Aumentan incendios en la Amazonía brasileña pese a militarización

A pesar de la movilización militar en Brasil, en las últimas horas más de un millar de nuevos incendios se declararon en la Amazonía.

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Mientras dos aviones Hércules C-130 arrojaron miles de litros de agua para contener las llamas, hasta el domingo se registraron 80.626 incendios en todo Brasil y el 52.6 por ciento de los focos se localizan en la región amazónica, según datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE, por sus siglas en portugués).

De acuerdo al INPE, este alarmante balance de incendios en Brasil marca un aumento de 78 por ciento, respecto al mismo período del año pasado.

Cerca de 43 mil militares están apostados en la selva, no obstante, aun la capital del estado de Rondonia, Porto Velho, existe una neblina de humo y el olor a quemado traídos por los vientos de los incendios forestales de la región.

Debido al desastre, que desató la indignación interna e internacional contra el gobierno de Brasil, la cumbre del G7 acordó aportar 20 millones de dólares a la lucha contra los incendios en la Amazonía, con el fin de sumar aviones para controlar el fuego.

Igualmente, los presidentes de Francia, Enmanuel Macron, y de Chile, Sebastián Piñera, adelantaron que se definió apoyar un plan de reforestación a mediano plazo que se dará a conocer en Naciones Unidas en septiembre.

Sin embargo, aunque las llamas no han podido ser controlados, Bolsonaro dijo que Macron "disfraza sus intenciones" al proponer "una 'alianza' de los países del G7 para 'salvar' la Amazonía, como su fuésemos una colonia o una tierra de nadie".

El presidente de Brasil aceptó hasta ahora la ayuda de Israel, que propuso enviar un avión. Asimismo, el mandatario dijo hablar con el presidente colombiano, Iván Duque, de "la necesidad de tener un plan conjunto entre la mayoría de los países que integran la Amazonía, que garantice la soberanía y riquezas naturales".

Los incendios en la Amazonía han arrasado áreas de la región fronteriza con Bolivia y han provocado una densa humareda que aumenta la contaminación a lo ancho los 5.5 millones de kilómetros cuadrados de la selva, debido a la ascendente deforestación que agravó el problema este año.