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    Jesús Querales relata que el antecedente directo del grupo no estuvo asociado a la música nacional de Venezuela, sino a la latinoamericana, con fuerte carga política.

Es fundador de una de las agrupaciones más emblemáticas de la vida musical de la Venezuela contemporánea. El grupo cumplió 45 años de fundado al conjuro de una reveladora historia de música y vida. De eso y de más habló Jesús Querales, protagonista en la crónica de “Un Solo Pueblo” desde su fundación.

El Contexto

“Nací en Catia (Caracas), en la clínica Panamerican, frente a la plaza Catia el 28 de noviembre de 1950. Mi mamá vivía en lo que es hoy el 23 de enero que se llamaba antes urbanización 2 de diciembre. Era una urbanización fría y yo nací asmático, así que cuando yo tenía seis meses tuvieron que mudarse por recomendaciones del médico y entonces consiguieron una casa en Chapellín. Allí nacieron el resto de mis hermanos. De manera que nos criamos entre Chapellín y La Florida.

Nuestro primer contacto con la música fue en la casa. Sobre todo porque como yo soy el mayor, mi papá se dedicó bastante a mí.

La influencia de nuestro padre fue absoluta, determinante, vital, y él fue cercano al Maestro Vicente Emilio Sojo, el papá de la música en Venezuela. Fue el fundador del orfeón Lamas, de la primera orquesta sinfónica, de la primera escuela superior de música, modernizó el estudio de la música en Venezuela y además fue el primer recopilador de música venezolana. Tuvo muchos alumnos que adoptaron esa vía, como Antonio Lauro, Inocente Carreño y Antonio Estévez.

Papá nos metió la música hasta en la sopa, pero principalmente la música venezolana. Mi mamá, aunque tenía muy bonita voz nunca se interesó por la música, eso sí: tenía ascendencia larense y falconiana y a la postre eso pesó mucho. De mi abuelo materno sí aprendimos porque él era cantador de velorios del estado Falcón y nos enseñó lo que llaman canturía religiosa popular de su región, salves, romances y estribillos que se cantan a los santos. Eso lo aprendimos de él, pero el principal animador fue papá.

 

Primero Latinoamérica

Jesús Querales relata que el antecedente directo del grupo no estuvo asociado a la música nacional de Venezuela, sino a la latinoamericana, con fuerte carga política. Él lo cuenta así:

“Primero fuimos de música latinoamericana, que se volvió moda. Hay que recordar que Venezuela acogió en su seno a miles de exiliados de las dictaduras militares en América Latina y muchos eran músicos que se reunían con frecuencia en casas de amigos. Un hermano mayor de nosotros, Isaac Capriles, nos llevaba a esas reuniones de exiliados músicos. Así aprendimos mucho ese repertorio y poco a poco conformamos una agrupación de música latinoamericana.

En esas reuniones de mi hermano y los refugiados nos conseguimos a una muchacha que se llamó Zorena Valdivieso, quien también, a la larga fue fundadora de Un Solo Pueblo, y ella también era vecina del callejón Ávila en Chapellín. La razón por la cual ella hacía música era para proyectar su pensamiento filosófico. Ella influyó mucho en el surgimiento de Un Solo Pueblo, además de lo mío familiar.

Comenzamos ella y yo, se sumó Ismael y luego Florentino y después un familiar de nuestro hermano Isaac, Patricio Vergara, llegado de Chile, que se sabía todo de la música del sur.

En una oportunidad nos escuchó un poeta y cantor boliviano, Nilo Soruco Arancibia, y emocionado nos dijo que representábamos el anhelo que él tuvo toda su vida de tener un grupo que cumpliera el sueño de los Libertadores de la Patria Grande y que él había bautizado a su anhelo como “Latinoamérica es Un Solo Pueblo”. Le pedimos permiso al poeta para usar el nombre de su sueño y él accedió con mucho gusto. De esta forma dejamos de ser Los Hermanos Querales y pasamos a ser Latinoamérica es Un Solo Pueblo.

Fuimos incorporando repertorio y músicos. Sin embargo eso no duró mucho. Latinoamérica no duró mucho. Duraría dos años cuando mucho, calculo que desde 1974 nos llamábamos así aunque veníamos cantando desde antes, pero sin nombre, y en algunos casos, como los Hermanos Querales”.

El gran salto

Un día Isaac, el mismo hermano que los había llevado a las reuniones musicales de los refugiados del sur, fue quien invitó a sus hermanos menores a visitar el Museo Nacional del Folklore. Ese día la vida cambió para siempre en Ismael, Florentino y sobre todo en Jesús.

Entraron en contacto con Daría Hernández, quien estaba en ese Museo y ésta comenzó a colocarles archivos de audio, de música, de grabaciones hechas por investigadores como Luis Felipe Ramón y Rivera, grabaciones de 1930 en cilindros, y otras más modernas e igualmente impactantes.

