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El canciller subrayó que Rusia estaba haciendo todo lo posible "para evitar una confrontación directa".
El ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, denunció este sábado que todos los países capaces de llevar a cabo una política independiente están siendo atacados por Estados Unidos en la actualidad y sostuvo que Occidente lleva una guerra híbrida contra Rusia.
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Lavrov también indicó que Moscú era el objetivo de una "guerra híbrida total" por parte de Occidente, pero resistiría las sanciones forjando alianzas más profundas con China, India y otros.
"El Occidente colectivo nos ha declarado una guerra híbrida total y es difícil predecir cuánto durará todo esto, pero está claro que las consecuencias las sentirán todos, sin excepción", dijo.
"Hicimos todo lo posible para evitar un enfrentamiento directo, pero ahora que el desafío ha sido lanzado, por supuesto que lo aceptamos. No somos ajenos a las sanciones: casi siempre estuvieron ahí de una forma u otra".
A primera vista, parece una postura muy conveniente, especialmente para EE.UU., que dirige los procesos desde el otro lado del Atlántico y, al mismo tiempo, debilita a Europa al liberar sus mercados para sus bienes, tecnología y productos técnico-militares", declaró.
En este sentido, sostuvo que actualmente los que quieren realizar una política exterior independiente están bajo presión de Washington. En particular, aludió a la Unión Europa (UE) que en materia de seguridad "está fusionándose paulatinamente con la OTAN".
El canciller calificó las acciones de Occidente como "piratería estatal" y advirtió que ahora nadie puede sentirse seguro.
"Nadie es inmune a la expropiación, a la piratería estatal, de hecho, por lo que no solo Rusia sino muchos otros están reduciendo su dependencia del dólar estadounidense, la tecnología y los mercados occidentales", acentuó.
Aseguró que Moscú se da cuenta de que durante este "punto de inflexión" se determina el lugar de Rusia, así como de otras naciones en una futura arquitectura del orden mundial. Por lo tanto, Rusia aboga por un mayor acercamiento con sus socios que no forman parte de las naciones desarrolladas de Occidente.
En estas condiciones el acercamiento de Rusia con las principales economías en desarrollo como China y la India, entre otras, es un proceso inevitable, según el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
"Una mayor convergencia con nuestros asociados fuera de los antiguos 'mil millones dorados' es un proceso absolutamente inevitable y de carácter mutuo", dijo Lavrov.
Los esfuerzos de Occidente para aislar a Rusia estaban condenados al fracaso, dijo. Las relaciones de Rusia con China eran las mejores que jamás habían existido y estaba desarrollando una asociación estratégica privilegiada con India.
