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En el espectáculo de las elecciones de Estados Unidos, ambos partidos comparten más similitudes de lo que aparentan.

En el espectáculo de las elecciones de Estados Unidos, ambos partidos comparten más similitudes de lo que aparentan. | Foto: EFE

Publicado 14 octubre 2020



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Las protestas antirracistas en EE.UU. han puesto en evidencia las visiones compartidas de los dos principales partidos.

En la campaña electoral de Estados Unidos, el binomio Donald Trump-Mike Pence arremete contra lo que llama la violencia de la izquierda y en respuesta, la candidatura de Joe Biden-Kamala Harris critica, con dureza, la violencia "tanto de la derecha como de la izquierda". ¿Qué hay detrás de esto?.

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El periodista e investigador canadiente Arnold August analiza cómo tanto republicanos como demócratas están coludidos para afianzar el sistema bipartidista y anular la participación de otras fuerzas políticas en el sistema estadounidense.

August explica que la referencia del Partido Demócrata a la derecha se limita, por único, a las milicias supremacistas blancas violentas (como la que acaba de protagonizar un conato de secuestro y acción armada contra la gobernadora demócrata de Michigan).

Sin embargo, los demócratas no se refieren, en sus críticas a la violencia al propio Estado, violento y racisto de manera innata en todos los niveles, indica.

Además, la narrativa demócrata sobre la "violencia de la derecha y la izquierda", desde un presunto punto de equidistancia, daña, sobre todo, a la izquierda.

Viene a demostrar, según Arnold, que también el Partido Demócrata está en contra de la lucha de clases, como Donald Trump, al tiempo que pretende cooptar al movimiento de protestas en el sistema electoral bipartidista, con ilusiones de su presunta oposición al racismo.

En adición, hay otra consideración sobre cómo los grandes partidos del establishment estadounidense bloquean la aparición de alternativas, sostiene el periodista canadiente para el grupo político Code Pink, un movimiento internacional a favor de la paz y la justicia, revela.

No obstante existir encuestas y estudios los cuales muestran que una parte importante del electorado estadounidense preferiría un "tercer actor" importante, la maquinaria electoral manipula las elecciones de manera que resulta casi imposible la presentación de un tercero importante.

Una víctima es el Partido Verde, el cual no puede participar en los debates de candidatos, porque la Comisión de Debates Presidenciales establece un umbral de un 15 por ciento, como imprescindible para tomar parte en tales discusiones, explica.

Por tanto, se produce la paradoja de que para poder tener mayor votación sería necesario mayor visibilidad en debates nacionales, pero no pueden acceder a estos por no tener más votos, puntualiza. 


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