiantes aquí han sido suspendidos, hay drones que andan encima de nosotros, hasta helicópteros. Hay policías que están fuertemente armados, ya arrasaron el campamento la semana pasada y cada noche, cuando nos acostamos, no sabemos si la policía va a invadir la universidad de nuevo”, relató desde el campamento el profesor Danny Shaw, colaborador de teleSUR, que ejercía la docencia en la institución que decidió despedirlo por oponerse al genocidio sufrido por el pueblo palestino.

Las acciones en solidaridad hasta este 26 de abril se llevaban adelante en al menos 20 campus universitarios, entre ellos los correspondientes a la Universidad de Nueva York (NYU), el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), la Universidad de Yale en Connecticut, la Universidad de Berkeley en California y en la Universidad de Michigan. 

Graduación

Asna Tabassum es la estudiante de mayor rendimiento académico de la USC. Se reivindica como musulmana estadounidense y su familia es originaria del sureste asiático. Se graduó con una especialización en Ingeniería Biomédica y con una especialización secundaria en Resistencia al Genocidio.

Sin embargo, por razones de “seguridad” su discurso de graduación fue cancelado después de que se convirtiera en el objetivo de una campaña de odio antipalestino en internet dirigida por grupos pro Israel. 

“Cuando pedí detalles sobre los problemas de seguridad no me ofrecieron información y me dijeron que no era apropiado que lo supiera”, dijo Tabassum al medio estadounidense Democracy Now

Esta censura de parte de las autoridades provocó la indignación de cientos de estudiantes de la casa de estudios, que el pasado viernes decidió cancelar la aparición de los oradores y los ganadores de títulos honoríficos en la graduación del 2024 programada para el próximo 10 de mayo y que suele convocar a más de 50.000 personas cada año.

El hecho tuvo un efecto contagio en todo el país y reforzó las actividades que se efectuaban desde principio de año en distintas casas de estudios.

La conflictividad sigue en aumento y las protestas se vuelven cada vez más masivas. El estudiantado rechaza, además de la censura de Tabassum, la ola de represión de las fuerzas de seguridad contra manifestaciones pacíficas y la decisión del Congreso estadounidense de aprobar por amplia mayoría un “paquete de ayuda” a Tel Aviv por el valor de 26.000 millones de dólares, en momentos en que los asesinados por el régimen israelí superan los 34.000, en su mayoría niños y mujeres.

Piel de cordero

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, condenó las protestas de los estudiantes estadounidenses. "Lo que está sucediendo en los campus de Estados Unidos es horrendo. Turbas antisemitas se apoderaron de las principales universidades", expresó en un mensaje en vídeo grabado en inglés.

El artilugio discursivo utilizado por Tel Aviv es el mantenido desde el 7 de octubre, cuando el movimiento de resistencia palestina Hamás lanzó la operación “Diluvio de Al Aqsa”. 

En esa línea, cuando el presidente de EE.UU., Joe Biden, fue preguntado sobre las manifestaciones, dijo que condenaba tanto “las protestas antisemitas” como a “aquellos que no entienden lo que está pasando con los palestinos”.

A su vez, un grupo de legisladores federales, liderados por la representante republicana de Nueva York, Elise Stefanik, firmaron una carta esta semana en la que solicitan la renuncia de la presidenta de la USC, Minouche Shafik. 

La parlamentaria señaló, en declaraciones a la prensa convocada a proposito de la entrega de la carta, el fracaso de Shafik en “poner un fin a la horda de estudiantes y agitadores que instan a actos de terrorismo contra los estudiantes judíos”.

Uncommitted

Pese a las posturas oficiales, la solidaridad con el pueblo palestino crece entre quienes no consideran como una práctica antisemita el hecho de condenar la campaña militar israelí que resulta en el asesinato de decenas de miles de víctimas inocentes y el asedio del territorio, que ha cortado el acceso a la mayoría de alimentos, agua, electricidad y artículos de primera necesidad, como medicinas.

La confrontación entre el establishment y la juventud también toma relevancia en un año, cuando en EE.UU. se decide quién será el próximo presidente del país. De hecho, las implicancias de un aumento de la polarización entre quienes dan su apoyo a Israel o se solidarizan con Palestina ya ha tenido sus efectos en el proceso de selección de candidato en el Partido Demócrata.

En las elecciones primarias demócratas de Míchigan, más de 100.000 votantes optaron por la decisión “Uncommitted”, es decir, optaron por la elección de delegados no comprometidos con ninguno de los candidatos. La atípica elección (los votos de este tipo siempre son marginales), tuvo lugar tras una campaña que llamó a votar por esta opción a manera de condena al apoyo de Biden al genocidio en marcha contra el pueblo palestino durante el desarrollo de los comicios primarios. 

Los resultados superaron ampliamente las expectativas de quienes desarrollaron la campaña, cuyo objetivo declarado era el de obtener 10.000 votos.

No es un dato menor. Míchigan es considerado como uno de los estados claves en términos electorales debido a la histórica paridad entre demócratas y republicanos. De hecho, Trump ganó el estado en 2016 por casi 11.000 votos y, en 2020, Biden ganó por unos 154.000 votos.

A su vez, el ejemplo de Michigan fue replicado en múltiples estados y, hasta principios de abril, más de 500.000 estadounidenses de todo el país habían emitido sus votos en las primarias demócratas por las opciones electorales “No comprometidos”, “No instruidos” y “Sin preferencias” para enviar al presidente Biden un mensaje sobre la necesidad urgente de poner fin a las matanzas en Gaza. 

La encuestadora Gallup publicó un informe en el que muestra que, por primera vez, los demócratas simpatizan más con la causa palestina que con el Estado israelí. “Después de una década en la que los demócratas han mostrado una creciente afinidad hacia los palestinos, sus simpatías en Medio Oriente ahora están más hacia los palestinos que hacia los israelíes, 49 por ciento versus 38 por ciento”, precisó.

El descenso del apoyo a las políticas de Israel respecto a Oriente Medio tuvo un marcado descenso en las generaciones jóvenes. | Foto: Gallup

Además, el estudio señala que en la población “Millennials” (individuos de entre 23 y 44 años) la simpatía por Israel descendió este año por primera vez a números negativos y es considerablemente más baja que en generaciones más longevas. También se detalla una baja en la población de “indiferente”, lo cual indica una creciente polarización en este término y un aumento del interés en este tópico. 


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