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Temer enfrenta otras 10 denuncias por actos de corrupción y otros delitos en el marco de la operación anticorrupción Lava Jato.

Temer enfrenta otras 10 denuncias por actos de corrupción y otros delitos en el marco de la operación anticorrupción Lava Jato. | Foto: Reuters

Publicado 7 mayo 2019



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El Ministerio Público acusa a Temer de haber instigado al empresario Joesley Batista, uno de los socios del grupo J&F, a pagar “ventajas indebidas” al exalcalde Eduardo Cunha, quien está preso por corrupción.

La justicia federal de Brasil aceptó este martes una denuncia presentada por la Fiscalía y por sexta vez inculpó al expresidente de facto Michel Temer por actos de corrupción. Ahora Temer es acusado de asociación ilícita y obstrucción de la justicia, cargos extensivos a sus exministros Eliseu Padilha y Wellington Moreira Franco.

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Según el portal de noticias G1, el juez Marcus Vinícius Reis Bastos decidió convertir al exmandatario en reo y responderá por una organización criminal junto Padilha y Franco. La denuncia fue recibida por el magistrado federal el viernes y la decisión se puso en marcha el pasado lunes.

En una nota, la defensa de Temer afirmó que el exmandatario “nunca integró organización criminal ni obstruyó la justicia, y por eso también esa acusación será desenmascarada a su tiempo”.


Inicialmente la denuncia fue presentada al Supremo Tribunal Federal en 2017 por el entonces procurador general de la República Rodrigo Janot. Después de que el caso fue enviado a la primera instancia judicial, la acusación fue ratificada el mes pasado por el Ministerio Público Federal en Brasilia.

En la querella, el Ministerio Público acusa a Temer, entre otros puntos, de haber instigado al empresario Joesley Batista, uno de los socios del grupo J&F, a pagar “ventajas indebidas” al exalcalde Eduardo Cunha, quien está preso por corrupción.

Cuando se presentó la imputación, el expresidente de facto tenía prerrogativa de foro privilegiado de presidente y no llegó a ser analizada por el Supremo. En octubre de 2017, la Cámara de Diputados rechazó la continuación de la denuncia por mayoría y la acusación de los crímenes de organización criminal y obstrucción de justicia fue suspendida hasta que Temer dejara el poder. Al final de su mandato en enero, la denuncia fue encaminada a la Procuraduría de la República en el Distrito Federal.

El 29 de abril, el mismo juez que ahora imputa a Temer por este caso le había procesado por otros supuestos hechos delictivos: un esquema de sobornos a cambio de un decreto presidencial que favorecía a empresas del sector portuario.

Otras denuncias, hasta llegar a 10, responsabilizan al líder del partido del Movimiento Democrático Brasileño (MDB) con actos de corrupción y otros delitos en el marco de la operación anticorrupción Lava Jato. La Fiscalía certifica tener pruebas para demostrar que el político, de 78 años, desvió recursos púbicos de entidades en las que tuvo influencia.

En marzo, estuvo preso preventivamente durante cuatro días por sospechas de corrupción y acusado de ser el principal líder de una organización criminal que durante 40 años desvió unos de 500 millones de dólares de recursos públicos.

Temer asumió el poder en 2016 cuando se depuso a la presidenta constitucional Dilma Rousseff mediante un golpe parlamentario-judicial.


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