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El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, denunció la hostilidad constante por parte de Estados Unidos contra el pueblo cubano.

El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, denunció la hostilidad constante por parte de Estados Unidos contra el pueblo cubano. | Foto: presidencia.gob.cu

Publicado 7 enero 2022



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Las medidas de Washington procuran mediatizar la impartición de justicia contra los participantes en los disturbios del 11 de julio.

El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, rechazó este viernes las nuevas sanciones anunciadas por el Gobierno de Estados Unidos contra ocho funcionarios como parte de la política de hostilidad contra La Habana.

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“Cuando ya no van quedando tuercas que apretar, vienen los castigos con nombres y apellidos. Aunque nunca han dejado de hacerlo contra todo el pueblo cubano. La dignidad de Cuba es el problema”, escribió el jefe de Estado en su cuenta en Twitter.

La víspera, el secretario de Estado de EE.UU., Anthony Blinken, dio a conocer a través de un comunicado restricciones de diverso tipo contra ocho funcionarios presuntamente implicados en la detención y procesamiento judicial de personas que tomaron parte de hechos violentos el pasado 11 de julio.

El Departamento de Estado indicó que la decisión está justificada en las medidas individualizadas en el marco de la Proclama Presidencial  5377 que suspende que los empleados del Gobierno cubano tengan la posibilidad de entrar a Estados Unidos como inmigrantes.

Con esta medida se potencia el impacto de cuatro sanciones que fueron aprobadas por EE.UU. desde el 11 de julio. También restricciones a visas (anunciadas el 30 de noviembre de 2021) impuestas a nueve funcionarios cubanos en relación con la que la Casa Blanca calificó como represión a activistas del 15 de noviembre, detalló el texto divulgado. 

Medios de prensa consideran que esta acción constituye una injerencia en los asuntos internos de Cuba, pues no busca más que mediatizar la impartición de justicia en el país e intenta dar protección a elementos financiados por Washington para subvertir el orden político y social cubano.


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