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  • Los vientos del huracán Fiona alcanzaron los 140 kilómetros por hora (kph), lo que causó un colapso del sistema de energía eléctrica y severos daños a toda la red de suministro y de la infraestructura instalada.
    En Profundidad

    Los vientos del huracán Fiona alcanzaron los 140 kilómetros por hora (kph), lo que causó un colapso del sistema de energía eléctrica y severos daños a toda la red de suministro y de la infraestructura instalada.

El Departamento de Salud de Puerto Rico ha notificado más de 20 muertes vinculadas al paso del huracán Fiona, tanto directa como indirectamente.

Desplazados de día, recogidos en la oscuridad de la noche. Así vive en Puerto Rico una parte de su población después del destructivo poder natural del huracán Fiona -categoría uno- frente a la desesperanzadora condición colonial.

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Los vientos alcanzaron los 140 kilómetros por hora (kph), lo que causó un colapso del sistema de energía eléctrica y severos daños a toda la red de suministro y de la infraestructura instalada. 

También fallaron las fuentes alimentadoras de corriente en las estaciones de bombeo de los acueductos, el servicio de internet y se lamenta la muerte de al menos 29 personas, relacionadas con los efectos del Huracán, tanto de forma directa como indirecta, refiere el Departamento de Salud. 

Resulta preocupante que tras la saturación del suelo, hayan más pronósticos de lluvias, agravando las zonas inundables y los deslizamientos de tierra en carreteras y zonas residenciales.

Foto: Captura/Departamento de Salud de Puerto Rico

El otro huracán

No hablamos de María, el fenómeno climatológico categoría 5, que -hace justamente cinco años atrás- devastó esta hermosa isla del Caribe, sino de lo que el Gobierno colonial y la Junta de Control Fiscal impuesta desde EE.UU., significan sobre ésta sociedad lastimada.

Como un juego macabro, se rehúsan a auditar la deuda contraída en los últimos 30 años, por gobiernos bipartidistas con los bonistas, la cual suma unos 143.000 millones de dólares. El escritor Eduardo Lalo la describe como “una deuda inconmensurablemente, mayor que la de países varias veces más grandes que Puerto Rico”.

El actual Gobierno defiende a como dé lugar la privatización del servicio eléctrico. Negados a encontrar soluciones fiscales estructuralmente sólidas para los problemas que enfrenta la Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico - AEE- han convertido este polémico proceso en el ABC del capitalismo neoliberal. Millones de dólares en honorarios para los asesores de la “Junta” y el aumento galopante de las tarifas, más allá de una tasa económicamente sostenible para la mayoría de los puertorriqueños. 

Todo esto sobre un sistema de servicio eléctrico que, al día de hoy, no se ha podido activar en todo el país tras el paso de Fiona.

Cuando en 2021, el Gobierno de Pedro Pierluisi y el Partido Nuevo Progresista en el poder anunciaron que entraba en vigor el rechazado contrato con LUMA Energy,  afirmaron el comienzo de una nueva era de desarrollo energético.

“Las promesas de Pierluisi son consistentes”, también afirmó pública y serenamente tras el huracán Fiona, que en breve tendrán activado el sistema eléctrico en todo el país. 

Más de 66.000 personas todavía no disponen de agua, en parte porque las bombas dependen de la electricidad y muchas no tienen plantas generadoras de reserva.

Un pueblo sufrido, que tras el huracán María quedó por largos meses sin electricidad, en algunos casos, ausente por más de un año. Por lo que el deterioro inducido de la corporación pública AEE fue el escenario perfecto para la gran estafa: la privatización de la energía eléctrica.

Pero la eficiencia anunciada con la privatización y distribución del sistema eléctrico se convirtió en un rotundo fracaso develado por Fiona. 

Ante la desesperación popular y el reclamo de los líderes sociales por la falta de energía eléctrica, tras una docena de días, algunos alcaldes municipales intentaron adelantar el trabajo con sus propios equipos y fuerzas para la reparación de los daños. Así levantaron los postes derribados, recogieron las estructuras destruidas en las zonas afectadas.

Pero hay que ver a LUMA Energy, empoderada por el Gobierno de turno, quienes demeritan a la fuerza calificada y desempleada de los trabajadores puertorriqueños de la AEE, mientras contratan a electricistas norteamericanos muy bien pagados para trabajar en esta isla, de la cual desconocen la infraestructura y las características territoriales.

“Desde que regresé a Puerto Rico, hace 30 años, he escuchado miles de barbaridades y me he indignado con miles de cosas, pero jamás pensé escuchar a una compañía privada extranjera, amenazar a nuestros alcaldes con la prisión, por hacer lo que se supone es su trabajo, ayudar a sus pueblos en tiempo de crisis”, afirma en las redes sociales el productor musical, Eduardo Aguiar.

“Viene a la memoria los tiempos de los gobernadores americanos -continúa- que cuando llegaban al país, con quien primero se reunían era con los gerentes de las centrales azucareras gringas, pues ellos eran los que ejercían el poder en el país. Lo único que lamento es no tener la edad, ni la salud para tomar las acciones que merecen este momento histórico”, agregó.

