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    El Gobierno popular revolucionario impulsó, en el cuatrienio, la creación de organizaciones de base, promovió un régimen de economía mixta, expandió el sector público, las agroindustrias y haciendas estatales.

Granada estaba en la mira del imperio desde el mismo inicio de aquella revolución en marzo de 1979.

“Cuatro años de amor: La revolución de Granada”, el documental del galardonado cineasta Richard Audley Vaughan no es un efecto acústico del tiempo de la Revolución de 1979 a 1983.

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“El objetivo de esta película no es vilipendiar o deificar a nadie”, dijo Vaughan. “Se ha especulado mucho sobre la Revolución. Al entrevistar a sujetos de ambos lados del debate y colocarlo junto al trabajo académico de los profesores, siento que tenemos una visión clara y enfocada de esos cuatro años que terminaron con angustia, confusión y desesperación”.

La confusión

Llamemos las cosas por su nombre, la invasión militar de Estados Unidos el 25 de octubre de 1983 terminó con la Revolución de Granada. 

Encabezada por Maurice Bishop el 13 de marzo de 1979, este año se conmemoró su 42 aniversario y la conmemoración del asesinato de su líder, en el marco de un fulminante operativo.

Foto: Prensa Latina

Maurice Bishop fue ejecutado el 19 de octubre de 1983, junto a otros 15 compañeros, después de instaurar un Gobierno progresista, que no contaba con el beneplácito de los Estados Unidos (EE.UU.).

Poco a poco se fue fraguando un movimiento contrarrevolucionario que perpetró  un golpe de Estado y de gracia, al ultimar al primer ministro. 

Previamente se aplicó el diseño actualizado según la época: ataque económico, apoyo a la oposición, y la marcada guerra mediática que definió a la pequeña isla caribeña de Granada, como una “amenaza” para la región.

Furia Urgente

Con ese nombre de película, se sembró el terror sobre el amor. El “mal ejemplo” de Granada quedó segado a través de la acción bélica, considerada entonces la mayor llevada a cabo por el Gobierno de EE.UU., después de la guerra de Vietnam (1955-1975).

¿Por qué el Gobierno del país más poderoso del planeta invadió a una nación de apenas 400 kilómetros cuadrados de territorio y algo más de 100.000 habitantes?

Una lluvia de paracaidistas estadounidenses y marines ocuparon la isla por orden de la administración de Ronald Reagan. El Gobierno de EE.UU. despreciaba el proceso revolucionario de Granada y tenía entre ceja y ceja a Maurice Bishop, quien denunció los planes militares para invadir la isla, dos años antes de la agresión.

El 25 de octubre de 1983, alrededor de 7.000 marines y boinas verdes desembarcaron sobre las costas de un país que contaba con un ejército de apenas 500 hombres para defenderse. Le siguió un contingente decorativo de 300 policías de países caribeños. 

Ellos se prestaron a la invasión. Obedecieron ¿al amo? para la intervención internacional por motivos “humanitarios”, mientras la capital de esa isla caribeña fue bombardeada desde aviones, helicópteros y buques de guerra.

Mientras la Organización de las Naciones Unidas (ONU) condenaba la acción, el amo Reagan, recién levantado, les respondió que "en la ONU no han estado de acuerdo con nosotros en casi ninguna cosa que se les haya presentado donde estemos involucrados, y eso no perturba para nada mi desayuno".

Granada estaba en la mira del imperio desde el mismo inicio de aquella revolución en marzo de 1979. Las relaciones de amistad con Cuba y otras naciones progresistas, su activa participación en el Movimiento de Países No Alineados, motivaron al Gobierno de EE.UU. a desprestigiar, a través de campañas mediáticas, al Gobierno del Movimiento de la Nueva Joya.

Asimismo a intentar detener el progreso económico de la pequeña isla, incursionar en acciones terroristas y obviamente, aniquilar a su líder.

Después de un atentado con explosivos en1980, Maurice Bishop dijo que “estamos contra la explotación de nuestros recursos en beneficio de una minoría de corporaciones transnacionales y sus aliados. Esta Revolución tiene espacio para todos los patriotas que están dispuestos a poner fin a la explotación. Por eso nuestro país está bajo ataque”.

El investigador Carlos Alzugaray, doctor en Ciencias Históricas, argumenta al respecto. "En la percepción de ese grupo, había lo que calificaron como "un peligro creciente" manifestado en las revoluciones en Irán, Nicaragua y Granada; el apoyo de Cuba a los procesos en Angola y Etiopia; la invasión soviética a Afganistán; y otros acontecimientos internacionales", dijo.

