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    Partió con su arpa el 2 de mayo de 2019. Dos años años antes había partido su Potra Zaina, y ese luto permaneció en su alma...

Juan Vicente Torrealba también preservó sus vivencias personales en el llano, y las musicales, en libros. Fue protagonista en aproximadamente 130 discos entre LP y grabaciones en 78 rpm. Escribió más de 600 composiciones, la mayoría éxitos nacionales e internacionales.

Tenía intenciones de hacerse guitarrista, y de hecho lo intentó en serio hasta que escuchó nada menos que al Maestro larense Rodrigo Riera. Fue entonces cuando Juan Vicente Torrealba acogió el consejo de María Luisa Escobar: “cambia la guitarra por el arpa”. Y ya sabemos lo que pasó para fortuna de la música popular y tradicional venezolana. Se cumplen 105 años de su natalicio. Estos fueron sus inicios.

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El recuerdo de Héctor Cabrera

Cualquier persona que haya tenido un disco del sello Banco Largo en sus manos sabe de la joya de la que se trata, porque fue un sello para la magnificencia de la música de Venezuela, con características que contextualizan la historia de su creador, Juan Vicente Torrealba.

No nació en el llano, pero toda su familia era llanera. Nació en Caracas, el 20 de febrero de 1917, en lo que después sería la zona central de la ciudad, pero en ese momento era casi rural, de sembradíos. Y no había cumplido el año cuando sus padres (Santana Torrealba y María Esperanza Pérez) decidieron retornar al llano trasladándose a la propiedad que tenían en el estado Guárico, cerca de la población de Camaguán, llano profundo, y recio. Esa propiedad familiar tenía un hermoso nombre: Banco Largo, que luego sería definitivamente importante en la trayectoria de Juan Vicente.

Se dedicaría con su familia a las faenas inherentes a la propiedad llanera. La distracción, entonces, era el trabajo, desde cargar el agua de madrugada de una laguna para regar las plantas, cortar juncos en la sabana o hacer de becerrero, también madrugando. A veces iba con los trabajadores a cazar cachicamos de noche, y sus padres, dueños del hato, lo permitían para que se fuera formando sólidamente.

La adolescencia y juventud también transcurrieron en el llano, viendo y compartiendo la faena del ganado con los hombres de a caballo. Juan Vicente se formó igualmente en esa disciplina.

En esa etapa la mayor distracción era ir a un pueblo llamado La Unión para los bailes de arpa, cuatro y maracas. Contaba Torrealba que era una alegría cuando escuchaban esa especie de cañonazo anunciando que habría baile en la Casa Comercio, porque le gustaba mirar a las muchachas, bailar… y fijarse en lo que hacían los arpistas de los grupos que se presentaban.

Ya tocaba la guitarra pues había llegado la radio y la innovación permitía escuchar música de otros países. Así que Juan Vicente se empeñó en tocar guitarra y llegó a dar hasta serenatas en los pueblos. De hecho llegó a tocar guitarra ahí, en el pueblo de La Unión, en el estado Barinas.

Fue viendo a un arpista apureño que llegó de visita, Natividad Marchena, cuando Juan Vicente se entusiasmó de verdad con el instrumento. De hecho se llevó al arpista para el hato Banco Largo para que su padre pudiera escucharlo. Decidió estudiar el arpa, solo, sin maestro alguno, porque jamás lo tuvo. Él lo dijo. Aprendió solo.

El arpa, en Caracas

Juan Vicente Torrealba volvería a Caracas, su ciudad natal, ya con 31 años de edad, en 1948. Llegó con su primera esposa (Carmen Belén León Toledo) y tres hijos. Tenía una casa en la urbanización Los Chaguaramos. Seguía buscando la vida, la independencia, y sus sueños. Un día con un amigo se puso a tocar su guitarra, allí en Los Chaguaramos, donde vivía, y personas que le escucharon le propusieron que fuera a la Radio Nacional de Venezuela.

