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    Hasta el 26 de junio de 2020, se registraron 1.720 casos positivos a la Covid-19, cinco fallecidos y 620 curados, en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental.

Desde Palestina se realizan denuncias porque el Ejército de Israel ha expuesto a la Covid-19 a los detenidos palestinos.

No hay una historia de amor igual a otra. Una intensa ternura comenzó entre aquellos dos jóvenes, vivida en su esplendor durante cinco años de la carrera universitaria. Llegados desde tan lejanos horizontes, bastó una mirada para hacer converger los corazones. Entre ellos todo era posible, la alegría, los planes, los deseos de vivir. Aún sin dominar muy bien el idioma español, con una espléndida sonrisa, él se ocupó de hacernos comprender el propósito de paz para su tierra, Palestina.

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El teatro Oriente de Santiago de Cuba se llenó de jóvenes que acudieron a ver al artista español, Alberto Cortés. Los estudiantes palestinos fueron con una intención, el célebre cantautor le dedicaría una canción a “Sabra y Chatila”. Dos campos de refugiados palestinos, donde a la orden del ministro de Defensa, Ariel Sharon, -1982- exterminaron a decenas de mujeres, ancianos y niños. La Cruz Roja dijo que el número de
víctimas llegó cerca de 2.400 personas, aunque nadie tiene una cifra exacta. El joven palestino, entre lágrimas, nos explicaba el trágico suceso. Para ello, le pidieron a Cortés, que repitiera la canción.

Finalizada la etapa estudiantil, él partió hacia tierras árabes, donde se reunirían para asignarles funciones de trabajo. Pensamos en el tiempo y la distancia, como posible quebranto de su relación, pero jamás en la muerte. Demasiada juventud y optimismo, para creerlo posible.

Ella queda pendiente de una llamada para conocer la suerte del reencuentro. Pero la única noticia que alcanzó escuchar fue la de la matanza de los jóvenes palestinos, una mayoría de ellos graduados universitarios en Cuba.

Corría el año 1985, cuando comienza la primera Intifada, como protesta juvenil contra la presencia del ejército israelí en los llamados territorios ocupados y que, finalizada en 1993, causó la muerte a otros 2.000 jóvenes palestinos. Luego vinieron otros acuerdos internacionales, mientras la novia se quedó esperando a su amor, que nunca volvió.


Así entró en mi vida, a través de la historia de amor de mi mejor amiga, la realidad palestina. El asesinato de Khader Daud, como la de tantos niños y jóvenes palestinos inocentes, ha dejado pendientes a todos los que lo conocimos, de cada noticia a favor de la suerte con que labran la paz.

¿Dónde están los insensibles, leyendo la noticia?

Y es que ahora quienes hablan de paz son difíciles de creer. La propuesta viene de Trump y Netanyahu, como otra forma de ocupación, algo que recuerda el nefasto apartheid de Sudáfrica.

“Empiezo por corregir tu pregunta -responde tajantemente el entrevistado para teleSUR- de que se conoce el rechazo de 'todo el pueblo palestino' al plan de anexión y no el rechazo de miles de palestinos”.

“Israel se siente por encima de las leyes y con el apoyo incondicional de la Administración Trump. El Gobierno israelí solo dejará de anexar la parte cisjordana, si la comunidad internacional juega el papel que le corresponde en proteger al pueblo palestino”.

“La catástrofe del pueblo palestino es el resultado de las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas, por lo tanto, tienen la obligación de impedir esta nueva agresión. En caso de que no suceda, de que no se impida anexar a Israel el 30 por ciento del territorio palestino, esto conllevará a que el pueblo palestino intente impedirlo, por sus propios recursos limitados. Si no se logra, Israel se convierte en un país para los dos pueblos, bajo un régimen de apartheid y esto no sería duradero”, enfatiza Mohamed Odeh, embajador en el gabinete del presidente palestino.

“Algún día no muy lejano, Palestina entera volverá a ser para los palestinos. Otra opción es que la región se enrede en una violencia que pueda amenazar la seguridad y estabilidad mundial”.

