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  • Han sido movilizaciones sociales sin precedentes desde el retorno a “la democracia”, en un cuestionamiento al modelo económico, al régimen social. 
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    Han sido movilizaciones sociales sin precedentes desde el retorno a “la democracia”, en un cuestionamiento al modelo económico, al régimen social. 

Tras lo ocurrido el 18 de octubre de 2019, en una semana, las protestas escalaron y la policía chilena empezó a repeler a los manifestantes.

Más de 5.000 efectivos y un despliegue en “zonas de riesgo” anuncia el plan del Gobierno de Chile para los días de protestas previstos por el segundo aniversario del 18 de octubre.

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Le llaman “tareas disuasivas”, dice un diario chileno. El tema que preocupa a La Moneda, Palacio sede del Gobierno, en materia de orden público, es la conmemoración del 18 de octubre de 2019, segundo año del estallido social.

Los jefes policiales relataron cómo se avizora el panorama para este día, principalmente, en la Región Metropolitana. No sólo se concentran el 18 de octubre, razón por la cual en el Ejecutivo, como en Carabineros, se monitorean constantemente todos los llamados a movilizaciones desde las redes sociales.

Desde el pasado 15 de octubre se produjeron las mayores concentraciones. Como se esperan jornadas “más álgidas”, las autoridades del Gobierno y de Carabineros, advirtieron públicamente que“no somos la misma policía del 18 de octubre de 2019″, con lo cual ignoran la otra cara de esta moneda, tampoco es el mismo pueblo.

Desde entonces

Transcurridas las primeras protestas convocadas a mediados de octubre, la sociedad chilena no ha dejado de salir a la calle a manifestarse.

Protestan contra los bajos salarios y las pensiones, por los altos precios de los alimentos y de los aranceles universitarios, analiza el máster en Ciencias Políticas, profesor Orlando Arciniegas Duarte.

El alza de los billetes del metro fue la gota que rebosó el vaso. Cansados de soportar la carestía de la vida, una gran mayoría de chilenos reaccionó ante el alza en la tarifa del Metro de Santiago, que entraría en vigor el 6 de octubre de 2019. 

Una respuesta tonta fue detonante. El Gobierno alegó “si usted se levanta más temprano, no le va a subir la tarifa'' o “a quién madruga Dios le ayuda”. Craso error ese de querer tapar la lava de un volcán con un parche plañidero. 

Los primeros fueron los estudiantes chilenos. Aun cuando no eran directamente afectados, interpretaron su revolucionario momento a través de la “evasión”, en rechazo a lo que afectaba a la mayoría. Ya el precio del Metro de Santiago se ubicaba entre los más caros de América Latina, dijeron. 

El Gobierno de Sebastián Piñera impuso un alza de 830 pesos en horario punta, afectando a 2,8 millones de usuarios que transitan a diario con este medio de transporte. Igualmente ordenó a los agentes de seguridad el desalojo violento contra los estudiantes, que intentaban saltar los torniquetes de cobro.  

El propio 18 de octubre de 2019, el coraje, como la lava, saltó por los aires. Al mediodía un televisor cayó entre los rieles de la Estación República. Aceleradamente cerraron las estaciones y los chilenos, que volvían a pie a sus casas, poblaron la Alameda en actitud de protesta.

Foto: Agencia Anadolu

Comenzó la violencia cual estallido de volcán. En una semana, las protestas escalaron. La policía chilena empezó a repeler a los manifestantes con gases lacrimógenos.

El Gobierno invocó la Ley Interior de Seguridad del Estado, el toque de queda y la represión policial. Hasta hoy dura la violencia policiaca, tanto como la inestabilidad social y política. 

En la actualidad, un billete de autobús o metro en Santiago de Chile cuesta 800 pesos chilenos (0,97 euros). La propuesta del Gobierno era aumentar el precio en 30 pesos. Pero el pueblo, ya no puede, ni consiente más. 

La democracia

Han sido movilizaciones sociales sin precedentes desde el retorno a “la democracia”, en un cuestionamiento al modelo económico, al régimen social. 

El Gobierno de Piñera no tenía en agenda un cambio constitucional, pero tuvo que ceder a la presión popular. El plebiscito del 25 de octubre de 2020 significó el triunfo de la opción “Apruebo”, por el 78,27 por ciento. 

Posteriormente, la elección de 155 convencionales, la instalación del órgano constituyente y el 18 de octubre del 2021, el inicio de la redacción de la nueva Constitución.

