Los resultados electorales y que no puedan ser aceptados por uno u otro bando motivan un fuerte dispositivo policial.
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Las elecciones de Estados Unidos se desarrollan en medio de un clima de polarización crecido en los últimos meses.
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La Policía fue desplegada desde temprano para contener las protestas que, de manera previsible, estallarán al conocerse los resultados.
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Como si se tratara de la llegada de un huracán a Washington, se protegieron comercios y otras instalaciones.
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La ciudad de Washington vive tensiones entre partidarios y detractores de Donald Trump, sobre todo, alrededor de la llamada Plaza Black Live Matters.
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La jornada electoral ha venido precedida de varios meses de intensa movilización social y represión policial.
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El dispositivo policial desplegado ha sido similar al visto en ocasión de cumbres internacionales donde se han vivido violentas protestas.
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La previsión de protestas se mantuvo toda la noche, en la misma manera en que continuaba la incertidumbre.
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Con rejas, madera y otros dispositivos de seguridad, la Casa Blanca se encerró en previsión de protestas como las que ya han tenido lugar en sus cercanías desde hace varios meses.
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La noche en Washington se vivió en una tensión que tuvo por la mañana un conato de apuñalamiento en las afueras de la Casa Blanca.
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El número 1600 de la Avenida Pensilvania no se deja ver detrás del parapetado hecho para evitar que los disturbios lleguen al interior de la mansión presidencial.
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