Sobre las consecuencias socioeconómicas que vive actualmente el pueblo palestino, nos informa que “a raíz de la ocupación y su control de las fronteras, lo que necesitamos importar o exportar tiene que ser atravesar a Israel. Para enfrentar la pandemia del coronavirus los países colaboran bilateralmente, pero en el caso nuestro no es así, porque la mayoría de los países árabes e islámicos no tienen relaciones con Israel, lo cual impide colaboración de dichos países con Palestina”.

“Tenemos más de 150.000 trabajadores palestinos que trabajan en Israel y al principio de la pandemia, los israelíes les abrían las fronteras para que salgan y entren, sin coordinación con Palestina, con el riesgo de que pueden ser factor de contagio en ambas direcciones”.

“Se le añade que los israelíes tienen secuestrado nuestro dinero que recaudan como impuestos. Ello provocó que Palestina entrara desde muy temprano en una crisis financiera, por tanto no pudo pagar los sueldos de los funcionarios. Éstos y sus familias, forman una tercera parte del pueblo, de quienes depende la rueda del comercio interno. Esto trajo consecuencias sociales y económicas trágicas, aumentando el desempleo y el nivel de la pobreza. Con ello, se elevaron los problemas matrimoniales, las agresiones de género y hasta los divorcios”.

Provocan colapso y contaminación

A la pregunta, sobre qué control puede tener el Gobierno reconocido internacionalmente -Acuerdos de Oslo, 1993, para ofrecer una solución permanente en el conflicto israelo-palestino- sobre su economía, responde el presidente del Comité Iberoamericano y comisionado general de Relaciones Internacionales de Al Fatah: “La economía palestina depende de tres factores fundamentales, la economía interna que es mínima y está basada en la agricultura, el comercio interno, la industria ligera y los impuestos directos. En segundo lugar, el comercio con Israel, desequilibrado a favor de este: 15.000 millones frente a 3.000 millones en moneda israelí. El tercer factor, que forma casi el 30 por ciento de la economía palestina, son las ayudas internacionales condicionadas y que se vieron afectada de una manera significativa durante la pandemia del coronavirus. Basándonos en los tres factores, podemos decir que estamos casi en un colapso económico y financiero”.

Para entender lo que ello significa en la vida cotidiana, le solicito ejemplifique qué forma de control tienen las autoridades israelíes. A ello, el doctor Mohamed Odeh responde, “un palestino que quiere ir de Ramallah a Hebrón, necesita unas dos horas, a distancia de 60 km, pasando dos controles fijos y nadie sabe cuántas inspecciones móviles.

En el caso de intentar trasladar mercancías, el tiempo se triplica. En estos puntos de control un soldadito -israelí- de 18 años de edad, tiene la facultad de impedir el paso de quien sea, sin justificarlo.

 

Últimamente, en esos puntos de contro han matado a sangre fría a decenas de jóvenes palestinos. “Otro ejemplo, concierne a los cuerpos de seguridad palestinos, que no pueden moverse para resolver un conflicto, antes de coordinar con la fuerza de ocupación y este trámite, puede tardar mucho o ser denegado”.

Acerca del brote de coronavirus en los territorios palestinos ocupados de Cisjordania y la Franja de Gaza, narra: “Desde muy temprano el Gobierno palestino declaró el estado de emergencia y un protocolo que incluye muchos aspectos. Desde poner un mapa de las zonas afectadas restringiendo el desplazamiento de personas de zonas afectada a otras. Se cerraron las mezquitas, iglesias y salas de eventos. Impuso un protocolo sanitario de prevención según los valores internacionales".

Además, "cabe mencionar aquí que fuimos pioneros en esto, partiendo de que nuestras posibilidades son limitadas y de que no tenemos control de las fronteras. Además, miles de trabajadores palestinos trabajan en Israel y pueden transportar el virus desde allí y viceversa. Gracias a Dios, comparado con otros países, tenemos pocos casos. Hasta el 26 de junio de 2020, hemos registrado 1.720 casos positivos a la Covid-19, con cinco fallecidos y 620 curados. Esto es en Cisjordania, Gaza y Jerusalén oriental”.