La Policía de Puerto Rico recibió una querella de la empresa LUMA Energy. La denuncia consistió en que el alcalde de Isabela, Miguel ‘Ricky’ Méndez, estaba impedido de activar brigadas municipales para suplir el servicio a los ciudadanos.

Ante ello, la Asociación de Alcaldes reaccionó en solidaridad por la gestión de activar sus propias fuerzas a través de las brigadas municipales, con el objetivo de dar respuesta a sus pobladores para energizar a las comunidades. 

“Emplazamos al gobernador Pedro Pierluisi, a que emita una orden ejecutiva para activar a los exempleados de la Autoridad de Energía Eléctrica, que están destacados en agencias del gobierno luego de la transición a LUMA Energy. El Código Municipal vigente, sí permite a los alcaldes tomar acciones para que la ciudadanía pueda tener los servicios de agua y luz, en situaciones de emergencia como las de ahora”, señaló el alcalde de Villalba, Luis Javier Hernández Ortiz.

“Los alcaldes asociados, amenazaron con salir todos a la calle con brigadas municipales y privadas para reconectar el servicio eléctrico, ante la desesperación de miles de ciudadanos en todo Puerto Rico que siguen a oscuras, tras el paso del huracán Fiona”, precisaron en conferencia de prensa. 

Hablamos de un sistema eléctrico, al cual recientemente el Gobierno de Estados Unidos le asignó 10.000 millones para su reconstrucción. Entre tanto, funcionarios del Gobierno e inversionistas se afilan los dientes visualizando la porción de donde cada uno sacará su parte del pastel, sin que realmente les importe la calidad de la vida de quienes aún están sin servicio eléctrico, sin agua, con carencias de alimentos, combustible e internet.

A propósito, la visita a Puerto Rico del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, exhibe la disposición del Gobierno federal, como el proveedor listo para ayudar a la recuperación de la isla e intenta sentar una pauta diferente a la de su antecesor, Donald Trump, después del huracán María.

¿Podría empeorar?

Expertos y el Gobierno de Puerto Rico afirmaron al Centro de Periodismo Investigativo (CPI) que no existen soluciones inmediatas que eviten las obstrucciones de zanjas e inundaciones, durante eventos de precipitaciones extraordinarias, lo que agrava la situación de las comunidades aledañas a los canales de riego. 

Las condiciones empeoraron por las inundaciones causadas ante el paso del huracán Fiona y podrían agravarse por las lluvias previstas. No es difícil imaginar esta realidad, cuando todavía algunos proyectos de obra permanente en esta red de canales, están en la etapa de diseño. La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés) separó $62 millones en fondos de recuperación del huracán María para proyectos de obra en esta red de canales.

Ante ello, en octubre del 2021, la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) -a quienes pertenecen las estructuras de la desaparecida Autoridad de Fuentes Fluviales- presentó tres proyectos de obra permanente ante la FEMA para los tres distritos de riego actualmente con roturas y escapes. 

Tampoco, afirman los vecinos, el Gobierno realiza un proceso previo de desobstrucción, por lo que regularmente se afectan las comunidades aledañas en las localidades de Patillas, Isabela, Lajas y Salinas. Debido al proceso burocrático de FEMA las obras no iniciarán, según estimado, hasta el año 2024. 

Bañarse o llamar a su familia

La prensa local denuncia la pestilencia por excrementos y orina, acumuladas por varios días sin agua potable, ni electricidad, en los complejos correccionales de Ponce y Guayama tras el paso del huracán Fiona.

Existen testimonios de que los reclusos apenas han podido escoger entre bañarse o llamar a su familia, con los únicos 15 minutos que les asignaron fuera de las celdas. 

“Los confinados tienen que estar casi las 24 horas en su celda con el hedor de excremento, debido a que no pueden bajar el sanitario”, relató al CPI Dallie Cruz Ruiz, presidenta de la organización Defensoría de los Derechos de los Confinados. Solo dispusieron de dos botellas de agua al día y por la falta de electricidad, se les han reducido sustancialmente las porciones de alimentos. 

"Recordar que los hospitales son privados"

Tras la emergencia ciclónica, el secretario de Salud de Puerto Rico, Carlos Mellado, dijo a la prensa: habría que “hay que recordar que los hospitales son privados. Nosotros estamos brindándole toda la ayuda posible porque ciertamente dan un servicio que es esencial”. 

Lo cierto es que él califica como “ayuda” a una responsabilidad gubernamental, porque deben asegurar que cumplan con los estándares de seguridad exigidos por la Ley 101, de Facilidades de Salud y el Reglamento del Secretario de Salud para la Construcción, Operación, Mantenimiento y Licenciamiento de los Hospitales en Puerto Rico. 

