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    Picasso montó su primera exposición artística a los 13 años de edad en un establecimiento ubicado en la calle Real de Coruña, ciudad española.

Pablo Picasso es considerado el pintor más prolífico de todos los tiempos, con más de 13.500 pinturas y 300 esculturas, entre otras obras.

En los últimos días, las tropas cristianas avanzaban sin parar por todo Al Andaluz y únicamente seguían resistiendo Granada y Málaga.

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La ciudad se encontraba defendida por la Alcazaba y ésta por el Castillo de Gibralfaro, inalcanzable por la artillería enemiga debido a la altura de sus murallas.

Testigo del tiempo, de luchas, de asedio, de sangre derramada y de todas las herencias de moros y cristianos, desde allá arriba el niño Pablo escucha las memorias  de los abuelos y contempla a la ciudad. 

Silencio, cae la tarde y la noche fue coronada con una canción andaluza. Un silencio suena tanto como la guitarra flamenca y el gorjeo del cataor. Los demás, los que escuchan, saben qué y cuándo decir, porque de eso también se alimenta el flamenco que va por su sangre. 

Aunque no se conoce su origen exacto, el Cante Jondo proliferó en España, durante el reinado de los reyes católicos, como también la persecución de gitanos, judíos y musulmanes. De ahí vienen sus temas de vida y muerte, de amor y dolor. 

Se dice que a la llegada de los gitanos al sur de Europa, expandieron los cánticos con acento cultural heredados del árabe y el hebreo. Málaga, ciudad del sol y color. De luz marinera, corrida de toros y profunda historia de esencias, fue la cuna de Pablo Picasso. De todas esas pasiones nace el genio del Mediterráneo. 

Más allá del arte

Para entender al hombre y al artista, es importante visitar su casa natal y museo. El legado que el genio malagueño Pablo Ruiz Picasso (Málaga, 25 de octubre de 1881–Mougins, 8 de abril de 1973) dejó a su tierra, tiene un lugar incluso más allá de lo artístico.

Su casa, erigida sobre cimientos la ciudad fenicia que la habitó,  es visible al visitante, tanto sobre los restos de esta cultura, como los de la época romana.

La casa museo cuenta con dos colecciones, cuyo núcleo principal estaba formado por 200 obras pictóricas y esculturales, a las que se han ido sumando otras con distintas procedencias.

Foto: Casa Museo en Málaga

Por lo tanto es una exposición dinámica. Desde el principio se concibió como una muestra cambiante, que evoluciona a lo largo de los años, tal como lo hiciera Picasso en su insaciable innovación.

El museo también cuenta con una colección secundaría, el Fondo Otero. El periodista y fotógrafo, estableció una estrecha relación de amistad con el artista en los últimos años de vida de Picasso. 

Más de 1.500 documentos, principalmente imágenes, nos muestran a un Picasso artista, creando su arte, como retratos de su vida cotidiana, entre amigos y familia.

La Málaga de Picasso

La relación es mucho más estrecha de lo que algunos creen. 

“He nacido de un padre blanco y de un pequeño vaso de agua de vida andaluza, yo he nacido de una madre hija de una hija de 15 años nacida en la Málaga de los Percheles, el hermoso toro que me engendra la frente coronada de jazmines”.

Nació en Málaga y aquí pasó gran parte de su infancia. Lo nombran Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno Crispiniano y de la Santísima Trinidad, nombres con los que se le inscribió en el Registro Civil (a los que se les añadió María de los Remedios en su acta de bautismo) vino al mundo en el segundo piso del nº 36 de la Plaza de la Merced (actual nº 15).

Aún la iglesia de Santiago Apóstol, una de las primeras levantadas por los reyes católicos en Málaga, conserva su partida de bautismo. En este mismo lugar se casaron sus padres: José Ruiz Blasco y María Picasso López.

Nació en la céntrica y popular plaza de la Merced, entonces llamada “de Riego”.  En dos casas de esta misma plaza vivió sus primeros años de vida, toda su estancia en Málaga (1881-1891), en el seno de una familia liberal burguesa.

Fue fotografiado por primera vez con solo cuatro años de edad, al visitar la plaza del Teatro, donde tenía su estudio un profesional de la época, Francisco Martín Ramos.

Entre sus ininteligibles primeras palabras, balbuceó una que lo trasciende, dijo su madre. Fue "piz", señalando a un lápiz como los que utilizaba su padre para trabajar, que aún sin desarrollar el pulso, sería su juguete favorito. 

La infancia en la ciudad del Sol transcurre entre el 25 de octubre de 1881 y el 6 de octubre de 1891, donde indudablemente terminó su primer cuadro a los 9 años de edad. Nombrado El picador amarillo, es un homenaje a la tauromaquia y es considerada la obra más antigua del pintor.

