Paolo Duterte negó ante el Senado poseer conexión alguna con el tráfico de drogas y afirmó que las acusaciones son infundadas.
La oficina del Defensor del Pueblo de Filipinas exoneró este miércoles a Paolo Duterte, hijo del presidente de Filipinas, de los cargos que le fueron imputados por la presunta entrada de un cargamento de 604 kilos de clorhidrato de metanfetamina proveniente de China, por un valor de 125 millones de dólares.
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De acuerdo con la declaración de dos funcionarios de la aduana de Filipinas, Paolo Duterte y el abogado Manases Carpio fueron mencionados como intermediarios para el recibimiento del cargamento de esta droga, información que luego fue desmentida por estos trabajadores, alegando que era sólo un rumor.
#Filipinas | El presidente Rodrigo Duterte, aceptó las investigaciones de la Corte Penal Internacional (CPI), con el fin de esclarecer las acciones ejercidas por los cuerpos de seguridad de su nación https://t.co/gi6uL9Fh6S pic.twitter.com/35lceAeQ0Z
— teleSUR TV (@teleSURtv) 9 de febrero de 2018
La investigación en contra de los familiares del presidente Rodrigo Duterte inició en agosto del año pasado por el Comité del Senado filipino, concluyendo que no existen cargos que los incriminen o vinculen con el caso de las metanfetaminas chinas.
Durante la campaña electoral, el ahora presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, se comprometió a acabar con el tráfico de drogas, con una exhaustiva investigación, incluso si se trataba de uno de sus familiares.
A causa de esta campaña de 2016, el país se alarmó al enterarse que familiares del primer mandatario estaban mencionados en el caso.
"Mi orden fue: si alguno de mis hijos está [involucrado] en las drogas, mátenlo, así la gente no puede decir nada en mi contra", dijo el mandatario filipino al salir a la luz las supuestas acusaciones que luego se convirton en rumor.
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