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La invasión de la OTAN liderada por los Estados Unidos de Barack Obama, sumió en el caos al país norafricano desde hace diez años.

La invasión de la OTAN liderada por los Estados Unidos de Barack Obama, sumió en el caos al país norafricano desde hace diez años. | Foto: Twitter: UNSMIL

Publicado 21 mayo 2021



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Tras la invasión de Francia y EE.UU., el país se ha convertido en un Estado dominado por milicias y mercenarios.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) ratificó el viernes su llamamiento a la retirada inmediata de los miles de mercenarios desplegados en Libia, tras el desmebramiento de ese Estado norafricano hace una década luego de una invasión a instancias de Estados Unidos, Francia y la OTAN, porque su "presencia (la de los mercenarios) supone una amenaza para toda la región".

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El enviado de Naciones Unidas para Libia, Jan Kubis, dijo en una reunión del Consejo de Seguridad que "el continuado uso, presencia y actividades de miles de mercenarios, combatientes extranjeros y grupos armados es una amenaza significativa no solo para la seguridad de Libia, sino para la región en su conjunto".

Además, subrayó que existen claros vínculos entre la situación en esa nación y la estabilidad en toda la zona del norte de África y el Sahel, como ha mostrado la reciente situación en Chad.

Kubis recordó la “alta movilidad” de combatientes y terroristas en un área de fronteras no controladas, e instó a "planear y asegurar la salida ordenada de combatientes extranjeros, mercenarios y grupos armados junto a su desarme, desmovilización y reintegración en sus países de origen".

El compromiso para la salida de los mercenarios es parte del acuerdo de alto el fuego firmado en octubre de 2020, que permitió la apertura de un nuevo proceso político en Libia, pero por ahora no se ha cristalizado, según el análisis realizado por la propia ONU.

En la reunión de este viernes, algunas de las potencias cómplices o ejecutoras de la invasión de 2011 urgieron a su retirada y denunciaron las repetidas violaciones del embargo de armas que pesa sobre el país.

Según ONU, la desmovilización de combatientes extranjeros en Libia debe acompañarse de nuevos esfuerzos en toda la región para dar respuesta a las causas de la inestabilidad, sin mencionar como uno de esos factores la intervención extranjera de hace diez años en el país con uno de los más altos PIB per cápita del continente.

Kubis consideró que ese apoyo, financiado por la comunidad internacional, debe combinarse con una acción decidida contra las bandas criminales que trafican con personas y mejoras en el control de fronteras.

En este sentido, defendió que es necesario que se replantee el enfoque de la Unión Europea en las cuestiones de refugiados y migrantes, en cooperación con Libia, la ONU y la Unión Africana.

Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN liderada por Estados Unidos y Francia derrocara al expresidente Muamar al Gadafi.

El Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) se instaló en Trípoli en 2016 con apoyo de la ONU mientras que el mariscal Jalifa Hafter, líder militar y tutor del antiguo Gobierno no reconocido en el este del país, incorporó a sus filas miles de mercenarios sudaneses, chadianos y árabes.

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Desde marzo pasado , el poder está en manos del Gobierno Nacional de Unidad (GNU), elegido por el Foro para el Diálogo Político de Libia (FDPL), un organismo no electo creado por la ONU al margen de los gobiernos hasta entonces enfrentados y que debe unificar el país, mantener el alto el fuego y conducirlo hasta la elecciones legislativas. 


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