Foto: Cortesía

La motivación por las artes plásticas lo acompañaría para siempre. Por lo que se conoce, montó su primera exposición artística a los 13 años de edad en un establecimiento ubicado en la calle Real de Coruña, ciudad española. Según varias críticas en diarios de la época, era considerado como un Mozart pero de la pintura.

Creció rodeado de mujeres: madre, hermanas, abuela y tía, muy cerca de la plaza de Málaga, configurada tal cual se conserva, donde revolotean las palomas que inspiraron sus primeros dibujos. 

El segundo piso del número 36, es hoy la Fundación Picasso, Museo Casa Natal. Muy próximo al portal de su casa hay una escultura de bronce que presenta a Picasso con una edad avanzada, creada por el escultor Francisco López Hernández y a donde todo caminante se acerca para tomarse una foto y tocarle la cabeza al artista. 

De igual manera, es común ver las imágenes del pintor y sus obras más conocidas estampadas en cualquiera de los motivos comerciales que abundan en el centro histórico de la ciudad mediterránea.  

Su primera escuela fue en el número 18 de la calle Comedias. Conocido como el antiguo colegio San Rafael, fue un centro de enseñanza privado, utilizado hoy como bloque de viviendas. 

Carmen Mendoza, la criada que después sería su modelo, se encargaba de llevarlo y traerlo. Alguna vez lo recordó como un niño inseguro. “Su paso por aquí no fue muy agradable y siempre andaba temeroso de que no le recogieran del colegio e inventaba estrategias para que volviesen a por él”.

Mientras vivía en Málaga, Picasso visitaba la Plaza de Toros de la Malagueta con su padre y su tío. Tan solo era un niño fascinado por el arte taurino, así que no es de extrañar que esta época data su primera obra, El picador amarillo. Fue realizada sobre una tablita recortada, a partir de la tapa de una caja de puros de su padre. 

Aunque Pablo Picasso partió pronto de Málaga, siguió visitando las plazas de toros de Arles y Nimes. En uno de sus dibujos escribió: “Los toros son ángeles que llevan cuernos”.

Memorias

El padre de Picasso, José Ruiz Blasco, fue profesor de Dibujo Lineal y Adorno, en la Escuela de Bellas Artes de Málaga y conservador del Museo Municipal. Aquí contaba con un despacho que Pablo solía visitar, que le generaba una poderosa atracción. 

Para cuando Pablo Picasso alcanzó la edad de poder estudiar en Bellas Artes, ya no vivían en Málaga. En 1891, la familia Ruiz Blasco se traslada del sur soleado, al norte frio. Fueron a La Coruña, donde el padre, Don José, tomó posesión de una plaza de nivel superior como catedrático de Dibujo.

Foto: Casa Museo en Málaga

Posteriormente, Pablo Picasso estuvo en varias ocasiones en Málaga: entre abril y septiembre de 1895 y en los veranos de 1896, 1897 y 1899. 

Su último viaje, acompañado solamente por su amigo Casagemas, fue en los meses de diciembre de 1900 y enero de 1901.

Los oficios desarrollados por la gente más sencilla del pueblo, atrajeron la atención del pequeño Pablo y guardados en su memoria, más tarde fueron plasmados en su pintura. 

En su infancia acudió a la playa de la Malagueta, para ver cómo los jabegotes recogían los copos, arreglaban sus redes o salían en las típicas barcas malagueñas. Mientras los observaba, escuchaba sus cánticos de pescadores o marengos, uno de los palos del flamenco. 

El origen del jabegote, procede del fandango, como todos los cantes flamencos de Málaga, Bandolas o Verdiales. En particular, tenía que ser demasiado atractivo para un niño sensible, observar a los pescadores en sus faenas de tierra firme, repasando redes, embadurnados de peces, junto a la jábega o la red de pesca. 

Con tan solo 9 años, también realizó un óleo sobre tabla con motivos del puerto de Málaga. Inspirado en un cuadro de su padre, “Crepúsculo en el puerto de Málaga”.  Desde ese puerto, cumplidos los diez años, partió con su familia en dirección a La Coruña.

Pero nunca más olvidaría sus días de sol en Málaga, donde recorrió todas las calles del centro de vieja ciudad. Fueron sus entrañables primeros años de infancia, de juego con sus amigos, haciendo recados de su familia o yendo a la escuela.

No fue hasta los 14 años que inició estudios de arte en Barcelona y a los 16 años, que Picasso fue enviado a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid. El joven pintor pasaba la mayor parte del tiempo en el Museo del Prado, copiando grandes obras de arte, en lugar de ir a clases.