“A pesar de las limitaciones, gracias a Dios, estamos haciendo buen control a la propagación de la pandemia. En los demás aspectos tenemos un sistema vinculado obligatoriamente a la ocupación y de una manera u otra, todos los aspectos están interrelacionados a la política y a la economía, con la salud. Aprovecho la ocasión para agradecer a Cuba y a Venezuela, su ayuda en formar médicos palestinos bien calificados. La solución para tener un sistema eficaz es acabar con la ocupación”.

Desde la sociedad civil palestina se realizan constantes denuncias porque el Ejército israelí y el Servicio de Prisiones han expuesto a la Covid-19 a los detenidos palestinos. La Asociación de Apoyo a los Prisioneros y Derechos Humanos “Addameer” refiere que interrogadores, que dieron positivo al virus, han estado en contacto con personas prisioneras y detenidas palestinas, sin seguimiento médico.

Sobre ello declararon, “por ejemplo, el 18 de marzo 2020, cuatro detenidos bajo interrogatorio en el centro de PetahTikvah fueron interrogados por un oficial, que había dado positivo en la prueba de la Covid-19. Dos de los detenidos fueron puestos en libertad en Cisjordania antes de cumplir el periodo de 14 días de cuarentena y sin haberle hecho el test, por lo que potencialmente, si fueran positivos, podrían contagiar a mucha más gente de su comunidad. Los otros dos fueron puestos en cuarentena en un hospital penitenciario".

Refiere que, "en este contexto, Addameer solicitó formalmente en diversas ocasiones, poder tener acceso a estos detenidos para comprobar las condiciones de la cuarentena que estaban llevando y su estado de salud. Hay que señalar que las personas prisioneras y detenidas palestinas, normalmente, recelan de ser llevadas a hospitales penitenciarios, que son frecuentemente utilizados como puntos de tortura o de presión para colaborar con la inteligencia israelí, y donde los y las detenidas son encadenadas de pies y manos en condiciones humillantes a la cama del hospital durante días. La falta de capacidad para comunicarse, las pésimas condiciones y las medidas punitivas que Israel está tomando, hace que este tipo de traslados a hospitales penitenciarios sea un momento aún más aterrador”.

Todo indica que el Servicio de Prisiones de Israel ha intensificado las restricciones sobre las personas prisioneras palestinas. En este sentido, el doctor Mohamed Odeh, embajador del gabinete del presidente palestino, valora que: “Aquí también cabe decir que prisioneros no es el término adecuado, porque según leyes internacionales, son secuestrados de un país a otro”.

"Las autoridades de las cárceles israelíes han endurecido las restricciones, incluida la información, por lo tanto no sabemos cuántos de nuestros secuestrados están infectados y qué situación tienen. Aquí también responsabilizo a la comunidad internacional y a las autoridades israelíes de lo que puede pasar a los secuestrados. Dios no quiera que les pase algo”.

“Si sabemos que los israelíes soltaron un secuestrado, sin avisarnos, que cumplió su condena y que estaba infectado. Hago un llamamiento a través de teleSUR al mundo que obligue a Israel liberar a todos nuestros secuestrados”.

Hechos consumados

“Los actos de agresión por parte de los colonos hacia los palestinos, especialmente a los que nos referimos, corresponden a un periodo en que el movimiento de las personas fue muy restringido, por causa de la cuarentena a raíz de la pandemia, sin embargo, afirmo que los actos violentos empiezan con el hecho de colonizar a nuestra tierra y lo demás son detalles. A pesar de ello no han disminuidos las acciones que siempre se producen, bajo la protección del ejército israelí. Pueden encontrar en las redes, muchos videos de agresiones coloniales, basados en tratar de propagar la pandemia. Llegan hasta escupir las puertas de nuestros coches y casas. Y no solo esto, queman nuestras cosechas, arrancan árboles y roban olivos de nuestras tierras. De nuevo reitero que acabar con la ocupación, es el secreto de resolver la inmensa mayoría de nuestros problemas".

