ONU destaca la importancia de no olvidar nunca que la mejor respuesta a la pandemia es la que se hace proporcionalmente a las amenazas inmediatas, protegiendo al mismo tiempo los derechos humanos.
El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, advirtió en abril pasado cómo la pandemia del coronavirus no es solo una crisis sanitaria, económica y social, sino que puede generar un impacto en los derechos humanos.
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"Hemos visto cómo el virus no discrimina, pero sus impactos sí lo hacen. Debemos asegurarnos de que se aborden adecuadamente en la respuesta", alertaba Guterres al exponer las debilidades en los servicios públicos y las desigualdades estructurales que impiden el completo acceso a los mismos.
Al respecto, el titular del organismo internacional señaló que en el actual contexto, algunos países pueden emplear la emergencia sanitaria como una excusa para adoptar medidas represivas con fines no relacionados con la pandemia.
"A la #COVID19 no le importa quiénes somos, dónde vivimos ni en qué creemos, no hace ninguna distinción. Necesitamos hasta la última gota de solidaridad para afrontarla juntos".
— Naciones Unidas (@ONU_es) May 8, 2020
-- @AntonioGuterres pide acabar con los discursos de odio. https://t.co/SpUKwgx6vH pic.twitter.com/Vls17IEMGy
"Y en todo lo que hagamos, no lo olvidemos nunca: La amenaza es el virus, no las personas (…) la mejor respuesta es la que responde proporcionalmente a las amenazas inmediatas, protegiendo al mismo tiempo los derechos humanos y el estado de derecho", advirtió Guterres.
En este sentido, la ONU propuso seis formas de responder al coronavirus para que las personas y sus derechos siempre queden en primer lugar.
Durante la pandemia del nuevo coronavirus se ha desencadenado una crisis económica y social que está afectando de diferentes formas a los individuos, familias y comunidades, que en algunos países ha relegado la prioridad de proteger y salvar la vida de las personas.
De acuerdo con la ONU, la instauración de medidas para combatir la pandemia se ha enfrentado a factores subyacentes como las desigualdades y la debilidad de los sistemas de protección. Por lo que “el acceso universal a la atención sanitaria es imperativo”.
Por ello, el organismo ha recomendado que, dentro de los recursos disponibles, se pongan en práctica acciones fiscales, financieras y económicas para mitigar los efectos negativos de la Covid-19 en sus poblaciones.
Entre ellas se destacan el suministro de reservas de agua a las zonas populares; la suspensión de los desalojos de viviendas por impago de alquileres durante la crisis; la mantención de los empleos y los salarios mediante medidas económicas específicas, en algunos casos similares a la obtención de ingresos universales, entre otros.
El impacto del nuevo coronavirus ha generado que se exacerben las desigualdades ya existentes y se creen otras. Por ello, ONU refiere que las respuestas a esta pandemia deben ser “inclusivas, equitativas y universales, pues de lo contrario no podrán vencer a un virus que afecta a todos, independientemente de su condición”.
Según el organismo, en naciones como Reino Unido y EE.UU. las minorías étnicas han representado niveles desproporcionadamente altos de pruebas positivas de Covid-19 y muertes, por lo que “las respuestas al virus van más allá de las desventajas económicas o sociales incorporadas”.
Por eso, las respuestas de los estados deben contribuir a contrarrestar la discriminación y el discurso de odio, y “todos los actores, incluidas las empresas de medios sociales, deben desempeñar su papel".
#COVID19 nos recuerda que cuando invertimos en sistemas de salud, mantenemos a nuestra gente segura y nuestras economías fuertes. Cuando garantizamos el acceso a los servicios de salud para todos, reducimos la desigualdad y construimos sociedades más resistentes" �� @DirOPSPAHO pic.twitter.com/qR3uqJk0aG
— OPS/OMS (@opsoms) May 12, 2020
Al respecto, fomenta buenas prácticas que deben generalizarse, entre las que destacan la concesión temporal de derechos de residencia a todos los migrantes y solicitantes de asilo en situación irregular, con pleno acceso a la atención de sanitaria nacional y reduciendo así los riesgos para la salud pública en general.
“Adopción de medidas específicas para proteger a los grupos vulnerables, entre ellos las personas con discapacidades, las personas sin hogar y los jóvenes que viven en instituciones, o suspender la detención de migrantes irregulares”, agrega la ONU.
"La mejor manera de mantener el apoyo público a las medidas es que los Gobiernos sean abiertos y transparentes e involucren a las personas en la toma de decisiones que los afectan", asegura la ONU.