En el año 1900 Picasso regresó a Málaga acompañado de su amigo Carles Casagemas (poeta y pintor) y se alojaron en el número 16 de la antigua calle Casas Quemadas, hoy Marín García. Allí estaba el hostal “Las Tres Naciones”. Desde entonces hasta la actualidad ha sido una calle populosa, invadida completamente por terrazas de restaurantes. 

En el céntrico café España, de la plaza Constitución frecuentado en esta visita, su amigo Casagemas realizó un dibujo a carboncillo, observado por Pablo. 

En esta última estancia Picasso, en Málaga, fue testigo presencial del hundimiento de una fragata alemana en las costas malagueñas. Ese día murieron 41 tripulantes del Gneisenau, nombre del barco alemán. Este hecho lo plasmó en un pequeño y rápido boceto, que podemos ver en la Fundación Casa Natal.

Por su aspecto bohemio y sus 19 años de edad recién cumplidos, inicialmente tuvo problemas para alojarse en el hostal. Era su etapa rebelde y displicente. 

Durante su estancia en la ciudad intentó que su tío Salvador Ruiz le prestara dinero, con la intensión de evadir el servicio militar, pero no lo consiguió por la mala relación que mantuvieron. 

Entonces, abandonó Málaga con una profunda depresión y esta fue la última vez que Picasso estuvo en la ciudad, de donde se fue para nunca volver. 

Aun así, consta en todas partes, la huella de España y de Málaga en sus obras. “Yo nunca me he olvidado de España. Y viviendo en el extranjero, se vuelve uno más español aún”, dijo.

1900

Todo tiene sentido al saber que con 19 años cumplidos, Picasso se fue a París (Francia). Quedó encandilado por la ciudad luz, donde pasaría la mayor parte de su vida. Allí conoció a varios artistas con quienes convivió: André Breton, Guillaume Apollinaire y la escritora Gertrude Stein.

En Francia definió su propia individualidad artística, a través del compromiso con la tradición francesa, confiriendo a sus obras cubistas motivos naturalistas. Durante la Primera Guerra Mundial realizó "una galería de retratos militares".

Picasso creó en su nuevo estilo a la Ingrès al final de la I Guerra Mundial: Apollinaire (1916), el marchante Léonce Rosenberg (1915), el erudito Ricciotto Canudo (1918) y Cocteau (1916).​

Las décadas de amistad entre Jean Cocteau y Pablo Picasso están sostenidas por creaciones en las que, casi medio siglo antes de su muerte, el polifacético príncipe de los poetas sucumbía ante la genialidad de Picasso.

Los textos en los que Cocteau volcó tal fascinación han sido rescatados por la Casa Natal del genio malagueño,  en un volumen que reúne tanto el poema Oda a Picasso (1919), traducido para la ocasión por Luis Martínez de Merlo, como el ensayo Picasso (1923), cuya edición ha estado a cargo de Antonio Jiménez Millán.

El poeta llegó a referirse a Picasso, destacando su origen malagueño o como un compatriota más que estaba “al servicio de Francia”.

En las notas al ensayo publicado en 1923, Cocteau llega a referirse al creador español como un francés más. Eso sí, tales afirmaciones conviven con otros pasajes en los que se refiere al verdadero origen del artista:

“Picasso es de Málaga. Me cuenta, como un rasgo significativo de su ciudad que vio allí a un conductor de tranvías que cantaba y que aminoraba o apresuraba la marcha del vehículo según su canción fuera alegre o lánguida, y que tocaba el timbre al compás. El malagueño Picasso no deja los raíles: su canción evita cualquier monotonía al viaje”.

Refieren fragmentos del libro que acaba de ver la luz en la colección “Textos recuperables”. La aparición de este volumen editado por la Fundación Picasso del Ayuntamiento de Málaga arroja notable luz sobre la relación de amistad entre ambos artistas, justo ahora que la figura de Cocteau empezará a gozar de interesante omnipresencia en tierras malagueñas.

Cuentan anécdotas de la vida de Picasso junto a su amigo, el poeta Guillaume Apollinaire. Ambos fueron detenidos en 1911 bajo la sospecha de haber robado el famoso cuadro del pintor italiano Leonardo da Vinci, La Mona Lisa, del Museo del Louvre en Francia. Tras varios interrogatorios por la policía, ambos fueron liberados.

Pablo Picasso es considerado el pintor más prolífico de todos los tiempos, con más de 13.500 pinturas y 300 esculturas, entre otras obras.

Uno de los artistas más influyentes del arte en el siglo XX, recordado por ser fundador del cubismo junto con el escultor francés Georges Braque, como también  por su carisma, compromiso y creatividad.

Pasó la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial en París, y se unió al Partido Comunista, tras la liberación de la ciudad. 

