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La Junta Plenaria de la Casa de la Cultura emitió un comunicado en el cual se declara en resistencia y en vigilia ante la toma policial.

La Junta Plenaria de la Casa de la Cultura emitió un comunicado en el cual se declara en resistencia y en vigilia ante la toma policial. | Foto: Twitter

Publicado 20 junio 2022



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Horas antes elementos de la Fiscalía General del Estado realizaron un allanamiento de la sede cultural ante la denuncia de una presunta presencia de armas.

La Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, ubicada en Quito, fue tomada la noche del domingo por agentes de la Policía Nacional (PN), institución que dijo usará el recinto cultural como cuartel en el marco de las protestas que realizan sectores sociales bajo el paro nacional convocado por el movimiento indígena contras las políticas neoliberales del Gobierno del presidente Guillermo Lasso.

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En un comunicado, la PN informó que notificó la requisición del lugar, basado en el estado de excepción, con la finalidad de contar con un espacio físico al interior de esa institución para albergar a agentes antimotines de la Unidad del Mantenimiento del Orden (UMO) y otras unidades policiales.

El presidente de la Casa de la Cultura, Fernando Cerón, en declaraciones a la prensa, denunció la toma y aseveró que "con mucha pena tengo que decir que hoy ha muerto la cultura. Hoy la tiranía, la oscuridad, el terror le ha ganado a la vida, a la alegría, a la diversidad, a la pluralidad, hoy el terror está posándose en la institución cultural más importante del país" .

"La última vez que la Casa de la Cultura fue tomada por el Estado, fue controlada por la policía, fue hace 42 años en el contexto de una dictadura. Ahora estamos en dictadura. Esta casa de la libertad, del pensamiento, de la diversiad ha caído en manos del terror", manifestó Cerón.

Horas antes, elementos de la Fiscalía General del Estado (FGE) habían allanado la sede del recinto cultural tras la denuncia anónima vía telefónica de un presunto almacenamiento de material explosivo en su interior, para presuntamente apoyar las protestas asociadas al paro nacional convocado por el movimiento indígena.

En horas de la mañana, un representante de la FGE y agentes de Criminalística y del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) ingresaron al interior de la instalación, con la orden de detectar la supuesta presencia de armas artesanales y explosivos, que habrían sido introducidas en la instalación por un grupo de 30 personas, según dio a conocer la policía.

Presuntamente, el material bélico sería empleado en el contexto de las protestas, para retener a policías y militares, y garantizar el acceso de los manifestantes a la Presidencia de la República.

Un comunicado divulgado por la Sede Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana asegura que “tras la inspección de la FGE no se ha encontrado ningún rastro de armamento al interior de la institución”.

“Por el contrario, bajo la declaratoria del Estado de Excepción se ha pretendido violentar el derecho de cientos de artistas y gestores que habitan el espacio histórico del quehacer cultural”, denuncia el texto.  

En declaraciones a medios locales, el presidente de la institución ecuatoriana manifestó su preocupación porque la Casa de la Cultura se convierta “en un espacio que fomente actos violentos de cualquier tipo”, ante la solicitud de la Policía Nacional de ingresar 400 efectivos para hacer frente al paro desde la sede cultural.

“Nuestro interés fundamental es que este espacio sea un espacio de mediaciones, sea un espacio que nos permita garantizar derechos humanos, que permita generar elementos de cuidado humanitario, si es que ese fuera el caso”, declaró el gestor cultural.

Cerón manifestó que no ha recibido solicitudes oficiales por parte de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) para usar las instalaciones de la institución; pero sería evaluada dentro de los procesos pertinentes, argumentando que esa institución “se mantenga como ha sido siempre, un espacio de paz”.

Asimismo, convocó a los artistas y sectores culturales, a mantenerse vigilantes de los que ocurre en “la casa de los artistas, de los sectores culturales, de las diversidades, y que luchemos por garantizar que este espacio no sea intervenido de ninguna forma por el Estado”.

Desde el pasado 13 de junio, el movimiento indígena ecuatoriano inició un paro nacional en contra del Gobierno de Guillermo Lasso, ante la solicitud de atender 10 pedidos, entre ellos el descenso de precio de los combustibles y el aumento del presupuesto para la educación intercultural.

Ante la ola de protestas y manifestaciones generadas, el Gobierno ecuatoriano declaró el 17 de junio estado de excepción en las provincias de Pichincha, Imbabura y Cotopaxi.


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