En tal sentido, la participación efectiva en la respuesta implica que las personas estén informadas y perciban como necesarias, razonables y proporcionadas las medidas que se tomen en función de combatir el virus y salvar vidas.
Las mujeres y las niñas afrontan desafíos únicos en esta crisis de la #COVID19.@ONUMujeres reflexiona sobre el impacto de la pandemia en la igualdad de género: https://t.co/oKA5qzmZez pic.twitter.com/Pq6ZSXzxII
— Naciones Unidas (@ONU_es) April 13, 2020
En cuanto a buenas prácticas, resalta la creación de sesiones informativas diarias para que la población esté al día sobre la situación y la respuesta. Además, señalan como algunos Gobiernos han autorizado o creado un comité parlamentario independiente "que se reúne públicamente en línea, para examinar las medidas del ejecutivo durante la crisis”.
Asimismo, se ha logrado la organización de redes de apoyo comunitario para las personas vulnerables o el aplazamiento del cobro del alquiler para las personas sin ingresos.
“La mejor respuesta es la que tiene por objeto responder de manera proporcionada a las amenazas inmediatas, protegiendo al mismo tiempo los derechos humanos en el marco del Estado de derecho. Este es un momento para la paz, para centrarse en la lucha contra el virus”, alerta el organismo internacional.
En América Latina y el Caribe unos 140 millones de trabajadores informales están siendo severamente impactados por los efectos adversos a causa de la #COVID19 y las medidas destinadas a enfrentar la emergencia sanitaria. #NoContagiemosAlEmpleo pic.twitter.com/Gttj43Z2ek
— OIT Américas (@OITAmericas) May 12, 2020
En este sentido, advierte la ONU que las declaraciones de emergencia deben ser proclamadas oficialmente y se aplicarán en la medida estrictamente requerida por las exigencias de la situación, no debiendo ser incompatibles con otras obligaciones del derecho internacional.
Además, deben “estar limitadas en el tiempo. No han de discriminar. No han de permitir la suspensión de ciertos derechos específicos, como el derecho a la vida”.
Si bien la pandemia ha resaltado las desigualdades en el mundo, la crisis sanitaria internacional podría representar también una oportunidad para que los países recuerden la importancia del multilateralismo y la cooperación internacional.
“La solidaridad internacional es esencial en la respuesta mundial: Ningún país puede vencer esto solo y algunos países están mejor equipados para responder que otros. Así como ningún país puede permitirse el lujo de dejar atrás a las personas, el mundo no puede permitirse el lujo de dejar atrás a un país si se quiere vencer al virus”, argumenta el informe de la ONU.
Una forma de concretar esta necesidad de cooperación podría ser el desarrollo y la difusión de los tratamientos, así como la socialización de los datos, mediante la creación de “sistemas estadísticos globales y nacionales” que permitan “comprender el alcance de la pandemia".
“¿En qué mundo queremos vivir cuando todo esto termine? La forma en que respondamos ahora puede ayudar a dar forma a ese futuro, para bien o para mal”, asegura el informe del secretario general de la ONU.
El ente elaboró una lista sobre las acciones que pueden ayudarnos a alcanzar un futuro mejor, entre ellos destacan el utilizar el máximo de recursos a la mano para garantizar la disponibilidad, accesibilidad y calidad de la atención sanitaria como un derecho humano sin discriminación, y asegurar la protección del derecho a la vida en todo momento.
�� Evaluación del riesgo
— Naciones Unidas (@ONU_es) May 4, 2020
�� Aplicar estrictos criterios de seguridad y salud
�� Capacitación para los trabajadores del sector informal
La @OITnoticias pide proteger a los trabajadores que retornan a su labor para evitar una segunda ola de #COVID19.https://t.co/0DBunNF9ce
Igualmente, garantizar que los paquetes de estímulo y otras respuestas para mitigar los efectos económicos de la pandemia se centren en las personas y apoyen adecuadamente a los grupos más afectados por la pérdida de sus medios de vida. Así como velar por la seguridad de los ingresos y la asistencia social específica para las personas más vulnerables.
En tanto, se deben asegurar que los planes de respuesta y recuperación nacionales y locales identifiquen y pongan en marcha medidas específicas para combatir los efectos del virus en grupos e individuos, como los migrantes, las personas desplazadas y los refugiados, quienes viven en la pobreza, los que no tienen acceso a agua y saneamiento o a una vivienda adecuada, las personas con discapacidad, las mujeres, las personas de edad, entre otros.
Además, se hace imprescindible garantizar que la información fiable y precisa llegue a todas las personas, poniéndola a disposición en diferentes formatos e idiomas fácilmente comprensibles, incluidas las lenguas indígenas y las de las minorías.