¿Qué ayuda recibe el pueblo palestino?- pregunto.

"Ya te he mencionado que las ayudas internacionales, casi forman una tercera parte de nuestro presupuesto. Y a pesar de ello, con la pandemia casi no recibimos nada de ayudas monetarias. Pero hablando de ello, no podemos limitarnos a la cuestión económica solamente, hay que tener presente que países como Cuba y Venezuela nos ayudan en formación de profesionales e, incluso, Venezuela nos ayudó a construir un hospital que le pusimos el nombre del comandante Chávez. Como debo dar las gracias a ambos países, también mencionar que nuestra economía se sanará, si acaba la ocupación. Otros proyectos de tipo de ONG, entre Gobiernos europeos y organizaciones palestinas, también fueron afectados por la pandemia”


Porque tanto dolor, ¿no tiene nombre?


En medio de toda la situación de crisis sanitaria, se nos ocurre preguntar: ¿Ha sucedido algún acto simbólico-humanitario del Gobierno
israelí?

“Creo que ocupación y humanismo se contradicen. La ocupación israelí trata a los palestinos como un obstáculo en el camino de su proyecto mayor, por lo tanto pretenden encontrar la ocasión de expulsar a los palestinos fuera de nuestra tierra. En la sociedad civil de Israel, hay muchos israelíes que están en contra de la anexión y defienden la solución de dos Estados, como también apoyan poner fin a la ocupación.
Muchos han hecho gestos humanos hacia los palestinos. Mientras tanto, el Gobierno israelí hizo todo lo contrario. Permitió la entrada y salida no controlada de nuestros trabajadores. A diario, hay incursiones del ejército israelí en ciudades palestinas y en algún caso, los soldados han pretendido propagar la pandemia”

“Concluyendo con la frase médica de que la amputación, a veces es necesaria, trabajaremos para amputar este cáncer de una vez. Nuestro pueblo no se rendirá y merece vivir en libertad y dignidad, como el resto de los pueblos del mundo. Nuestro derecho a la autodeterminación
tarde o temprano se logrará”.

La espina

En el mes de abril, el jefe de la Autoridad General de Asuntos Civiles de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Husein al-Sheij, dijo en Twitter que “el llamado Tribunal de Paz de Israel ha tomado la decisión de bloquear 450 millones de shekels (unos 129 millones de dólares) a pedido de algunos residentes”.

La retención de fondos palestinos, se produjo en respuesta a 15 demandas presentadas por de familias israelíes contra la ANP, por supuestos ataques durante la Segunda Intifada palestina entre 2000 y 2005. Este tribunal israelí considera a la ANP responsable de al menos 19 atentados contra israelíes y decidió indemnizar a sus familias. Mientras, durante la Segunda Intifada, murieron 4.412 palestinos y 48.322 resultaron lesionados, indica una fuente de HispanTV.

El responsable palestino ha rechazado así tales medidas, y significa que con ello, solo procuran que las autoridades palestinas insistan en suspender la coordinación de seguridad con el Gobierno israelí y dejar sin vigor los acuerdos firmados entre ambas partes.

Ahora la paz viene propuesta por Donald Trump. Junto al premier israelí, Benjamín Netanyahu, Trump ha declarado su iniciativa en 80 páginas, que garantizan la seguridad de su aliado israelí.

A nombre de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Husein al-Sheij, dijo que sería creer en la legitimidad del poder, imponer el apartheid a las personas, y darles la espalda a los acuerdos internacionales ya firmados.


En el recuerdo nos llega la franca sonrisa de Khader, el joven palestino, que creyó en la paz para su pueblo, como en el amor que no le permitieron vivir. El ángel del horror sigue su marcha.


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