Era "la necesaria recuperación de la capacidad de coerción del poderío militar norteamericano". "Ellos creían que todo eso se debía a la imagen de debilidad proyectada por EE.UU., después de la derrota en Vietnam y la política calificada de pacifista que llevó a cabo el presidente Carter”

“Se trataba de los acuerdos canaleros con Panamá, tolerancia al apoyo soviético-cubano-nicaragüense a las revoluciones en América Central; acuerdos de Camp David entre Israel y Palestina; y política pacifista en Europa; por poner solo algunos ejemplos", opina el politólogo cubano.

El líder granadino tenía demasiadas evidencias de que el Gobierno de Washington preparaba una agresión a Granada. En la isla de Vieques, Puerto Rico, se ensayó con el nombre de 'Plan Pirámide', sin descartar la contratación de mercenarios de asalto contra el Gobierno granadino. 

En dos ocasiones, Bishop escribió en 1981 al presidente estadounidense Ronald Reagan. “Confío en que usted coincidirá conmigo en que no puede servir a los intereses de EE.UU., país rico y poderoso, el emplear su potencia para aplastar a uno de los países más pequeños y pobres del mundo”.

La fragmentación irreversible de la unidad entre los revolucionarios granadinos, al interior de su instrumento político, la Nueva Joya, para octubre de 1983, tuvo como trágico colofón el arresto de Bishop y su asesinato. Pero nadie se benefició más que el imperio, fue el pretexto que le faltaba para la invasión

La resistencia de milicianos granadinos, así como técnicos y obreros cubanos, provocó que la Furia Urgente durara más de lo previsto. Fue prohibido a la prensa ingresar a Granada, hasta que la resistencia fuera eliminada, por lo que comprobar la muerte de decenas de civiles se hizo imposible en el momento. 

Con el control militar estadounidense, el representante de la corona británica en Granada, sir Paul Scoon, encabezó el Gobierno provisional.

Mal ejemplo

Obviamente, la invasión no fue sancionada por la OEA. Poco importó que fulminaran importantes avances sociales que convertían a Granada en un modelo a seguir. Granada era un “mal ejemplo”.

Bishop explicó tempranamente, “si la gente ve que en Granada podemos avanzar con la medicina y educación gratuita, que los trabajadores pueden participar regularmente en un proceso de democratización, entonces hará preguntas en su propio país. Preguntarán por qué ellos no pueden recibir iguales beneficios”.

El desempleo cayó de 49 a 14 por ciento en tres años. Se establecieron programas culturales y deportivos para los jóvenes y medidas para apoyar a las mujeres.

El Gobierno popular revolucionario impulsó, en el cuatrienio, la creación de organizaciones de base, promovió un régimen de economía mixta, expandió el sector público, las agroindustrias y haciendas estatales.

Foto: Prensa Latina

El acceso gratuito a la educación fue una de las primeras prioridades del Gobierno. En 1981, ya se habían alfabetizado a 2.500 personas, se triplicó el número de escuelas secundarias y se incrementó el envío de estudiantes becados al extranjero.

El creciente flujo turístico actual del aeropuerto internacional de Granada es un importante legado del Gobierno popular del entonces primer ministro Maurice Bishop.

El libro “Granada: la nueva joya del Caribe” relata cómo con una pista de aterrizaje, de 2.700 metros de largo y 150 de ancho, fue una obra priorizada por su Gobierno. Era muy necesario para la independencia económica de Granada. 

Solamente en 1979, arribaron 140 000 turistas y preveían, al terminar la magnífica obra, unos 300.000 anualmente.

“Es un paso decisivo hacia la independencia económica del país y pienso que significará para Granada lo que para EE.UU. el establecimiento de toda su red ferroviaria”, subrayó entonces Bishop sobre la obra vilipendiada, por el apoyo cubano a su construcción. Otra excusa imperial.

La obra interrumpida con el asesinato del líder caribeño fue retomada con participación de distintos países, que aportaron modernos equipos de navegación y comunicación. El aeródromo fue completado por posteriores Gobiernos. 

En 2009, con enorme apoyo popular, fue nombrado “Aeropuerto Internacional Maurice Bishop”. 