Fueron resultados sin precedentes en la historia de las elecciones de Chile -desde el voto voluntario en 2012- después del acuerdo de paz de las fuerzas políticas para tal proceso.

El 25 de octubre del 2020, en plena pandemia, cerca de 7,5 millones de chilenos concurrieron voluntariamente a sufragar.

La nueva Carta Magna tendrá que desarrollarse a partir del sistema de Convención Constituyente, la opción más votada con un 78,99 por ciento de los votos. Aquí los constituyentes deben trabajar en la confección de esta nueva carta por los próximos dos años. 

Hartos de la maquinaria oficial de los partidos políticos tradicionales, es la primera vez en la historia política de Chile que personas independientes se postulan a unas elecciones. Un resultado vinculado al estallido social de octubre de 2019, en demanda a un cambio constitucional.

Son 17 asientos, de esos 155 constituyentes chilenos, los representantes de los pueblos indígenas, un 12, 8 por ciento del total de la población, según reconoce el Gobierno. Presentes, la etnia mapuche -la más numerosa-, quechua, atacameño, aimara, rapa nui, diaguita, colla, yagán, káwesq y chango.

Sucede por mandato de cerca del 80 por ciento de los chilenos, quienes votaron el año pasado por enterrar la Carta Magna, con lo que se descarta que cualquiera de los actuales legisladores pudiera formar parte de la Asamblea Constituyente.

Para llegar aquí, muchos han quedado en el camino. La represión ha cobrado presos políticos, decenas de muertos y miles de lesionados. Una de las principales demandas de los manifestantes es cambiar la Constitución para reducir el poder de las empresas y redistribuir la riqueza.

Se conoce que los sectores oligárquicos, el sempiterno poder fáctico de las cúpulas militares y Piñera, colocaron a personeros en el control del organismo. Es un intento por minimizar los avances del documento.

Chile profundo, mientras tanto

 “La crisis económico-sanitaria ha empobrecido a muchas familias”, afirma a teleSUR el miembro de la Red de Abastecimiento Territorial de La Pincoya, Simón Timichelle.

“Las mujeres pobres de todas las edades son las más vulnerables. Muchas de ellas, luego de sufrir algún tipo de violencia de género en su hogar, no pueden abandonarlo porque son menores o no cuentan con dinero o las redes de apoyo para hacerlo”, comenta.

Las condiciones de pandemia han generado un aumento de un 5 por ciento en las denuncias de abusos sexuales con respecto al año anterior, existiendo más de 1.686 denuncias durante el primer semestre de 2021, siendo un 85 por ciento menor de edad. 

La presencia femenina frente a la crisis convierte a las mujeres en protagonistas. Lo explica la feminización de la pobreza en Chile, son “ellas” el 54, 3 por ciento de los más vulnerables. El pronóstico del aumento de la pobreza es de un 8,1 por ciento a un 12,2 por ciento.

“También los pueblos indígenas. Los pueblos originarios, en especial el mapuche, se encuentran presionando desde distintos frentes, en su búsqueda por lograr derechos sociales, espacios de participación o recuperar sus tierras ancestrales", refiere.

"Y en ese camino chocan directamente con el interés de empresas forestales o mineras que no entregarán fácilmente las tierras que adquirieron de manera fraudulenta, ya sea en la Dictadura de Pinochet o antes”, indica el profesor. 

Recientemente, el mandatario chileno ordenó la "militarización" en Malleco, Biobío, Arauco y Cautín, zonas afectadas por la creciente violencia, atribuida al conflicto territorial entre el Estado y los indígenas mapuches, que viene desde hace décadas. 

Los migrantes, los trabajadores informales y los cesantes. Los enfermos crónicos, los sectores rurales sin acceso al agua y en general los que no pueden resolver sus necesidades dentro del neoliberalismo, están presentes en este clamor. 

Desde octubre de 2019, “han sido los sectores más vulnerables los que han generado distintos estallidos en torno a sus demandas específicas, pero que en conjunto constituyen los derechos que se buscan recuperar”, afirma el también líder comunitario. 

“Según estudios de la Fundación Sol, el 38.9 por ciento de la fuerza de trabajo ocupada (3.6 millones) no tienen contrato de trabajo, la mayoría no tiene escolarización y realizan trabajos informales. Del 61,1 por ciento tiene contrato en ocupaciones de precaria remuneración, un 50 por ciento sólo gana menos de 400.000 pesos”, equivalente a unos 500 dólares americanos”.

