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    Los efectos de la pandemia en la economía han generado acciones de protesta en todo el mundo.

En el actual escenario, las grandes élites gobernantes protegen el capital, en detrimento de salvar millones de vidas.

Los efectos de la pandemia ocasionada por la Covid-19 se han hecho sentir en la economía global, prácticamente desde su inicio. A partir del receso laboral y productivo en la mayoría de los países, la solvencia de países e individuos han experimentado caídas que analistas comparan con la crisis de los años 30 del siglo pasado.

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En el marco de la crisis económica resultante de esos efectos, que ya ha sido descrita por instituciones internacionales y regionales, ya se pronostica, por ejemplo, una recesión del orden del 9 por ciento para la región latinoamericana y caribeña. Previsiones similares se calculan para el resto del mundo.

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Así califica la actual emergencia de la economía mundial el analista en temas económicos del Centro de Investigación y Formación Obrera (Cifo) de Venezuela, Manuel Sutherland, en entrevista exclusiva para teleSUR.

“Muchos países están experimentando una situación tan negativa como la que presentaron en la llamada Gran Depresión que se inició en 1929 en Estados Unidos”, expresó Sutherland.

El investigador  explicó que se identifican cuatro factores en la situación actual de crisis, entre ellos, la cantidad de locales de expendio de bienes y servicios que fueron cerrados y el número de eventos de alta convocatoria que fueron suspendidos, dígase culturales, deportivos, científicos, etc.

También deben contarse, según Sutherland, el confinamiento, que ha mantenido a millones de personas limitadas de movimiento y la cantidad de empresas que han quebrado por falta de ingresos.

“Todo lo anterior ha generado desempleo, que la demanda sea menos, que la demanda solvente se torne temerosa en realizar gastos. A su vez, el gasto en consumo disminuye y la economía se ha estancado. El sector turismo ha sido uno de los más afectados, y a su vez ha incidido notablemente en la crisis, pues muchos países viven de esta actividad”, refirió el analista.

En el contexto de la crisis, también la clase trabajadora se ha visto disminuida en sus posibilidades de influencia. De acuerdo al entrevistado, se ha producido un proceso de ruptura de los vínculos laborales estables, a través de fórmulas como los emprendimientos o los microsocios que realmente perjudican a la clase trabajadora.

Las grandes élites gobernantes protegen al capital y no a los pueblos

Según Sutherland, la actual crisis está caracterizada por el entorno de sobreacumulación del capital, existente desde antes de la pandemia. Esta circunstancia genera que las élites gobernantes inyecten dinero a la economía, a fin de preservar las ganancias a través de la protección de los precios, que deberían caer ante el exceso de oferta.

Esas inyecciones monetarias, en formato de ayudas a empresas quebradas o seriamente afectadas por la crisis, permiten reflotar el sistema, pero solo de manera temporal, pues las élites del capital han demostrado su interés en que este se mantenga a flote, sin ofrecer las garantías mínimas que el sistema puede dar, como salud pública o transferencias directas para paliar efectos regresivos por causa de la pandemia, razonó el especialista.

“Las élites gobernantes están mostrando su agresividad y su interés en salvar a la banca y a los capitales quebrados, en detrimento de salvar la vida de millones de personas”, sentenció.

Recuperación depende de soluciones con enfoque internacional

En opinión del experto entrevistado, la reversión de los efectos de la pandemia en la economía podrá verse de una manera más rápida en países que no sufrieron cuarentenas tan drásticas y con sistemas de salud robustos.

“No obstante, siendo global la crisis económica, tiene que surgir una internacionalización de la solución. Son problemas mundiales a los que los gobiernos tratan de dar solución local, cuando deben resolverse de manera conjunta”, expresó Sutherland.

“El mundo tiene que dar un salto hacia una organización superior en materia de coordinación internacional, solidaridad, apoyo. Tiene que ver con la pandemia, pero también con los inmigrantes, la pobreza, el desempleo, y el problema ecológico, que es muy importante”, agregó.

Los trabajadores en el actual escenario de crisis.

En el contexto de la crisis, también la clase trabajadora se ha visto disminuida en sus posibilidades de influencia. De acuerdo al entrevistado, se ha producido un proceso de ruptura de los vínculos laborales estables que perjudican a la clase trabajadora.

“Los sectores populares, la clase trabajadora, está profundamente golpeada, particularmente por la división existente entre los trabajadores que realizan labores de mayor componente intelectual, como los dedicados a la actividad científica y de gerencia, y aquellos que realizan trabajos más manuales o directos”, puntualizó Sutherland.

“Con la pandemia ha habido un salto hacia el incremento del teletrabajo, donde la clase trabajadora ha perdido un poco más de su identidad, ha perdido sus ámbitos naturales de reunión, de lucha común”, agregó.

“También hay un proceso de tercerización del trabajo, en el que busca romper los vínculos laborales estables y conformar especies de asociaciones tipo emprendimientos o microsocios, que realmente perjudican a la clase trabajadora”, amplió el entevistado.

El analista describió que la clase trabajadora es víctima de los mass media, las redes sociales, que llenan a los trabajadores de chistes, de mala música, de entretenimiento barato y hay, además, un divorcio con la información y con la formación necesaria para poder implementar políticas independientes.

Consideró muy difícil que tengan alguna incidencia importante en la política, por la fragmentación existente actualmente y a la poca claridad que aprecia en cuanto a la necesidad de lucha y a la necesidad de organización.

“Lo que probablemente ocurrirá será que el gran capital refuerce sus medidas de autoprotección, mientras la clase trabajadora seguirá sin formarse y legando a otros la política que ella misma debería ejercer a través de partidos obreros que lamentablemente no construye”, concluyó Sutherland.


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