 

“Florentino, Ismael y yo comenzamos a escuchar una música de Venezuela que era absolutamente desconocida por la inmensa mayoría de los venezolanos porque la radio solo transmitía una música pseudo venezolana, tergiversada.

Desde que conocimos esas referencias decidimos comenzar a viajar por el país para palpar y sentir a algunos de esos cultores que estaban grabados ahí, y el primer viaje lo hicimos a Carora donde conocimos a Don Pío Alvarado. Fue justamente para las fiestas de Cruz de Mayo en el año de 1976.

Lo que vimos allá en Carora al conocer a Don Pío Alvarado fue tan impresionante que en el camino de regreso decidimos no hacer más música latinoamericana y dedicarnos a buscar la música venezolana, y entonces la palabra latinoamérica ya no nos quedaba, no nos calzaba. Surgió la recomendación del maestro Fulgencio Aquino para que nos quedáramos con el resto, y así fue: Un Solo Pueblo”.

La decisión estaba tomada pero había que implementarla. Jesús Querales conversó con su padre al regreso del histórico viaje a Carora.

“Papá entendió perfectamente nuestra idea de buscar la música del país tal y como la hace el pueblo y entonces nos relacionó con algunos intelectuales y con María Teresa Castillo, quien nos ofreció un espacio en el Ateneo Infantil ubicado en La Florida. Fue nuestra primera sede y ahí arrancó la cosa”.

 

El proceso fundador

“Los que formamos parte de ese primer Un Solo Pueblo fuimos Ismael Querales, Florentino Querales, Zorena Valdivieso, Rafael Strauss y yo. Rafael Strauss era antropólogo y trabajaba en el Museo del Folklore. Era un barquisimetano, graduado en México que venía con unos conceptos nuevos de investigación anticolonialista. Él diseñó lo que nosotros llamamos nuestro proceso de aprendizaje en la búsqueda de la música venezolana, que todo el mundo le dice investigación pero a nosotros no nos gustó decir investigación en lo que se refiere a la música del pueblo, porque investigación hicieron los anteriores que eran músicos académicos, o sociólogos, antropólogos o intelectuales que veían interesantes las manifestaciones populares y entonces las recogían para tenerlas en archivos para futuros trabajos o para futuros interesados o para escribir algún libro describiendo esas costumbres, más no para darle un uso utilitario ni que favoreciera a esas comunidades que interpretaban esas músicas.

Nosotros implementamos una cosa distinta que fue la integración a las comunidades. En vez de llegar a investigar con cámaras y grabadores y recoger datos para archivarlos decidimos integrarnos a la comunidad y ser aceptados por ellos, como ellos, y en ese proceso aprender a hacer la música que ellos hacen y comprender el entorno que trae la manifestación. El éxito de Un Solo Pueblo fue lograr interpretar la música que hace el pueblo exactamente como el pueblo la canta. Parrandas y Golpes de Tambor, Sangueos y Fulías, originales de las distintas poblaciones, pero también de Joropos de todo tipo: Llaneros, Tuyeros, Orientales, Larenses, y de otras expresiones regionales, como Gaitas de Furro y de Tambora, Calipsos, Guarañas y Mariselas, así como cantos de trabajo y de Canturía religiosa popular, más una riqueza infinita de otras manifestaciones.

 

Los cinco fundadores comenzamos a buscar la música por todo el país y se fue incorporando gente. Por el grupo han pasado más de 200 personas. Entraban y salían según sus intereses y sus condiciones musicales. Algunos permanecieron mucho tiempo, como Pacheco. Nuestro primer viaje al exterior fue a Trinidad, en 1977 y nos fue bien”.

Las primeras presentaciones

“Comenzamos a presentarnos en los mismos escenarios de la izquierda. Recuerdo un concierto en la UCV y otro en el Colegio Universitario Francisco de Miranda donde por cantar solo música venezolana casi nos echan y suspenden los eventos. Ellos querían música latinoamericana que era la de la izquierda porque la venezolana, dijeron, era música adeca.

Luego gracias a una política del Consejo Nacional de la Cultura participamos en eventos a nivel nacional donde estaban artistas que ya conocíamos como Don Pío Alvarado, María Rodríguez, Cruz Quinal, Juan Esteban García, Fulgencio Aquino, Margarito Aristigueta, además de Lilia Vera, Serenata Guayanesa, el Quinto Criollo del Zulia y otros más. Ya habíamos grabado un primer disco del que nadie se acuerda, ni nadie conoció. En el segundo disco grabamos La Matica. Se lanzó por el sello Promus y nadie le paró ni un cuarto. Para el tercer disco la cosa se puso interesante porque grabamos El cocuy que alumbra, que ese sí reventó duro por radio. Fue en el 78-79 por ahí y eso sí nos dio a conocer.