Las fallas en los sistemas eléctricos o de planta física fueron reportados por pacientes y familiares en: el Centro Comprensivo de Cáncer en el Centro Médico de San Juan, en el Hospital Universitario, el Hospital Pediátrico. También la institución médica Pavía y el Hospital Susoni, ambos de Arecibo. Igual incidencia perjudicó la atención en el San Carlos Borromeo, de Moca, el Pavía de Yauco y el Hospital Metropolitano Psiquiátrico de Cabo Rojo.

El Gobierno no ha ofrecido información precisa sobre el impacto del huracán Fiona en los hospitales, aun cuando este pueblo no olvida que cerca de 3.000 fallecimientos por la emergencia del huracán María, estuvieron relacionados a fallas en los sistemas eléctricos en los de servicios de salud. 

“Pero hay que recordar que los hospitales son privados”, dijo Mellado. De esta manera, también la vida humana en el capitalismo neoliberal se convierte en el dolor de nadie.

Isla vaciada

Después del huracán María, unas 184.000 personas abandonaron Puerto Rico. Fue casi el 6 por ciento de su población, la mayor caída demográfica registrada en su historia, indicó el Instituto de Estadísticas de la isla caribeña. Muchos se fueron a vivir a Florida y Nueva York, donde habitan comunidades de puertorriqueños, previamente establecidos.

Algunos demógrafos lo compararon con la reducción poblacional que vivió Irlanda, durante la hambruna del siglo XIX. El escenario de una isla vaciada ha sido preconcebido. Desde los Estados Unidos de Norteamérica, convenientemente llegan ciudadanos con poder económico, a marcar el territorio boricua, exentos de impuestos.

El plan fiscal presentado en ese contexto ante la Junta de Supervisión Fiscal previó un descenso con la emigración de un 7,7 por ciento de personas. Los puertorriqueños buscarán mejorar el costo de sus vidas, que es menor en los estados del sur y centro de EE.UU.

Era una situación previsible ante el evidente rezago en los fondos asignados y el tiempo demorado en recibirlos. Así consta el informe de la Comisión de Derechos Civiles de Estados Unidos, al evaluar la respuesta frente a los huracanes Harvey en Texas y María en Puerto Rico, de 2017.

Mensajes desesperados en la noche del domingo 18 de septiembre del 2022, fueron simultáneos con los fuertes vientos y la lluvia que por 24 horas azotó a sus casas. Los pedidos de auxilio llenaron las redes sociales de los que alcanzaron a postearlos, antes de que el internet colapsara como todo el país en “Black out”. A partir de ahí, todo ha sido un gran desastre y la vergüenza ajena en el manejo de las emergencias.

Patria Astacio, residente de Playita en Salinas, se asomó a la puerta a las 20H30 (hora local). Sus vecinos le alumbraban con un ‘flashlight’.  “Vi que era Don Juan y le grité. Ahí me dijo que se levantó a orinar y que se dio cuenta que el agua le llegaba a las rodillas”, contó al Centro de Periodismo Investigativo, cómo les dio cobijo a una familia completa de envejecientes.

“No quiero ver lágrimas de cocodrilo de ningún político. Aquí llevan años con políticas que afectan nuestras comunidades”, expresó Roberto Thomas Ramírez, de la organización Iniciativa de Ecodesarrollo de Bahía de Jobos (Idebajo).

“Da mucha apretura de corazón, cómo ya a estas alturas, que se supone que estuviéramos bastante bien, desde la experiencia de los huracanes Irma y María, de los terremotos y la pandemia que hemos pasado, y nos pase algo tan irónico, de que tantas familias que todavía estaban en ese proceso de recuperación, vuelven a perderlo todo”, expresó. “Otros que no habían perdido nada, lo están perdiendo ahora con Fiona”.

La condición colonial se enfatiza como un boomerang de desalientos e imposibilidades, cuando la gente clama por auxilio. Suministros de combustibles retenidos en un puerto, porque lo impide la arcaica Ley Jones. Polémica legislación que no permite atracar en Puerto Rico a barcos extranjeros, dificulta el comercio de la isla o una posible ayuda internacional.

Puerto Rico es un territorio bajo los poderes plenarios del Congreso de Estados Unidos y existe toda evidencia legal ante la crítica situación. Tal y como sucedió un lustro atrás con el Gobierno republicano de Donald Trump, les estrujan en la cara que son considerados “norteamericanos de segunda”.

Sin embargo, el presidente demócrata Joe Biden, ha recibido un asesoramiento lógico frente a las próximas elecciones, motivo de su visita a Puerto Rico. Es el intento de garantizar a sus votantes puertorriqueños de la Florida, quienes en este minuto también esperan por “ayuda”. Aquella zona de alta importancia turística en territorio “parte de” los EE.UU., fue afectada consecutivamente por un huracán.

Pero la catástrofe mayor, los hace padecer poco a poco. Recortes sociales, empobrecimiento, asfixia colonial. Quiebra, una deuda impagable. Resistencia y lucha de un pueblo hermano, que clama herido.

“Isla mía, flor cautiva, 

para ti quiero tener

libre tu suelo, 

sola tu estrella…”. 

Antonio Cabán Vale, fragmento de “Verde luz”.


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