Consiguió presentarse, como guitarrista, en la emisora que en ese entonces estaba ubicada en la esquina de Cuartel Viejo, en el centro de la capital venezolana. Allí conoció a María Luisa Escobar, compositora, pianista, defensora del derecho autoral y en ese momento relacionista de la RNV.

Juan Vicente fue anunciado en la radio como guitarrista solista, algo que lo asombró porque sabía que no tenía esa condición. Tres meses estuvo en ese plan de presentaciones radiales hasta que escuchó al extraordinario guitarrista larense (de Carora) Rodrigo Riera. Confesaría Juan Vicente que entendió que lo de él con la guitarra después de escuchar a Riera, no tenía vida. Y se fue a buscar el arpa, siguiendo el consejo de María Luisa Escobar. Y es que la extraordinaria creadora y gremialista apoyó la idea de Torrealba para promover la música llanera en Caracas y le dio dos consejos de oro. Le dijo que con guitarra los pasajes sonaban bien, pero que lo ideal era el arpa. También le dijo: “Si quiere promover su música, grábela”.

María Luisa Escobar le apoyó en todo pues hasta un disco de los llamados discos maestros (para grabar) le obsequió y ordenó que habilitaran el estudio radial para que Torrealba grabara. Se convirtió así en el primero en grabar, en un disco de 78rpm, un seis numerao con la guitarra; también sería el primero en grabar una tonada en un disco de 78rpm marca RCA QJVT-003, ‘Tonada del Pajarillo’.

Para realizar la grabación convocó a su hermano Arturo Torrealba y a su hijo Santana Torrealba León, en lo que sería la génesis de “Los Torrealberos”. Un año después de ese debut radial fue cuando compuso sus primeros temas: ‘Las caricias de Cristina’ y el ‘Concierto en la llanura’ que le ha dado la vuelta al mundo varias veces.

Concierto en la llanura

 

Programa propio

Le trasladaron el arpa desde Guárico hasta Caracas y Juan Vicente se dedicó intensamente a estudiar en los tiempos libres pues ya había conseguido un contrato en Radio Caracas Radio para un programa propio al que puso por nombre “Llano adentro con Los Torrealberos”.

Confesaba el propio Juan Vicente que fue allí, en ese programa propio donde verdaderamente estudió con intensidad y comenzó a tocar el arpa profundamente.

Su primer gran éxito nacional fue “María Laya” cantado por Magdalena Sánchez. Dio Torrealba por autor a Ignacio 'indio' Figueredo, y le aclararon que ese pasaje era de José Cupertino Ríos, pero en el gusto popular quedó grabado el nombre del Indio Figueredo. Siempre admiró a Cupertino y lo consideró de los mejores en la composición llanera.

Así fue conociendo por dentro al mundo radial, el discográfico, y sus vinculaciones comerciales. Decidió entonces en 1949 crear una empresa de grabación y distribución discográficas para no caer en manos especulativas y sobre todo para proteger su obra en todos los sentidos. Esa empresa se llamó “Discos Banco Largo” y está considerado el primer sello disquero de música llanera.

Décadas productivas

Comenzaba la década de los cincuenta. Magdalena abandonó el grupo al igual que Ángel Custodio Loyola, voces fundadoras, pues. Ingresaron entonces Hilda Cornieles, “Marisela” y Mario Suárez. Ya para ese entonces Torrealba buscaba compositores de solvencia como Germán Fleitas Beroes, de Camaguán precisamente y Ernesto Luis Rodríguez. Con el tiempo otras voces hicieron historia con Los Torrealberos, como las de Rafael Montaño, Pilar Torrealba y Héctor Cabrera.

Comenzó una etapa altamente productiva en la actividad musical de Juan Vicente Torrealaba. Es en esta década de los cincuenta cuando compone sus temas “Solito con las estrellas”, “Desilusión”, “Muchacha de ojazos negros”, “Valencia”, “Aquella noche”, “Barquisimeto”, “Noches de Porlamar”,y “Campesina”, entre otras.

Es también en la década de los cincuenta cuando transforma el arpa al sustituir las cuerdas de tripa por cuerdas de nylon diseñando también un sistema para calibrarlas. Tal creación se mantiene aún y se estandarizó de tal forma que Torrealba, ante la demanda, creó la fábrica de arpas Banco Largo.