Nuestra primera gran presentación fue en El Poliedro, en algo que inauguramos que fueron los amaneceres, hicimos un amanecer de tambores y El Poliedro estuvo a tope. El Teresa Carreño para entonces estaba vetado para la música popular. Solamente en 1983 en el Bicentenario del natalicio del Libertador fue cuando nos programaron por primera vez. Recuerdo que un alto personaje que controlaba uno de esos teatros me llamó para suplicarme que declinara la presentación en el Teresa Carreño porque ese público de nosotros se enardecía y se montaba en las sillas, y rompía el papel de las paredes y se colgaba de las lámparas, una vaina toda loca que no sabemos de dónde la sacó pero le tenía terror al público nuestro, al pueblo, pues. Pero fue en El Poliedro nuestra primera gran presentación donde de verdad sentimos al público con nosotros”.

Grabaciones

“Nuestra primera experiencia de grabación fue a regañadientes.

Pero pasó que Alí Primera nos conoció cuando nos negábamos a grabar discos. Un día me agarró y me regañó fuerte: “Déjate de la idea de no grabar porque la farándula y tal. El trabajo de ustedes es importante y tiene que llegar al resto de la población, y si tú no grabas como pretendes que el país se entere de lo que estás haciendo?” Fue un regaño serio. “No uses sellos comerciales” me dijo, “si quieres graba donde yo grabo, en el sello Promus”. Y Rafael Salazar que andaba en la misma idea de Alí nos llevó a ese sello. Los primeros 6 discos los grabamos con ellos.

En resumen grabamos gracias a los regaños de Alí Primera. comenzamos en Promus, seguimos en Sonográfica, estuvimos un tiempo en Velvet y después volvimos a Sonográfica donde grabamos los últimos discos antes de que desapareciera la industria disquera.

En relación a la película nosotros teniamos un fanático nuestro que fue Roberto Todd y él tenía muchos contactos. Uno de sus amigos era Manuel de Pedro, cineasta, documentalista y Roberto Todd lo entusiasmó y comenzamos a reunirnos. Estuvimos dos años haciendo ese documental, esa película, que fue muy interesante porque dejó registrado todo el trabajo de USP en sus primeros tiempos. La película se hizo en 1986. Al año siguiente fundamos el restaurant El Zaguán”.

Integraciones

En Aragua: “Soy hijo adoptivo del pueblo de Cata. El primer encuentro de San Juanes que se hizo en la costa de Aragua lo organicé yo en Choroní. Había 9 cofradías de San Juan. En este momento hay 80 solamente en la costa del estado Aragua. Entre la costa y Maracay. Ahora los encuentros se hacen con mucha frecuencia en todas partes”.

En Carabobo: “Cuando llegamos a las costas de Carabobo el pueblo de Borburata, había perdido la fiesta. Quedaban algunos tamboreros y algunos cantores rezagados por ahí pero ya la fiesta no se hacía como tal. Entonces nosotros asumimos un trabajo con ellos para animarlos a recuperar su fiesta. Había un personaje, José Bolívar, Bolivita le decían y es el famoso bailador de La Burra, que todo el mundo conoce con Un Solo Pueblo y fue gracias a él que conocimos ese baile de la costa. Bueno, recuperamos la fiesta de Borburata. Tiene Carabobo un pueblo, Patanemo, donde se hacen las mejores fiestas hoy en día, pero en aquellos momentos era Borburata”.

 

En los Andes: “Otra fiesta que nosotros logramos recuperar en nuestros viajes con integración fue las fiestas de San Benito en el pueblo de San Rafael del Páramo, antes llamado de Mucuchíes. Cuando llegamos a ese pueblo conocimos a Luis Balza que fue nuestro Maestro de los cantos de los páramos. La fiesta de San Rafael del Páramo había desaparecido y ellos iban a los Giros de otros pueblos. Se entusiasmaron con la idea de recuperación y comenzaron con los ensayes, así dicen, ensayes y se recuperaron los Vasallos de San Rafael de Mucuchíes.

Pa'lante

Más de 30 producciones discográficas

Más de 2000 presentaciones

Más de 20 grandes eventos de música y danza

Más de 30 especiales en Televisión

Un grupo infantil creado como semillero

Una Película

Un restaurante

Una sede propia

“Y ahora vamos a publicar:

-La Canturía Religiosa Popular Venezolana

-Canciones Románticas Venezolanas del siglo XIX recopiladas y armonizadas por el Maestro Vicente Emilio Sojo

-Golpes Curarigüeños de Don Pío Alvarado y Félix Campos

-La Música festiva de la Costa de Aragua

-La Música de los páramos merideños

Seguimos redescubriendo a Venezuela. En eso estamos”.

Enterate más de:

Jesús Querales Venezuela Cantautor

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