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  • Es en Mérida donde canta por primera vez como solista con su cuatro y hace su particular versión de “María Antonia”.
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    Es en Mérida donde canta por primera vez como solista con su cuatro y hace su particular versión de “María Antonia”.

Llega a los 76 años el Cantor de la Voz de Pueblo y Venezuela lo celebra. No siempre un país puede darse el lujo de celebrar vivos a sus cantores. Y Venezuela festeja, sin distinción alguna.

Nació en El Pilar, población del estado Sucre ubicada en el sureste de esa región, mirando hacia el Golfo de Paria. Fue el 12 de julio de 1947 y le dieron por nombre Gualberto José Ibarreto Barrios, hijo de Pablo Cruz y Miguelina, quienes además le obsequiaron otros tres hermanos, dos mayores y uno menor.

Estaba muy pequeño cuando sus padres optaron por marchar a los campos petroleros en busca de mejor fortuna. No estaba buena la situación en los pueblos orientales y el campo no daba como prometía dar el petróleo. Así que la Mesa de Guanipa se convirtió en el centro de acopio de las esperanzas de muchos venezolanos, sobre todo del oriente, aunque un gran contingente de margariteños optó por los campos petroleros del estado Zulia.

Allí en San Tomé Gualberto se fue delineando como Gualberto, con matices culturales, actos escolares, amigos valiosos que mantuvo con el tiempo, como Benito Irady, Earle Herrera, Hernán Gamboa y Enrique Hidalgo (Compositor muy importante en la posterior carrera musical de Gualberto), todos aglutinados en la Casa de la Cultura de la Ciudad de los Murales y de su periódico “Antorcha”.

Consultando los recuerdos con el profesor Benito Irady, presidente del Centro de la Diversidad Cultural de Venezuela, hace valiosas acotaciones que enriquecen el contexto de la formación de Gualberto:

“Nos conocimos en los tiempos de estudiantes del liceo. Él iba un par de años más adelantado que yo. En la Mesa de Guanipa nació nuestra amistad. Cuando el se va a la ULA (Universidad de Los Andes), yo me voy a la UDO (Universidad de Oriente). Y desde la UDO le organicé muchos conciertos cuando era cantante de Música Latinoamericana.  Se hizo más intensa nuestra cercanía a través de Luis Mariano Rivera, amigo común”.

El profesor Irady acota más: “En El Tigre vivía Enrique Hidalgo, también fuimos grandes amigos. Y en El Tigrito y San Tomé Earle Herrera y Gualberto Ibarreto. Todos nos juntamos en los tiempos de bachillerato. Todos cooperaron conmigo, cuando yo fui Director de la Casa de la Cultura de El Tigre en 1971-72. No  olvidemos a Hernán Gamboa, que además de ser fundador de Serenata Guayanesa, vivía en la Mesa de Guanipa. En aquel tiempo era profesor de Química en el liceo, y era artista. Es este un contexto muy interesante para comprender las inquietudes culturales y musicales de Gualberto Ibarreto. Fueron  años de formación definitiva. Tiempos en los que los poetas  Efrain Subero y Gustavo Pereira también alimentaron la cultura de esa zona”.

Tigre de antaño

 

Camino propio

No fue ajena la música en la familia de Gualberto si tenemos en  cuenta la inclinación musical de sus abuelos. Desde pequeño aprendió a tocar el cuatro y a juntarse con personas mayores, para aprender de ellas. Tal vez por ello comenzaron a decirle “El pichón”, el más joven. Es el Tigre, sin duda, una ciudad crucial en la formación de Gualberto, quien estudió primaria y bachillerato allí y tal como relata el profesor Irady, entró de lleno en el contexto de una orientalidad que luego se hizo nacional.

En 1968 llega Gualberto a Mérida para estudiar Economía. En realidad parece que llegó a serenatear, aunque tampoco dejó los estudios formales. Era protestatario. Ya desde El Tigre lo era, porque las desigualdades sociales eran notorias, incluso con los pueblos originarios de la zona.

En ese contexto 1968 -1972 Gualberto ingresa en lo que podríamos denominar la Canta Nacional, y no solo eso: pasa a decantarse  de una canción de protesta suramericana a una canción necesaria venezolana.

Los temas de Enrique Hidalgo, Luis Mariano Rivera, Simón Díaz, Otilio Galíndez, Perucho Aguirre fueron caldo de cultivo para sus impresiones sociales. Siempre proclamó, por lo menos en esos tiempos que en Venezuela había demasiados temas de Conciencia que no eran necesariamente de Quilapayún o Inti Illimani o de la trova Cubana y ponía como ejemplos  “El mango y la manzana”, “Cerecita”, “Mi suma y la de Juan”, y luego “Mi abuela” de Perucho Aguirre y temas de Otilio Galíndez (como Pueblos Tristes) que cantaba Lilia Vera, o de Iván Pérez Rossi, o de Adelis Freitez, director de “Carota, Ñema y Tajá”, del estado Lara.

