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Haití ha sufrido continuamente ciclos de violencia, invasión y represión en casi toda su historia como nación.
El magnicidio contra el presidente de Haití, Jovenel Moïse, ocurrido en la madrugada de este miércoles es el resultado de una ola de violencia cíclica que, de manera continuada, ha sucedido en el país caribeño, una nación empobrecida y víctima de saqueos y corrupción.
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Pese a ser el primer Estado independiente de América Latina y el Caribe, en 1804, tras librarse del colonialismo francés, el país ha sufrido dictaduras y manifestaciones violentas que han dejado miles de haitianos muertos.
En 1957 François “Papa Doc” Duvalier llegó al poder tras un período convulso donde se sucedieron cinco presidentes. Tras varias maniobras que involucraron a la práctica del vudú y el acercamiento con la jerarquía de la Iglesia católica en el país, Duvalier terminó ilegalizando a todas las fuerzas políticas, excepto la suya, el Partido Unidad Nacional.
La delincuencia y el hambre crecían en Haití y, ante la ineficacia de la Policía, creó un cuerpo de seguridad propio (Tonton Macoutes, hombres del saco en español) integrada por bandoleros y personas sin escrúpulos. Asimismo, Duvalier comenzó a reprimir cualquier discrepancia.
Según algunas estimaciones, entre 30.000 y 60.000 personas fueron asesinadas bajo su gobierno dictatorial. En 1964 cambió la Constitución con el favor de todos los miembros del Parlamenta, a quienes él mismo colocó allí.
Tras su muerte en 1971, lo sucede su hijo Jean-Claude Duvalier, o “Baby Doc”, como también se la conocía. Con el hijo del dictador hijo la represión aumentó. Pero en 1986 una revuelta popular lo obliga a huir de Haití para exiliarse en Francia.
Al Jean-Claude lo remplazó un Consejo Nacional hasta la elección del presidente Manigat en enero de 1988. A Manigat le hicieron un golpe de Estado en junio de ese año, y entonces ocupó el poder el teniente general Henri Namphy.
Namphy estuvo frente a las elecciones que ganó Manigat, pero recibió la presión de observadores internacionales al considerarlas fraudulentas y entonces él tomó el poder. Asimismo, el general Prosper Avril derrocó en otro golpe de Estado sucesivo a Namphy, quien se exilió en la vecina República Dominicana.
Avril declaró al país en Estado de sitio en medio de las múltiples protestas en su contra y, gracias a una amplia presión internacional, dimitió antes de las elecciones de 1990. Ese año, el expárroco Jean Bertrand Aristide ganó las primeras elecciones libres de Haití, pero fue derrocado un año después en otro golpe de Estado.
Una intervención militar estadounidense lo devolvió al poder. En 1995, los militares de Estados Unidos (EE.UU.) junto a las fuerzas de paz de la Organización de Naciones Unidas (ONU) se van del país. Uno de los protegidos de Aristide, René Préval, fue elegido presidente en 1994.
Aristide fue reelecto en 1999 en medio de controversiales comicios. En 2004 vuelven las protestas y disturbios políticos que lo obligan a huir y el país cae un proceso cíclico de violencia.
René Péval sale victorioso en 2006, pero ante el aumento de la escasez de alimentos y la pésima situación sanitaria con el brote del cólera y producto de la crisis política se desata otra ola de protestas violentas en las calles desde 2008 al 2010.
Con un terremoto catastrófico en 2010 casi 300.000 personas murieron y la infraestructura de Puerto Príncipe y otras regiones quedaron muy dañadas. Pese a la ayuda humanitaria internacional, el país agravó la situación económica, política y social que ya traía.
Michel Martelly venció en la segunda vuelta de las presidenciales de 2011, mas entre los años 2012 y 2014 recibió denuncias de corrupción por lo que las protestas exigiendo su dimisión se volvieron frecuentes.
Antes de celebrarse las elecciones de 2016, Martelly dio por concluido su mandato (7 de febrero), dejando vacío el poder en el país, ante la presión de las manifestaciones. Un gobierno provisional presidió la nación hasta que fue declarada la victoria de Jovenel Moïse, un exportador de banano convertido en político.
Moïse acumuló poder y comenzó a gobernar mediante decretos pues, ante los disturbios e inestabilidad política en 2019, el país no pudo elegir a sus representantes legislativos.
Múltiples manifestaciones vienen sucediendo desde 2020, sobre todo, desde los partidos políticos de la oposición y movimientos sociales, exigiendo su renuncia y oponiéndose a su propuesta de Asamblea Constituyente para renovar la Carta Magna.
También reclamaban ante el clima de inseguridad en el país y el aumento de secuestros y asesinatos perpetrados por bandas armadas.
Según sus opositores, su mandato concluyó el 7 de febrero de 2021, pero Moïse sostuvo el argumento de que, tras vencer en 2016, no pudo tomar el poder hasta el 2017 producto de los disturbios por lo que realmente su mandato inició un año después.
Durante su Administración, Jovenel tuvo seis primeros ministros, el último, Ariel Henry, fue nombrado el pasado lunes 5 de junio. Algunos renunciaron al cargo y otros, como él, recibieron acusaciones de estar vinculado a casos de corrupción.
