Venezuela / Comuna Altos de Lídice: El chavismo a flor de piel | Blog | teleSUR
11 marzo 2019
Venezuela / Comuna Altos de Lídice: El chavismo a flor de piel

Altos de Lídice es una comuna socialista bolivariana que reúne varios Consejos Comunales en pleno Caracas. Allí con esfuerzo y una enorme dosis de militancia, mujeres y hombres de la Corriente Revolucionaria Bolívar Zamora vienen desarrollando un trabajo de organización, formación política, empoderamiento vecinal y sobre todo, de crecimiento del hábitat transformando las carencias, que siempre existen, en proyectos de emancipación que brinde la mayor cuota de bienestar a la que puede aspirar una zona popular. En ese pedacito de la Capital Venezolana situado en la zona de La Pastora, hay miles de personas que cada día salen de sus casas humildes, bajan la empinada cuesta que los lleva hasta el transporte, con calor, con frío o con lluvia, y se preparan para batallar contra todas las contingencias que el Imperio y los lacayos de adentro, le plantean a cada venezolano y venezolano.

Venezuela / Comuna Altos de Lídice: El chavismo a flor de piel

Guerra económica, falta de medicamentos esenciales, apagones, y ahora terrorismo cibernético. No falta nada para ahondar más el escenario hostil que los enemigos de la Revolución le generan al chavismo, pero en Altos de Lídice hay sentimiento de pueblo, de mujeres peleonas y hombres a la par. Se percibe el coraje caribe que se despuntó guerreando con los españoles y que ahora le da batalla a los Trump y sus amigos. Como bien dice Nicolás Maduro, “somos hijos e hijas de Chávez. No podrán con nosotros”. y en esta Comuna son muchos y muchas las que hacen honor a ese título y lo llevan con orgullo cada jornada.

Hasta allí llegamos una mañana hace un par de semanas con una delegación de luchadores populares de distintos países que asistieron a la Asamblea Internacional de los Pueblos, y que encabezaba, entre otros, el referente de Los Sin Tierra de Brasil, Joao Pedro Stedile.

La recepción estuvo a cargo de un militante cuya formación política iba de la mano con su elocuencia y tradicional anfitrionía caribeña. Eran los últimos días de Carnaval, que en Venezuela se festejan con mucha pasión, y es por ello que además de escuchar bellísimas canciones de la tierra bravía del Libertador Simón Bolivar, los visitantes pudieron disfrutar de escenas humorísticas de mujeres, niños y niñas disfrazados, que bailaron, cantaron y por supuesto vivaron en varias ocasiones a Chávez y Maduro. Mientras los más pequeños repartieron a los recién llegados unos cartelitos con frases significativas como “paz”, “justicia”, “amor”, “tolerancia” y tantas otras, un grupo de mujeres explicaron que todos ellos, chicos y grandes pertenecían a un grupo de baile, canto y formación cultural, que se impulsaba en la Comuna para encausar vocaciones artísticas de jóvenes y pequeños.

Luego, comenzó el recorrido por las calles de la Comuna, y con el compañero que oficiaba de guía fuimos descubriendo que una de las carencias complicadas de la zona es la falta de agua y es por eso que están trabajando en la idea de obtenerla de un río cercano, pero que la dificultad surge de que como el barrio está en un terreno alto esa tarea implicaría un largo trazado de cañerías, además de los generadores que impulsen el tan preciado líquido desde abajo hacia arriba. El otro problema es la falta de transporte, ya que por lo empinado de la zona, las empresas no quieren subir hasta allí. Sin embargo, como todo lo que ese heroico pueblo venezolano viene realizando en las últimas décadas, nadie se amilana ante los inconvenientes y avanzan paso a paso hacia cada uno de los objetivos que se trazan.