Foto: Cortesía

En las últimas horas de la España leal a la República, Picasso pintó su Guernica (1937) y con esta obra mural se erigió un poderoso pintor de la protesta social. 

Con fuerza y maestría, expresó su horror ante el bombardeo del pueblo vasco del mismo nombre. 

Los edificios en el antiguo pueblo de Guernica fueron arrasados después de un ataque aéreo perpetrado por la Luftwaffe alemana, el 26 de abril de 1937. Durante el bombardeo se lanzaron sobre Guernica un mínimo de 31 toneladas de bombas que causaron un total de 1.654 muertos y 889 heridos. 

Sus obras

Se dice que existen 13 obras esenciales para comprender a Picasso, tomando en cuenta todas sus fases artísticas. La primera es anterior a 1900. En esta fase se encuentran las pinturas que expresan sus primeras búsquedas.

Entre 1901 y 1904, Picasso dio énfasis a las obras con tonalidades azules y temas como prostitutas y borrachos.

Esta fase estuvo inspirada por un viaje a España y por el suicidio de su amigo Carlos Casagemas, que fue retratado póstumamente en este cuadro.

La etapa rosada de Picasso estuvo determinada por el uso de tonos más claros, cálidos y leves, principalmente el rosado. En este período, que abarcó de 1904 a 1906, el pintor residió en París, en el barrio bohemio de Montmartre. 

La vida en la región también influyó al pintor, quien retrató muchos acróbatas, bailarinas y arlequines. 

Fue también en esa época que Picasso conoció a la escritora Gertrude Stein, quien se volvió una de sus grandes clientes. El retrato de Gertrudis corresponde a una transición entre la etapa rosada y el primitivismo. 

En su rostro podemos percibir el influjo de las máscaras africanas, que lo acompañarán en su siguiente etapa. Picasso vive una gran influencia del arte africano entre 1907 y 1909. 

También desarrolló junto con George Braque un estilo nuevo de pintura: el cubismo analítico (1909-1912). Los artistas buscaban analizar el objeto en sus términos y formas. La paleta de colores era monocromática y neutra preferiblemente.

El cubismo sintético (1912-1919) fue un desarrollo del cubismo. Picasso comenzó a utilizar el collage. Pedazos de papel, como papel tapiz y periódico en sus obras. 

El contacto con numerosos artistas de diferentes áreas influyó en el estilo artístico del pintor, que pasó por diversos experimentos en los años siguientes. Picasso pasa de un dibujo representativo a un gran ejercicio de abstracción.

En 1925, el escritor André Breton, el gran ideólogo del surrealismo, declaró que Picasso era uno de ellos. Aún cuando Picasso no haya seguido al pie de la letra los preceptos de ese movimiento, estuvo presente en la primera exposición del grupo en el año 1925 con obras cubistas.

Málaga, una fuerza especial

Picasso aparece en libro de Récord Guinness como el pintor más prolífico de todos los tiempos, ya que entre sus trabajos se encuentran unas 13.500 pinturas, 100.000 impresiones, 34.000 ilustraciones y 300 esculturas.

Su hija Maya ha narrado por escrito el cariño y la fuerza especial con que hablaba de Málaga. Reivindicaba su origen andaluz y protestaba cuando un periodista mal informado hablaba de “Picasso, el pintor catalán”. 

Ponderaba los gustos y aromas de la comida andaluza, era aficionado a los toros y al flamenco, sabía de memoria cantes antiguos y usaba expresiones de la tierra. Incluso se ha hablado de sus supersticiones como de un típico rasgo andaluz. 

En 1957, un grupo de jóvenes pintores malagueños emprendió un viaje para visitarle en su casa de Cannes, a quienes les ofreció un recibimiento emocionante y caluroso. 

Cuentan que Picasso preguntaba: “¿Cómo está la Plaza de la Merced?, ¿se conservan aún los bancos de mármol y las chinas del suelo?... ¡cuántas veces me desollé las rodillas, tratando de saltarlos!, ¿y las palomas...?, ¿se canta todavía aquello de “adiós patio de la cárcel, rincón de la barbería...?”, acompañándolo con un canturreo al estilo del Piyayo. 

Y en el jardín de la villa, Picasso organizó una improvisada exposición de “artistas malagueños”, considerándose como tal al incluir sus propias obras entre las de aquellos jóvenes, quienes adoptaron el nombre de “Grupo Picasso”. 

Cabe citar que en los días de la muerte del pintor en Mougins, Francia, el 8 de abril de 1973, su viuda - musa y segunda esposa Jaqueline Roque, a la que el artista realizó 400 retratos- las únicas flores que aceptó fueron las entregadas por el cineasta Miguel Alcobendas, en nombre de Málaga.

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