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  • Según la Unesco, aunque hay suficiente agua dulce en el planeta como para satisfacer la demanda mundial, la distribución es desigual, tanto en tiempo como en espacio.
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    Según la Unesco, aunque hay suficiente agua dulce en el planeta como para satisfacer la demanda mundial, la distribución es desigual, tanto en tiempo como en espacio.

El Banco Mundial advierte que las brechas en el acceso a las fuentes de abastecimiento al agua y su saneamiento se debe a varios factores.

De acuerdo con el Banco Mundial, alrededor de 2000 millones de personas en todo el mundo carecen de acceso a los servicios de agua potable, gestionados de forma eficiente.

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Además, el ente asegura que 3600 millones de personas no cuentan con servicios de saneamiento y 2300 millones carecen de instalaciones básicas para lavarse las manos.

Los informes de la ONU, la OMS y la Unesco

Aunado a lo anterior, el informe más reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que esta carencia y saneamiento de agua potable ha ocasionado la muerte de, por lo menos, 1,4 millones de personas.

El Banco Mundial advierte que las brechas en el acceso a las fuentes de abastecimiento al agua y su saneamiento se debe a varios factores, entre ellos, el crecimiento demográfico, el uso intensivo del agua, la variabilidad de las precipitaciones y la contaminación, lo cual atenta contra el progreso económico, el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza.

Por otro lado, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) aclara que la escasez de agua es un fenómeno natural, pero también es inducido por la actividad de los seres humanos, pues, aun cuando hay suficiente agua dulce en el planeta, como para satisfacer la demanda mundial, la distribución es desigual, tanto en tiempo como en espacio, acotando que mucha de ella es desperdiciada y contaminada, o manejada de forma insostenible.

Enfermedades asociadas a la escasez de agua

Además, acota que, en lugar de escasez como tal, más bien hay un número significativo de regiones en el planeta que sufren de la carencia debido a que el uso de este recurso ha crecido más del doble, en relación con la tasa de incremento poblacional en el último siglo. En otros casos, una parte de la población carece de la infraestructura necesaria para tomar agua de los ríos y los acuíferos, por lo que esta situación representa un desafío para el desarrollo socioeconómico y humano en general.

La directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la Organización, María Neira, afirmó: “Hemos visto mejoras en los niveles de servicios en los últimos diez años, pero los progresos son desiguales e insuficientes".

Neira también explicó que la necesidad de invertir en este aspecto es más relevante que nunca dados los riesgos que se asocian a la salud, y que ya se observan hoy día, debido a “los conflictos, la aparición de resistencia a los antibióticos, el resurgimiento de focos de cólera y las amenazas a largo plazo del cambio climático”. 

La Organización de Naciones Unidas (ONU) advierte que las enfermedades diarreicas representan la mayor parte de la carga, con más de un millón de muertes y, en segundo lugar, se encuentran las infecciones respiratorias agudas, relacionadas con 356.000 muertes.

En el caso de los niños, menores de cinco años, la falta de saneamiento fue responsable de 395.000 muertes.

En total, un 89 por ciento de las muertes atribuibles corresponden a países con bajos y medios-bajos ingresos; no obstante, los países con altos ingresos también se encuentran en riesgo.

Pero, las consecuencias de la insalubridad del agua en la salud no solo ocasionan las enfermedades mencionadas, sino que también están asociadas con la falta de bienestar social y mental.

¿Qué se puede hacer?

Para reducir esta problemática, la OMS sugiere a los gobiernos adoptar las siguientes medidas, en conjunto con los organismos de las Naciones Unidas, el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil:

  1. Acelerar las acciones para que todos puedan tener acceso a los servicios de agua, saneamiento e higiene, de forma segura.
  2. Centrar los esfuerzos en los más desfavorecidos y en condición de pobreza, ya que el acceso suele ser menor en las poblaciones rurales y los grupos socioeconómicos más bajos.
  3. Adoptar sistemas nacionales de vigilancia para mejorar los datos sobre el acceso de la población a los servicios.

De igual manera, la ONU ha presentado de forma simultánea una herramienta para modelizar el impacto de las enfermedades y se espera que esto promueva la formulación de políticas informadas y sea un apoyo en la asignación estratégica de recursos para los programadas de agua, saneamiento e higiene.


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