“Por ejemplo, hoy se vive un estallido habitacional. Las familias allegadas que son afectadas por el hacinamiento, intentan resolver su necesidad de vivienda digna por fuera del Estado, mediante ocupaciones o tomas de terrenos. Si en 2019 había 47.000 familias viviendo en campamentos, en 2021 hay más 82.000 en todo Chile”, prosigue.

El Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC-UDP) de Chile publicó un estudio sobre unas 300.000 personas que pasaron al régimen de inactividad laboral en el primer semestre del 2021. De ellos, el 24 por ciento están asociadas a los efectos de la pandemia. 

Solamente, en el periodo abril-junio del 2021, el desempleo en las mujeres en medio de la pandemia representó el 26.3 por ciento.

Tal ha sido el cúmulo de sufrimiento que Chile se posiciona en el segundo lugar en el mundo con un 56 por ciento, con peor salud mental en pandemia, afirma la directora nacional del Colegio de Psicólogos del país suramericano, doctora Lilian Pérez.

Tormenta anunciada

El 21 de noviembre del 2021 son las elecciones generales en Chile, en las que se elegirá al sucesor de Piñera, cuya popularidad presidencial sigue en picada, como el modelo que representa. 

En el 2010, cuando el ingeniero y doctor en Economía, graduado en la Universidad de Harvard, inició su mandato en la República de Chile, tenía una fortuna valorada en cerca de 1.200 millones de dólares y ya era propietario de varios negocios en su país. 

La aerolínea LAN -LATAM Airlines figuraba como su principal inversión, con acciones equivalentes a unos 700 millones de dólares, considerada de las más importantes de América Latina. 

Estuvo en la Presidencia de la nación de 2010 al 2014 y fue por más, en el 2018 hasta el cambio en 2022. Registra el récord mínimo de popularidad y el de ser acusado ante la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad. 

Para entender la situación en Chile es necesario recordar que alrededor de un 1 por ciento de la población concentra un 30 por ciento de la riqueza del país. La nación suramericana es considerada como la séptima más desigual del mundo, de acuerdo con el índice de Gini. 

La crisis social en Chile también preocupa a una parte del empresariado. Hasta en los círculos privilegiados se han abierto debates sobre la viabilidad del neoliberalismo chileno, heredado de la dictadura pinochetista. Otra cosa, es que no van a compartir su pastel para reducir la brecha social.

A eso ha conducido la extrema “libertad de mercado”. A  la agudización extrema de la desigualdad y la marginación. 

Según el politólogo estadounidense, Noam Chomsky, “esa es la razón básica de la ira, el resentimiento y el desprecio por las instituciones políticas que están barriendo gran parte del mundo”.

Chomsky agregó que ya “Margaret Thatcher expresó bien el dogma neoliberal: no hay sociedad, sólo individuos, solos para enfrentar las devastadoras fuerzas del mercado. La solidaridad es un crimen. Es por eso que desde la década de 1920, las principales figuras del neoliberalismo, Von Mises, Hayek y otros, han acogido con satisfacción la violencia estatal a gran escala para destruir los sindicatos y otras interferencias similares a la buena economía (...)Pinochet es un ejemplo clarísimo de esto”, finalizó. 

Tras los ecos de Chile en 2019, Chomsky afirmó que no le sorprendió para nada, ya que los hechos “eran perfectamente previsibles tras el asalto neoliberal a la población en los últimos 40 años, verificadas constantemente en todo el mundo”.

Organizaciones estudiantiles, sociales y medioambientales de Chile convocaron a una movilización nacional de alumnos, jóvenes y otros sectores para exigir la renuncia del presidente Sebastián Piñera. Ahora se trata de la investigación Pandora Papers la que revela que hizo negocios en paraísos fiscales, negado enfáticamente por este. 

Parlamentarios chilenos han reiterado que la ciudadanía no es tonta. "La cabeza del Gobierno nos está mintiendo, transformándose quizás en el peor presidente que ha tenido Chile”, comentó la diputada Claudia Mix (Comunes). 

A pocos días de que se conmemora un segundo aniversario del estallido social, la Embajada de Estados Unidos en Chile advirtió a sus ciudadanos sobre "potenciales protestas violentas" y les pidió tener preparado un plan de contingencia ante eventuales emergencias que se pudieran presentar.

Chile está abocado a su propia tormenta, aunque todo lo grande esté en medio de la tempestad.


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