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Los laboristas, partido de oposición al Conservador, se hicieron con el voto en Londres en una suerte de voto de castigo contra el premier Boris Johnson.

Los laboristas, partido de oposición al Conservador, se hicieron con el voto en Londres en una suerte de voto de castigo contra el premier Boris Johnson. | Foto: @Keir_Starmer

Publicado 7 mayo 2022



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Recientemente, se destapó un escándalo relacionado con el primer ministro, lo que puede haber influido en los resultados.

Los laboristas británicos alcanzaron una victoria moderada en las elecciones locales frente a la derrota de los conservadores, especialmente catastrófica en Londres y más limitada en Inglaterra, Escocia y Gales.

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El Partido Laborista arrasó en la capital británica, pero avanzó poco en el resto del país y parte de sus pérdidas fueron a pasar a manos de los liberales. Las fuerzas del premier Boris Johnson resistieron en el denominado “muro rojo”, mas perdieron territorio en el rico sureste del país.

Liberales demócratas y verdes tuvieron progresos a costa de las dos principales formaciones. Sondeos de medios locales estiman que si hubiese elecciones este viernes, los laboristas tendrían el 35 por ciento de los votos, los conservadores el 30 por ciento, los liberales demócratas el 19 por ciento y otros partidos el 16 por ciento.

Por otra parte, las proyecciones daban como ganador al partido Sinn Féin en la primera victoria del partido nacionalista sobre los unionistas en un siglo en la Asamblea de Irlanda del Norte. Con 24 de los 90 escaños adjudicados, Sin Féin se llevaba 16, frente a dos del Partido Democrático Unionista (DUP) y otros del Partido de la Alianza, una tercera fuerza alternativa.

Johnson intentó desestimar la derrota: “Los resultados son variados. Hemos tenido una noche difícil en algunas partes de Inglaterra, pero, en otras, los conservadores hemos avanzado y hemos logrado mejoras significativas en lugares que no nos habían votado en mucho tiempo o incluso nunca”.

La capital británica demostró que es diferente al resto de la nación. Los laboristas ya dominaban, pero alcanzaron tres distritos emblemáticos esta vez.

Por sorpresa y por primera vez desde su creación en 1964 Westminister, representativa de riqueza y opulencia, así como en Barnet, barrio con gran población judía, votaron por los conservadores la semana pasada en señal de castigo contra el antisemitismo.


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