La eterna Guerra Fría

"En primer lugar, entonces se estaba todavía en medio del bipolarismo de la Guerra Fría entre EE.UU. y la Unión Soviética", recuerda el académico Alzujaray. "Eso ponía un condimento que actualmente no existe, el de un rival identificado con el cual medirse, y de una relación de confrontación-equilibrio comprensible". 

"En ese momento el declive era más aparente que real, toda vez que el rival en cuestión estaba en un proceso de desintegración interna que todavía tardó años en hacerse evidente, pero que ya le afectaba en serio, mientras que EE.UU. estaba lejos de eso. Y los movimientos latinoamericanos y del Tercer Mundo en general estaban fuertemente conectados con la URSS, en muchos sentidos”.

“En la actualidad los movimientos latinoamericanos no dependen de un campo socialista o de una potencia contrapuesta a EE.UU. Los movimientos de izquierda y revolucionarios actuales, tienen sus raíces más abiertas y sólidas en las realidades y contradicciones, tanto nacionales como regionales, y tratan de construir ellos mismos alternativas de integración", señala Ernesto Domínguez, del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos (Cehseu) de la Universidad de La Habana.

El proceso revolucionario granadino fue víctima de las contradicciones internas, condiciones aprovechadas por el Gobierno de EE.UU.

Acerca de ello, el comandante Fidel Castro expresó en la Plaza de la Revolución, el 14 de noviembre de 1983, durante el discurso de despedida de duelo de los 24 cubanos caídos en Granada, como consecuencia de las acciones militares de EE.UU.

“De las propias filas revolucionarias surgieron hienas. Nadie puede asegurar hoy todavía si quienes clavaron el puñal del divisionismo y el enfrentamiento interno, lo hicieron de "motu proprio" o inspirados y alentados por el imperialismo. Es algo que, o lo hizo la CIA, o de lo contrario no habría podido hacerlo más perfecto", dijo.

También añadió que "lo cierto es que se usaron argumentos presuntamente revolucionarios, invocando los principios más puros del marxismo-leninismo e imputando a Bishop la práctica del culto a la personalidad y de apartarse de las normas y métodos leninistas de conducción”.

“Nada más absurdo a nuestro juicio que atribuir a Bishop tales tendencias. Era imposible imaginar a nadie más noble, modesto y desinteresado. Su culpa no fue jamás el autoritarismo, y si algo se le quisiera imputar como un defecto, fue su exceso de tolerancia y de confianza”.

El 12 de octubre Bishop es destituido por el Comité Central, en el que los conspiradores habían alcanzado una mayoría. El 13 es arrestado en su domicilio. El 19 el pueblo se subleva y liberan a Bishop. Ese mismo día, el grupo de Coard ordena al ejército disparar contra el pueblo y son asesinados Bishop, Jacqueline Creft, ministra de Educación, esposa y madre del hijo del primer ministro, y otros valiosos dirigentes revolucionarios.

Apenas se manifestaron las disensiones internas, que salieron a la luz el 12 de octubre, fue decidida la invasión. “Búsquese en la historia del movimiento revolucionario, y se verá más de una vez la conexión entre el imperialismo y quienes asumen posiciones aparentemente extremistas de izquierda”.

La invasión de Granada se produjo en forma sorpresiva y traicionera. Fue un recurso empleado en la útil carrera armamentista y el mal ejemplo de Granada, aniquilado. 

El gasto de la industria bélica para garantizar “la paz” es de un aproximado de 2 billones de dólares, según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri, por su sigla en inglés). Además, se calcula que aumentó 2.6 por ciento, en comparación con 2019.

“Las campanas que hoy doblan por Granada, pueden doblar mañana por el mundo entero”, dijo Fidel en aquel entonces y parece una sentencia desde el documental del cineasta independiente Richard Audley Vaughan, donde entrevista al ex secretario de prensa de Maurice Bishop: Don Rojas, los profesores Brian Meeks, Patsy Lewis, Anthony Bogues y el ex ministro de Finanzas y viceprimer ministro de Granada: Bernard Coard.

“Esos cuatro años, donde la esperanza de un mañana mejor parecía alcanzable para todos los ciudadanos, cuando el gobierno puso las preocupaciones de la gente en primer lugar, cuando la gente de Granada se llenó de un nuevo sentido de sí mismo y rebosante de confianza, que les permitió ponerse de pie por sus derechos. Esos cuatro años son el foco principal de la película”, dijo Vaughan.


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