Desde tiempos inmemoriales los viernes y los días 13 por sí solos han generado temor en el público. Mientras que 13 está relacionado con la transformación y el cambio, al viernes se le asocia al movimiento. Pero cuando ambos se juntan, los más supersticiosos se enfrentan al día con la predisposición a tener una muy mala jornada.
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Se cree que este temor colectivo al viernes 13 se remonta a un evento que pasó a la historia marcado por el misterio y la traición: el viernes 13 de octubre de 1307, el rey francés Felipe IV inició la persecución contra la Orden de los Caballeros Templarios que culminó en el arresto masivo de sus miembros y las requisas de sus bienes por parte de la Inquisición.
Persuadido por el Papa Clemente V, este rey ordena la captura de los caballeros acusados de sacrílegos, de herejes y de cometer actos de sodomía y de adoración de ídolos paganos en supuestos ritos heréticos que esta orden practicaba. Sin embargo, todas esas acusaciones eran falsas y solo fueron el medio para ocultar las verdaderas razones económicas por las cuales se arremetía contra los templarios.
Cuenta la historia que el objetivo del Rey de Francia era acabar con la poderosa y acaudalada orden militar que fungía como prestamista principal de la Corona francesa y de otros países.
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El procedimiento que originó la captura de la Orden de los Caballeros Templarios estuvo plagado de cientos de irregularidades, para empezar por el hecho de que debían ser juzgados por el Derecho canónico y no por la justicia ordinaria, como lo hicieron. Además, las confesiones de culpabilidad que obtuvieron de los acusados, todas fueron lograda mediante torturas.
En 1314, por orden del Papa y de nobles europeos, Jacobo de Molay, Godofredo de Charney, Hugo de Peraud y Godofredo de Goneville fueron condenados a morir en un islote del Sena llamado Isla de los Judíos. Molay se dirigió a quienes habían propiciado la caída de los templarios:
"Dios conoce que se nos ha traído al umbral de la muerte con gran injusticia. No tardará en venir una inmensa calamidad para aquellos que nos han condenado sin respetar la auténtica justicia. Dios se encargará de tomar represalias por nuestra muerte. Yo pereceré con esta seguridad".
Cierta o falsa la frase, lo real es que en menos de un año murieron el Rey Felipe IV y el Papa Clemente V.
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