Esa productiva década culminaría con una gira internacional que llevaría a Los Torrealberos en 1958 a Europa, concretamente a Italia, España, Portugal, Francia y Suiza. 20 meses estarían por el viejo continente cosechando aplausos. Ciertamente esta gira también tuvo que ver con una suerte de autoexilio, pues había sido vinculado con la dictadura que caía el 23 de enero de ese año, algo que negó siempre.

No se quedó atrás Juan Vicente en las siguientes décadas. Numerosas giras internacionales, grabaciones y reconocimientos esperaban por él. Sus giras por Venezuela siempre fueron muy esperadas, siendo además querido en Paraguay, Colombia y México, naciones con tradición de arpas. Incluso en México participó en dos películas donde aportó su música con gran éxito. Conocería entonces al gran amor de su vida, a su 'Potra Zaina', Mirtha Teresa Pantoja, modelo y pintora venezolana.

La Potra Zaina

 

Para 1993 se retira de los escenarios nacionales y dos años más tarde se retira de la escena internacional desde México, país en el que siempre fue muy bien recibido. A partir de ese momento la pintura y la fotografía pasaron a ser parte de su cotidianidad.

Legado

En un viaje a Alemania estudió acerca de la música electrónica, que posteriormente trasladaría a la sonoridad de su agrupación a la que, por cierto, agregó el teclado. Hasta una orquesta de Cámara tuvo Torrealba, quien fue un invitado permanente en actividades sinfónicas.

Hacia 1987 creo la Fundación que lleva su nombre con la intención de auspiciar, difundir y enaltecer a genuinos cultores de la música venezolana y de América Latina.

En 1999 promovió la digitalización, restauración y masterización de las grabaciones musicales análogicas, la edición de colecciones discográficas con multimedia y los arreglos y orquestación sinfónica de toda su obra.

Juan Vicente Torrealba también preservó sus vivencias personales en el llano, y las musicales, en libros.

Fue protagonista en aproximadamente 130 discos entre LP y grabaciones en 78 rpm. Escribió más de 600 composiciones, la mayoría éxitos nacionales e internacionales.

Torrealba Suite

 

Estelares voces de las tarimas internacionales hicieron versiones de los temas de Torrealaba: Pedro Infante, Pedro Vargas, Javier Solís, Miguel Aceves Mejías, Marco Antonio Muñiz, Alfredo Sadel, Plácido Domingo y Julio Iglesias, entre otros muchos.

Fue reconocido con más de 45 condecoraciones, incluyendo las más importantes de su tierra natal. Le fue entregada la réplica de la Espada de El Libertador Simón Bolívar, por parte del presidente venezolano Nicolás Maduro en 2017 cuando Torrealba arribó a la centuria de su natalicio.

Fue designado como una de las 100 personalidades latinoamericanas del siglo XX.

En la ciudad mexicana de Xalapa hay una plaza, una calle, y un parque con su nombre.

En Camaguán tiene avenida, plaza y estatua completa. (Siempre le alegró que no fuera un busto, sino 'estatua completa', decía)

Sinfonía en el Palmar:

 


El aplauso más largo de su carrera siempre recordó que lo escuchó en Villavicencio, Colombia. Fue tal la ovación que Juan Vicente buscó donde sentarse para ver si con su gesto lograba calmar a aquella multitud que no paraba de aplaudir.

Nunca se sintió caraqueño. Nació en Caracas porque sus padres solían viajar a la capital en enero y febrero de cada año.

Reiteró en varias oportunidades que le gustaría que lo recordaran escuchando “Concierto en la llanura”, la obra que lo identificó ante el mundo y le abrió las puertas del reconocimiento universal.

Partió con su arpa el 2 de mayo de 2019. Dos años años antes había partido su Potra Zaina, y ese luto permaneció en su alma...

Tenía 102 años de edad y una obra inmensa, como el llano que todo se lo dio, el llano de su crianza.

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Juan Vicente Torrealba

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