Otra experiencia interesante fue trepar a la máxima altura del lugar, donde los jóvenes vecinos se están preocupando en desmalezar, limpiar el terreno (son varias terrazas escalonadas) y prepararlo para cultivar alimentos de uso diario. Allí, nuestro guía comentó que están procurando semillas, cosa que no les resultaba fácil. Algo que Stedile tomó como un compromiso para facilitarles una buena cantidad, ya que el MST está trabajando desde hace años en el Estado Mérida, generando (por la facilidad que otorga el clima) semillas a fin de ayudar a construir alternativas en un país que hasta ahora todo lo basaba en el petróleo, y que debido al criminal bloqueo que sufre, necesita abrir nuevas puntas de autosustentabilidad.

Entre aplausos y vítores a la unidad y la solidaridad entre los pueblos, toda la comitiva que había escalado con no pocas dificultades ya que una gran lluvia reciente convirtió al terreno en una pista de patinaje sobre barro, volvió a descender para seguir recorriendo la zona. Así llegamos hasta un emprendimiento textil donde diariamente, compañeras comuneras cosen uniformes para colegios o fabrican camisetas (franelas) de todos los tamaños. Allí también el bloqueo había dado un pequeño toque, ya que según contaron las trabajadoras, cada vez que se rompe una pieza de alguna de las máquinas de cocer, cuesta muchísimo conseguir el repuesto, ya que casi todos esos insumos son o fabricados en Estados Unidos, Reino Unido o Canadá, países hostiles a la Revolución Bolivariana.

Más abajo, nos encontramos con otro de los orgullos de la Comuna, el centro sanitario, donde una joven médica venezolana hace auténticos milagros atendiendo a la comunidad, con muy pocas medicinas para ir repartiendo, pero con una ternura y una vocación innegable.

Por último, calles más abajo todo el grupo fue invitado a comer en unos de los Centros comunales. Rodeados de fotos de Chávez, Maduro, Diosdado Cabello y grandes pancartas exigiendo que los gringos saquen sus manos de Venezuela, un par de compañeras nos dieron la bienvenida con sendos discursos que emocionaron a más de uno de los visitantes. Antes que nada expresaron el agradecimiento por venir de tan lejos a confraternizar y apoyar al pueblo venezolano en esta batalla desigual en la que está empeñado, y por otra parte expresaron la idea de que esta guerra “la va a ganar la Revolución”. Con humildad pero con mucha firmeza, una de las compañeras pidió a todos que se hace necesario “contar en cada país de donde vienen” todo lo que los grandes medios mienten sobre Venezuela.

“Aquí todos y todas peleamos junto al Comandante Eterno y ahora defenderemos a Nicolás (Maduro), porque los que sufrimos la Cuarta República sabemos todo lo que hemos ganado en estos 20 años”. Entre aplausos y abrazos a las oradoras, hubo un turno de devoluciones agradecidas a través de la oratoria, una de ellas de la ex canciller de Manuel Zelaya, Patricia Rodas, quien hizo un panegírico de la Revolución Bolivariana y todo lo que significa para el continente, amén de denunciar las maniobras injerencistas y criminales del gobierno Trump. Luego, varias militantes brasileñas elogiaron el trabajo desarrollado en la Comuna y todos a coros terminamos reclamando la libertad de Lula y el repudio al fascista Bolsonaro.

Finalmente llegó otro homenaje en forma de performance teatral a cargo de otro grupo de niños y niñas, y por último un caldo-guiso popular, “para que no nos olviden y sigamos luchando juntos y juntas”.

Fuerte experiencia la de los Altos de Lídice, con muchas mujeres a la cabeza de la lucha del día a día para que el sitio crezca, con una notoria crítica a la burocracia que no escucha ciertas demandas imprescindibles, pero con la seguridad de que allí el chavismo tiene una trinchera de lucha insobornable y que todos y todas sintetizaron en una consigna que tiene muchos años de existencia: “No pasarán”. Advertencia que en los tiempos que corren, con el imperio haciendo lo imposible por pegar un zarpazo a la nación bolivariana, adquiere máxima vigencia.


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Perfil del Bloguero
Periodista argentino en medios de prensa escrita y digital, radio y TV. Escritor de varios libros de temas de política internacional. Director del periódico Resumen Latinoamericano. Coordinador de Cátedras Bolivarianas, ámbito de reflexión y debate sobre América Latina y el Tercer Mundo.
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