La Organización de las Naciones Unidas (ONU) abre este martes en Ginebra una nueva ronda de negociaciones entre el Gobierno de Siria y la oposición para poner fin a la guerra en Siria, informó el representante especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura.
En seis años de conflicto, unos 320.000 sirios han perdido la vida y millones han sido desplazados, también ha destruido la economía y la infraestructura del país.
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Las negociaciones para finalizar el conflicto siguen dos circuitos paralelos. Por un lado, el proceso político realizado en la sede de la ONU en Ginebra desde 2014, mientras que desde enero se celebran conversaciones en Astaná (Kazajistán) entre Turquía (que apoya a los rebeldes), Rusia e Irán (países aliados del Gobierno de Bashar Al Asad).
Desde la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, este país ha optado por apartarse de las negociaciones de paz, que antes patrocinaba junto a Rusia.
Lavrov: No hay una estrategia de "salida" de Siria, las partes deben cumplir sus obligaciones internacionales según resoluciones de la ONU pic.twitter.com/FbVXQXrtJL
— RT en Español (@ActualidadRT) 10 de mayo de 2017
Por su parte, la ONU busca mantener su protagonismo tras el acuerdo firmado en Astaná (capital de Kazajistán) el 4 de mayo que prevé la creación de "zonas de distensión" en Siria para frenar el baño de sangre.
Estas zonas de distensión fueron identificadas, pero aún no delimitadas, a la espera de que los tres países garantes estén de acuerdo sobre cómo protegerlas para que sean realmente efectivas.
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Según el memorando de entendimiento firmado en Kazajistán, los tres poderes garantes serán los responsables de la seguridad en esas zonas, aunque aclara que "terceras partes" podrían desplegarse si las tres potencias así lo acuerdan.
Desde la entrada en vigor del acuerdo, hace una semana, los combates disminuyeron en varias regiones del país.