Luis Mariano, Simón y Gualberto

 

María Engracia

Es en Mérida donde canta por primera vez como solista con su cuatro y hace su particular versión de “María Antonia”, tema en el que hay que detenerse, porque a pesar de haberlo conversado mucho con El Cantor de la Voz de Pueblo y de haberse dado tantas explicaciones, entre ellas la de Carlos Emilio Landaeta, el  legendario Pan con Queso del Sonero Clásico del Caribe, el asunto como que no termina de quedar claro, estando más claro que agua de arroyo.

Podemos leer: “En los primeros meses de 1975 se escuchaban ya en todas las emisoras del país, los temas contenidos en su primer disco de larga duración, (El disco de Gualberto). El tema que más impactaba tenía un ritmo típico del oriente venezolano y unos versos muy jocosos referentes a una protagonista de conducta excéntrica de nombre María Antonia. Como autor aparecía José Ramón Villarroel quien era conocido como intérprete de ritmos del oriente venezolano acompañado por el conjunto de Francisco Mata y sus Guaiqueríes. El estribillo solo muestra una pequeña diferencia con una vieja canción caribeña de título “María Engracia”.

El Quinteto “La Plata” grabó “María Engracia” en el disco de 78 rpm Decca, serial 21051 B y número de matriz 66181. En la etiqueta del disco la autoría se atribuye a Plácido Acevedo, destacado músico puertorriqueño. Utilizando la información del libro  “The Almost complete 78 rpm Record Dating Guide de Steven C. Barr puede afirmarse que la grabación fue realizada en la segunda mitad del año 1939.

En 1967, el trompetista y director de orquesta dominicano radicado en Venezuela Porfi Jiménez incluyó el tema en el Lp  Velvet 1350 “Porfi 67 Salsa y Boogaloo” acompañando a la voz de Chico Sensación Salas. Los versos son los mismos que en la grabación del Quinteto La Plata pero en la autoría se emplea la muletilla “D.R.”, abreviatura de “Derechos Reservados de Autor”

Para complementar lo  aseverado en la investigación de la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado dejamos los testimonios sonoros.

1939 Quinteto La Plata de Puerto Rico.  Tema del trompetista y compositor Plácido Acevedo.

 

1968 Porfi Jiménez de República Dominicana, en Venezuela

 

1975 Gualberto Ibarreto

 

Lo que pasa es que en el Caribe todos los Oriente están muy unidos, y por Oriente llegó. El testimonio y grabación de 1939 no deja lugar a dudas, porque aunque las letras hayan variado en algo, la intencionalidad del tema y la linea melódica no permiten equívocos.

Y hasta entonces

El periplo musical de Gualberto Ibarreto tiene muchos ciclos. Bajar al averno y salir de él por su propia voluntad, caer en los enredos afectivos de su fama y salir de ellos directo a los brazos de Berta, guardar silencio y regresar para regocijo de su pueblo, representarnos nada menos que en Cuba en el Festival “Todo el mundo canta”, y recibir el homenaje que en mayo de 1995 le hiciéramos en el Poliedro de Caracas, con una multitud de músicos y de pueblo, en un acto como pocos se vieron en ese recinto forma parte de su ciclo vital, inolvidable. Estar enfermo y reponerse más por sus propias ganas que por otras circunstancias, mantenerse firme y además no abdicar en lo que fue su conciencia social inicial aunque muchos traten de torcer la vía, también hace parte de su impronta.

Hoy he vuelto a ser él

 

Llega a los 76 años el Cantor de la Voz de Pueblo y Venezuela lo celebra. No siempre un país puede darse el lujo de celebrar vivos a sus cantores. Y Venezuela festeja, sin distinción alguna al gran intérprete de Cerecita, La Guácara, Anhelante, Mi Suma y la de Juan, María Antonia, El Mango y la Manzana, El Negro y el Catire, Cristal, Ah cuerpo cobarde, Hoy he vuelto a ser él, Canchunchú Florido, El Sancocho, Jota Margariteña, Mi abuela, La Carta, Presagio, La Bikina, Amor bonito, El Guareque, La distancia,  El Diablo Suelto, Galerón margariteño, y muchos temas más  que pertenecen al alma popular venezolana.

Mil felicidades al Pichón Mayor al arribar a sus 76 de vida… y los que faltan.

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