El Senado Federal de Brasil dio inicio este miércoles a la sesión para debatir y decidir si la presidenta Dilma Rousseff será sometida a juicio político por supuestamente cometer un presunto crimen de responsabilidad sobre el cual hasta ahora no se han presentado pruebas, una acción que la apartaría del cargo y se convertiría en un golpe en contra de la democracia brasileña.
Cerca de las 10H00 hora local (13H00 GMT), una hora más tarde de lo previsto, el presidente del Senado, Renán Calheirosfue abrió el debate que se prevé sea extenso y que estará dividido en tres bloques.
Calheiros estableció los procedimientos a seguir durante la jornada y explicó que, pese a que la votación debería culminar este mismo miércoles, podría prolongarse hasta la madrugada del jueves.
"Esta sesión pone sobre el Senado una inmensa responsabilidad, ya que se decidirá si la presidenta electa será separada del cargo", dijo.
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En el debate se prevé que cada senador tenga su derecho de palabra por un tiempo de 10 a 15 minutos y pese a que son 81 senadores, menos de 50 son los que tienen previsto participar como oradores de la sesión.
Calheiros detalló que el relator de la comisión especial dell juicio político, Antonio Anastasia, y al abogado general de la Unión y defensor de la mandataria, José Eduardo Cardozo también tendrán el derecho de tomar la palabra.
El juicio político sería aprobado con la mayoría simple, es decir, la mitad más 1 de los 81 miembros del cuerpo colegiado.
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“A diferencia de la votación hecha el 17 de abril en la Cámara de Diputados, cuando se aprobó la admisión del proceso de destitución, en el plenario senatorial no habrá orientación del voto por parte de los líderes de las bancadas”, aclaró el representante de la Cámara alta.
Mientras se da la votación, se tienen programadas algunas manifestaciones en pro y en contra de la aprobación del juicio político. En la víspera, las calles de Río de Janeiro se iluminaron con linternas y velas para rechazar lo que consideran un golpe a la democracia.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó que nunca pensó en renunciar, pese a las informaciones difundidas por la prensa nacional e internacional. Aseguró que continuará luchando con todos los medios legales disponibles contra el proceso de juicio político de la derecha para destituirla.
"Lo que a nosotros nos satisface no es que renuncie, es luchar. Por lo tanto, les aseguro lo haré con todas mis fuerzas, usaré todos los medios legales disponibles de lucha. Para mí el último día previsto para mi mandato es el 31 de diciembre del año 2018", aseveró la mandataria.
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