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La construcción de infraestructuras, carreteras, puentes, puertos y aeropuertos generando millones de empleos.

La construcción de infraestructuras, carreteras, puentes, puertos y aeropuertos generando millones de empleos. | Foto: Pixabay

Publicado 8 septiembre 2022



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A Tony Boza, buen amigo preocupado por estos asuntos.

De aquella vieja China de los mandarines, tal vez solo quede en el recuerdo que ellos, los chinos, se cuidan mucho en resguardar como parte de ese pasado mítico, guarden frases para explicar de dónde vienen y, tal vez, hacia dónde van. Milenario pueblo del cual todos tenemos algo que aprender. Aquella enseñanza de Confucio: “Se es un hombre cuando se ha sembrado un árbol, tenido un hijo y escrito un libro”, una del líder fundador Mao: “Por regla general, donde no llega la escoba, el polvo no desaparece solo” y la otra de Deng Xiaoping: “No importa de qué color sea el gato con tal de que cace ratones”.

China con el transcurrir de los siglos ha vivido un proceso de transformación asombroso que la ha llevado a convertirse en la primera potencia económica del mundo.

Según lo escribe el presidente Xi Jinping, ellos se concentraron en elevar la calidad y la eficiencia del crecimiento económico, buscar el progreso basados en la estabilidad, proceder con ánimo innovador y emprendedor y dar un sólido inicio al futuro desarrollo. De aquella vieja China fundada por el presidente Mao Zedong en 1949, se plantearon profundizar los procesos de reformas y de aperturas contenidos en el pensamiento de Deng Xiaoping.

La metodología utilizada se basó fundamentalmente en los siguientes postulados: 1.-Mantener el crecimiento económico mediante una política fiscal activa y una política monetaria prudente, incrementando el vigor endógeno (interno). Para ellos, el crecimiento económico debe ser verdadero y no inflado, es decir, un crecimiento rentable, de calidad y sostenible y auto sustentable. 2.-Fortalecer y consolidar la posición de la agricultura como sector básico, aumentando el apoyo al sector, facilitando el desarrollo rural y el fomento de una vida campesina próspera con seguridad social que garantizara el abastecimiento efectivo de cereales y de otros productos agrícolas importantes y necesarios para alimentar a una población de mas de 1.300 millones de chinos. 3.-Realizar ajustes notables en lo estructural ampliando y fortaleciendo la demanda nacional mientras se estabiliza la demanda externa. Incrementar las inversiones en el sector de la construcción. 4.-Adherirse al rumbo de la “reforma” del mercado socialista mejorando su diseño al más alto nivel, combinado el progreso gradual de la reforma integral con la superación parcial, explorando audazmente y procurando obtener resultados sustanciales. 5.-Garantizar y mejorar con gran esfuerzo las condiciones de vida del pueblo, sobretodo atendiendo las condiciones básicas de las masas populares con rentas bajas, subsidiando a los estudiantes universitarios con dificultades económicas, estabilizando y ampliando las fuentes de empleos seguros y dignos e intensificando la construcción de un sistema de seguridad social urbano y rural. En ello ha de radicar la buena gobernanza desde lo económico y social. (Xi Jinping, El crecimiento económico tiene que ser verdadero. La Gobernación y Administración de China. Tomo I, pág. 139. Tercera Edición. Beijing, 2018).

Desde un comienzo, iniciada la gran reforma, la dirigencia china tuvo muy claro la necesidad de impulsar los cambios en pos de su desarrollo, aplicando con firmeza las políticas de apertura al mundo exterior, ofreciendo buenas condiciones a la inversión extranjera y hacerse competitivo en el panorama económico internacional. Para ellos, el empresariado nacional e internacional representaba una gran fuerza en la creación de empleos y de riquezas. Estaban claros en que la economía mundial estaba sumida en la inestabilidad y la incertidumbre. Que su recuperación pasaba por un largo y doloroso proceso donde todos los países tenían que hacer su contribución.

Ello era posible si se asumía con vigor los postulados de la economía abierta. Uno de los asuntos a lo que la dirigencia china le puso sobrado interés fue el de resolver la contradicción entre gobernanza y mercado. Asumieron que es el mercado el que ha de asumir el papel decisivo en la asignación de los recursos respecto de las leyes objetivas que rigen la construcción del socialismo con peculiaridades chinas, así como un nuevo logro de la adaptación del marxismo a las condiciones nacionales de China. Era algo nuevo para ellos y por eso llamaron a la militancia en todos los niveles a profundizar en el estudio, profundizar en el conocimiento de las leyes de la economía de mercado, dominar las nuevas experiencias y aprender a usar correctamente tanto la “mano invisible” como la “mano visible” para convertirse en expertos en el manejo de las relaciones entre la gobernanza y el mercado.

Como resultado de los cambios y de la apertura económica, China se ha afianzado en la implementación de la nueva concepción del desarrollo económico lo que ha redundado en una mejora constante de su calidad y rendimiento. Según el presidente Xi Jinping, el crecimiento económico de China para 2017 se mantuvo en un ritmo medio superior, lo que les permitió situarse a la vanguardia junto a los principales países industrializados del mundo, aumentando su PIB de 54 billones de yuanes a 80 billones, consolidándose como el segundo a nivel mundial, superando el 30 por ciento de su contribución a la economía global.

La economía digital la han desarrollado de manera vigorosa, así como otras industrias emergentes. La construcción de infraestructuras, carreteras, puentes, puertos y aeropuertos generando millones de empleos. El sector agrícola se ha desarrollado al punto de producir más de 600 millones de toneladas de productos.

Más de 80 millones de desplazados del campo se han convertido en habitantes urbanos. El desarrollo siderúrgico ha sido permanente en localidades como Beijing, Tianjin y Hebei. Completaron el paso al nuevo régimen de la economía abierta y tanto el volumen del comercio exterior como las inversiones extranjeras y las reservas de divisas, consolidan a China como la primera a nivel mundial.

Liberaron de la pobreza a más de 60 millones de chinos y lograron bajarla de 10,2 por ciento al 4 por ciento. Los chinos han puesto en práctica una consigna poco entendida en Occidente: ser un país con dos sistemas. Así lograron resolver el asunto de Hong Kong y Macao. Escuchando los recientes discursos del presidente Gustavo Petro de Colombia, se observa la marcada influencia china, cuando preconiza un estilo de vida sencillo, adecuado ecológicamente, descarbonizado, opuesto a la ostentación y al derroche y al consumo irracional de la energía.

Guiados por la consigna de construir una “China bella”, son muy exigentes en la aplicación de normativas descontaminantes, siendo muy severos en castigar a los emisores. Para los chinos, solo se puede llegar a un buen final si se conservan siempre las aspiraciones originales. Así lo han hecho y así lo han logrado.


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