Hace 28 años Ruanda vivió 100 días de crímenes y asesinatos, una masacre descrita por la ONU como "planificada, sistemática y metódica".
El 7 de abril de 1994 Ruanda vivió el peor episodio de su historia: un genocidio que dejó entre 800.000 y un millón de muertos. Fue una limpieza étnica que ocurrió ante la mirada indiferente de la comunidad internacional.
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Han pasado 28 años desde aquel genocidio, pero su impacto en la historia del mundo lo hace un hecho de constante estudio y revisión.
El genocidio de los hutus contra los tutsis fue planificado por el gobierno hutu de Juvenal Habiyarimana. Se trató de un discurso de odio que se alimentó poco a poco, pero la interrogante es ¿ya existía un conflicto entre las etnias y qué lo provocó? La realidad es que hutus y tutsis no son etnias diferentes, de hecho comparten la misma cultura e idioma.
« À l’heure où nous commémorons le bain de sang survenu il y a 28 ans, il nous faut admettre que nous avons toujours le choix de faire prévaloir :
— UN Human Rights Council (@UN_HRC) April 7, 2022
-l’humanité sur la haine
-la compassion sur la cruauté
-le courage sur l’apathie
-la réconciliation sur la rage ».@antonioguterres pic.twitter.com/gMBgN7YBDB
La respuesta data de la época colonial, cuando Ruanda estaba bajo el dominio de Alemania (1894) y luego de Bélgica (1916). Antes del genocidio, en 1994 Ruanda tenía más de 7 millones de personas en tres grupos étnicos: la mayoría hutu y las minorías tutsi y twa. Los tutsis (minoría ganadera) tuvieron el poder durante décadas y demandaban indenpendizarse de Bélgica, por lo tanto los colonos empezaron a favorecer a los hutus (mayoría agricultora), quienes derrocaron a los tutsis en las revueltas de 1959.
Finamente, los hutus llegaron al poder tras un golpe de Estado de 1973 que convirtió en presidente a Juvénal Habyarimana. Una acción que nunca fue aceptada por los tutsis.
La división que dejaron los belgas entre hutus y tutsis continuó después de la independencia política de Ruanda el 1 de julio de 1962. En los siguientes años ocurrieron enfrentamientos y matanzas por el control de los recursos del país hasta que entre las décadas 50 y 60 un choque hizo que miles de tutsis huyeran hacia Uganda.
Los refugiados tutsis recibieron apoyo del presidente de Uganda, Yoweri Museveni, y planeaban regresar a Ruanda. Esta fue la excusa del mandatario Habiyarimana (hutu) para fomentar en 1991 una campaña de odio contra los tutsis y diseñar una estrategia para exterminar a los que aún vivían en el país.
El trabajo principal recayó en la Universidad de Butare y los medios de comunicación. La primera creó una historiografía que deshumanizaba a los tutsis y los categorizaba como invasores, una narrativa que fue difundida por Radio Mil Colinas. Mientras tanto, el gobierno de Habiyarimana organizaba a las milicias hutu en las calles, los interahamwe.
Ante este escenario, lógicamente el general Romeo Dallaire, que comandaba a los Cascos Azules, envió a Naciones Unidas un fax que alertaba de un inminente genocidio, pero la misiva fue ignorada.
El 7 de abril de 1994, dos misiles derriban el avión en el que viajaban el presidente de Ruanda, Juvénal Habyarimana, y del Burundi, Ciprian Ntayamira. Inmediatamente, se culpó a los tutsis y en la radio se llamó a empezar la masacre.
Al día siguiente, 7 de abril, la primera ministra Agathe Uwilingiyimana y soldados belgas de la ONU fueron asesinados por las fuerzas del gobierno. Como consecuencia, Bélgica y otros países retiraron todas sus tropas. Las condiciones ya estaban dadas para los asesinatos y otros crímenes contra tutsis y hutus moderados a lo largo y ancho del país.
El genocidio comenzó en Kigali, donde se estrelló el avión presidencial, y rápidamente se extendió al resto del país. Las milicias hutus poseían principalmente machetes y otras armas primitivas.
Entre 800.000 y un millón de ruandeses, entre tutsis y hutus moderados, fueron asesinados en 100 días de cruentos crímenes. Al menos 200.000 mujeres fueron violadas. Aquí surge la definición de genocidio y esta palabra es pronunciada por primera vez el 4 de mayo de 1994 por el secretario general de las Naciones Unidas, Boutors Ghali.
Según la RAE genocidio es el "exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o de nacionalidad".
Las Naciones Unidas no solo ignoraron el fax que envió el general Romeo Dallaire advirtiendo sobre la matanza que se preparaba, sino que además los Estados miembros se rehusaron a responder con tropas adicionales.
"As we remember the bloodshed 28 years ago, we recognize that we always have a choice. To choose humanity over hatred; compassion over cruelty; courage over complacency; and reconciliation over rage."
— UN Human Rights Council (@UN_HRC) April 7, 2022
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No fue hasta el 22 de junio que el Consejo de Seguridad autorizó a las fuerzas francesas a enviar una misión humanitaria, llamada la Operación Turquesa.